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Enfrentando una difícil separación

Historias

Enfrentando una difícil separación

El 15 de mayo se celebra el festejo internacional de la familia. Un momento importante para reflexionar sobre la separación de las familias refugiadas y solicitantes de asilo en Australia. Es tiempo de establecer un reencuentro.
15 May 2018
Dos refugiadas miran el mar en Nauru. Aproximadamente 2.500 refugiados y solicitantes de asilo han sido tranferidos de Australia de forma obligatoria hacia las instalaciones extraterritoriales de procesamiento para refugiados situados en Papua Nueva Ginea y Nauru desde el 2013.

SÍDNEY, Australia - Sentada a las afueras de Sídney Australia, Hana de 68 años de edad y con mucha desesperación por alguien que pueda comprender el dolor causado por la separación de su Familia. Ella es ciudadana de Australia y no ha podido conocer a su nieto más pequeño. “Es indecente”, Hana suspira. “Mis hijas se encuentran en Nauru desde hace casi 5 años. Es demasiado”.

A 4.000 km de distancia, en Nauru, Marwa sostiene recuerdos opacos que vivió con su madre. Y así también, su angustia. Ella y sus hijas son refugiadas. Pero así como a muchos no tienen lugar a donde ir.

“Mamá habla con el mar” dice Marwa. “Le pregunta por su hija y su nieto”. Por un momento me detengo de manera empática para imaginar a mi madre siendo apartada de su nieto de tan solo un año de edad, que es la luz de nuestras vidas. Solo el pensar me llena de tristeza.

Desde enero del  2014, Australia ha tenido como prioridad el permitir una mínima cantidad de solicitudes referidas a Visas Familiares que son solicitadas por residentes permanentes que han llegado Australia por mar. Por lo que se han dejado cientos de personas habitando en comunidades de Australia, y de forma indefinida separadas de sus seres queridos.

La meta de reconstruir los cimientos de sus vidas es casi imposible con familia que han dejado atrás en países de conflicto como Afganistán, Pakistán, e Iraq. Lo incierto y el estrés han formado una llaga.

Por suerte, un campamento para familias refugiadas de Pakistán están por re-establecerse en Escandinavia este mes de mayo. A pesar de que su padre y esposo viven de forma permanente y por ley en Melbourne. Australia no podría considerar tal esperanzada situación.

Sin más opciones disponibles han optado por tomar decisiones desgarradoras con tal de mantenerse unidos.

A raíz de esto, las personas refugiadas se encuentran en una búsqueda desesperada por encontrar a sus seres queridos, viéndose forzadas de adentrar al mar y dirigirse hacia Australia para reencontrarse. Teniendo que dejar sus hogares a causa de guerra y persecución. Relaciones cercanas en Australia los han orillado dirigirse hacia este país y es la razón más común de refugiados en Papua Nueva Guinea y Nauru, y también el porqué de haber visto protección en Australia y no en algún otro país.

De forma consciente ACNUR ha registrado tan solo 35 refugiados que cuentan con relativos en Australia y que han sido trasladados a Papúa Nueva Guinea y Nauru. Esposos, esposas, cónyuges, padres, hermanos e hijos.

Aunque tan solo un registro exhaustivo permitirá confirmar si tal fracción numérica es cierta, está claro que el grupo es más que discreto. Los movimientos irregulares, la explotación y el tráfico de seres humanos son las consecuencias indirectas de aspiración humana y Universal por sobrevivir a tales condiciones imposibles para proteger a sus familias.

Tal desafíos son indiferentes en Australia. De forma general alrededor del mundo conocemos los conflictos y abusos de los derechos humanos en países como Siria, Myanmar, Sudán del Sur, entre otros.

Aun así Australia es plenamente reconocida por sus restringidas políticas de separación y castigo.

En más de 4 años de impacto y sufrimiento en los territorios de Nauru y Papua Nueva Guinea parecen inútiles los esfuerzos por salvar vidas frente al mar. Hasta las preguntas más simples forjan dudas que suponen sobre la injusticia y cruel política. Las preguntas son las siguientes: ¿Cómo el hecho de mantener separados a padres, hijos, niños inocentes, esposos y esposas separadas podría contribuir a un mayor índice de seguridad en Australia?   ¿Y cómo con tan solo la mínima excepción humanitaria se podría reducir el cuadro de migración y por ende su rango de seguridad?

Una desesperada necesidad por encontrar alguna solución en Papua Nueva Guinea y Nauru solo ahora es reconocida por tendencias políticas en los tres países involucrados, incluyéndose Australia. El movimiento continuo de algunos refugiados hacia Estados Unidos es una bienvenida que nos alivia y un buen comienzo. Aunque para aquellos con madres en Sídney, esposos en Melbourne o hijos en Brisbane o en cualquier otro establecimiento en el resto de Australia esto sería absurdo.

Mientras que un rechazo hacia la unidad familiar persiste, oponiéndose tanto al sentido común como al de humanidad. Pensad que sentiría de no saber hasta cuándo (si acaso) podrá reencontrarse y verles una vez más.

Escuchamos muy poco por parte de políticos y expertos en Relaciones Públicas. El silencio no es por accidente. Reunir de forma inmediata a las familias es un asunto que no puede pasar por alto, porque sabemos en el fondo de nosotros que es lo más correcto de hacer.

La unidad familiar es un derecho humano, fundamental. En los instrumentos se incluyen: la Declaración Universal de los derechos humanos, la convención de los derechos de los niños, y el Convenio Internacional relacionado con los Derechos Civiles y Políticos han codificado la verdad única y Universal. Las familias siempre permanecen unidas.

Gracias a la Voluntaria en Línea Ingrid Argüelles por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.