Cerrar sites icon close
Search form

Search for the country site.

Country profile

Country website

En Afganistán, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y el Coordinador del Socorro de Emergencia piden un aumento urgente en el apoyo internacional

Historias

En Afganistán, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y el Coordinador del Socorro de Emergencia piden un aumento urgente en el apoyo internacional

Filippo Grandi, de ACNUR, y Mark Lowcock, de OCHA, visitan Kabul mientras la nación se acerca a cuatro décadas de conflicto y enfrenta crecientes necesidades humanitarias.
6 September 2018
Afganos en las calles de Tarakhil Dag, un pueblo en las afueras de Kabul, hogar de personas que han regresado a Afganistán después de décadas viviendo como refugiados en Pakistán, así como personas desplazadas de sus hogares en el norte y este del país por la violencia e inseguridad.

Afganistán necesita el apoyo de la comunidad internacional ahora más que nunca para ayudar a millones de personas atrapadas en su crisis de desplazamiento, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, hoy en Kabul. Grandi se encontraba en Afganistán para una visita de dos días junto con el Coordinador del Socorro de Emergencia, Marka Lowcock, para resaltar la urgente necesidad de apoyo sostenible para la situación humanitaria, así como mayores esfuerzos para abordar las causas subyacentes y encontrar soluciones.

La escala de la crisis es enorme, tanto en cantidad como en duración. Casi 4,2 millones de personas en Afganistán necesitan urgentemente asistencia humanitaria, incluidos 1,9 millones de desplazados internos y más de 60.000 refugiados que regresaron a sus hogares y necesitan ayuda para reiniciar sus vidas. Fuera del país, Pakistán e Irán albergan a 2,6 millones de refugiados afganos registrados, junto con un número aún mayor de afganos indocumentados y otros con pasaportes afganos.

“La profunda violencia y ahora la sequía están afectando a cientos de miles de familias en todo el país”, dijo Lowcock. “Las víctimas civiles están en su punto más alto, con 40.000 civiles mutilados o asesinados en los últimos cuatro años. A pesar del entorno desafiante y a menudo peligroso, los valientes trabajadores humanitarios, que también han sido atacados con frecuencia, han demostrado año tras año que pueden cumplir de manera efectiva”. También señaló que el acceso a menudo puede verse severamente limitado debido a restricciones de seguridad.

Un sombrío hito se aproxima en 2019: el 40° aniversario de la invasión soviética de Afganistán, que desencadenó el desplazamiento de afganos a gran escala.

“Sin una solución para el desplazamiento, no habrá paz duradera”.

“Afganistán se encuentra en una encrucijada”, dijo Grandi. “Una combinación de conflictos, desastres naturales y acceso inadecuado a servicios básicos y oportunidades económicas está causando olas continuas de desplazamiento interno. El país, ahora más que nunca, necesita el apoyo de la comunidad internacional, ya que toma medidas para buscar la paz y la estabilidad, y para vincular la acción humanitaria a los esfuerzos de desarrollo más amplios”.

Agregó: “Sin una solución al desplazamiento, no habrá paz duradera”.

En Kabul, Grandi y Lowcock se reunieron con el Presidente Mohammad Ashraf Ghani y el Director Ejecutivo, así como con donantes, socios humanitarios y de desarrollo, Agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales. Ellos acogieron el compromiso de Afganistán de establecer un fuerte modelo de retorno y reintegración para las personas refugiadas y desplazadas internas, un modelo que también involucra a los actores del desarrollo, fomenta la innovación y alienta la participación del sector privado. Señalaron que la inclusión de cuestiones relacionadas con los refugiados como parte de un diálogo más amplio entre Afganistán y Pakistán también fue un paso positivo. También discutieron los preparativos para la Conferencia de Ginebra sobre Afganistán, que tendrá lugar en Suiza en noviembre de este año.

En las afueras de la capital, Grandi y Lowcock se sentaron con adultos mayores de Tarakhil Dag, un pueblo que alberga a casi 10.000 personas. La mayoría son refugiados afganos que regresaron de Pakistán hace dos años, junto con los desplazados internos obligados a abandonar sus hogares debido a un conflicto.

“Cuando volví de Pakistán después de treinta años, enfrentamos enormes desafíos”, dijo uno de los adultos mayores del pueblo. “El gobierno nos había prometido terrenos, pero no los hemos recibido hasta ahora. ACNUR construyó albergues y nos dio dinero para comprar tierras y ahora las carreteras están pavimentadas. ACNUR ha estado conmigo y mi familia durante todos estos años en Pakistán y ahora en Afganistán. Ahora ACNUR está construyendo una escuela que ayudará a nuestras niñas y niños a obtener educación y darles un futuro”.

Otro adulto mayor de la aldea, Dinullah, que solo usa su nombre, al igual que la mayoría de los afganos, dijo: “Salimos de nuestra aldea en Nangarhar debido a la lucha. Cuando llegamos, no teníamos albergue y nuestros hijos no podían ir a la escuela”. Dinullah y su familia expresaron su agradecimiento por los servicios básicos que ACNUR y sus socios ofrecen en Tarakhil Dag, como educación para niñas y niños, provisión de agua a través de pozos impulsados ​​por energía solar y albergues para las familias más vulnerables. “Nuestras mujeres se capacitan para coser ropa que pueden vender y generar ingresos. Veo mi futuro en Tarakhil Dag; aquí es donde me he establecido. He podido construir un negocio. En mi pueblo solo hay inseguridad y conflicto”.

Estos proyectos del ACNUR son parte de nuestras medidas de protección basadas en la comunidad para apoyar la reintegración de los retornados y las personas desplazadas internas ayudándoles a encontrar trabajo y ayudar a las personas con necesidades específicas, en particular las mujeres, los niños y las personas con discapacidad.

“Veo mi futuro en Tarakhil Dag... He podido construir un negocio. En mi pueblo solo hay inseguridad y conflicto”.

A pesar de las difíciles condiciones, alrededor de 12.000 refugiados han regresado a Afganistán este año bajo el programa de repatriación voluntaria del ACNUR, sumándose a los más de 5,2 millones de refugiados afganos a los que se ha ayudado a regresar a casa desde 2002. Reconociendo los enormes desafíos que enfrentan Afganistán, Grandi y Lowcock recomendaron la inclusión de los desplazados y los repatriados en la programación nacional y la solución de los problemas de la tierra para los repatriados. También acogieron favorablemente la inversión en distritos con un gran número de repatriados, lo que ayudará a garantizar que la reintegración sea sostenible a largo plazo, y que se aborden las causas subyacentes del desplazamiento y las crisis humanitarias.

En la actualidad, 4,2 millones de personas en Afganistán necesitan urgentemente asistencia humanitaria debido a los conflictos, los desplazamientos y los desastres naturales, incluida la actual sequía. Otros 8,7 millones de personas necesitan asistencia debido a la pobreza extrema, el alto desempleo y la pérdida de medios de vida debido a los efectos del cambio climático.

La visita del Alto Comisionado es parte de una gira por tres países. Estuvo en Irán a principios de esta semana. Luego viajó junto con el Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU a Afganistán y Pakistán, buscando un mayor apoyo internacional para aliviar el sufrimiento en Afganistán y para apoyar a los países vecinos que acogen y buscan soluciones para los refugiados afganos.