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El Alto Comisionado de ACNUR pide que suavicen las restricciones de movimiento en el Este de Ucrania

Notas de prensa

El Alto Comisionado de ACNUR pide que suavicen las restricciones de movimiento en el Este de Ucrania

25 Noviembre 2016 Disponible también en:
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, se reúne con residentes de una torre de apartamentos para desplazados ucranianos por los combates al este del país. Grandi estecha la mano con Zinaida Vognystaya, de 74 años, quien huyó de Avdiivka y ha estado viviendo en el complejo desde enero de 2015.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha instado a todas las partes implicadas en el conflicto en Ucrania a mejorar la libertad de movimiento en los puestos de control para las personas que residen cerca de la línea de contacto y a permitir que la ayuda humanitaria llegue a cientos de miles de personas desplazadas en las áreas controladas y no controladas por el gobierno.

El llamamiento de Filippo Grandi llega al final de su primera visita a Ucrania este jueves, en la cual ha instado a encontrar soluciones para las poblaciones afectadas en ambos lados de la línea de contacto.

El Alto Comisionado se ha quedado profundamente impresionado por la resiliencia de la población ucraniana desplazada y la la que continúa residiendo en ambos lados de la línea de contacto. Muchos siguen viviendo en casas parcialmente destruidas o en aldeas que carecen de algunos servicios públicos, como el transporte. Grandi observó que algunas personas han regresado a las áreas donde solían residir.

Dos años y medio de conflicto han dejado más de dos millones de ucranianos desplazados de sus hogares o viviendo como refugiados en Rusia.

A pesar del alto el fuego vigente desde 2014, los civiles continúan pagando un alto precio como resultado del conflicto, especialmente en las zonas situadas a ambos lados de la línea de contacto. Filippo Grandi fue testigo de los crecientes desafíos humanitarios en las ciudades y aldeas del este de Ucrania ahora que se aproxima el crudo invierno.

Los procedimientos existentes en los puestos de control han limitado seriamente la capacidad de la población para abandonar la zona de conflicto, regresar a casa tras visitar a familiares o inspeccionar sus propiedades. Las larguísimas colas y los procedimientos burocráticos incrementan el aislamiento de las comunidades situadas en la primera línea y dividen a las familias. Muchas personas no pueden acceder a servicios como la atención sanitaria o prestaciones sociales.

Grandi visitó algunas aldeas cercanas a Sloviansk, Lugansk y Donetsk que han sufrido graves daños a causa de los bombardeos y los combates, pero a las que la población está retornando. En algunas aldeas la situación es desesperada, con muchas casas en ruinas y sin ventanas ni tejados.

El Alto Comisionado fue testigo de colas de dos kilómetros en un puesto de control con ancianos y familias con niños que incluso habían pasado allí la noche anterior soportando temperaturas gélidas para tratar de cruzar la línea de contacto en Mayorsk.

ACNUR y sus socios han puesto en marcha programas para ayudar a la población a reparar sus casas. En las zonas no controladas por el gobierno cercanas a Lugansk, ya se han reparado las casas de 1.200 familias y se planea trabajar en 2.000 más el próximo año.

ACNUR está dispuesto a apoyar a la población que reside cerca de la línea de contacto mejorando su acceso a los servicios sociales y al transporte. ACNUR hace un llamamiento a la comunidad internacional, incluidas las instituciones financieras, para que apoyen a Ucrania.