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Sin apoyo, Burundi puede convertirse en una crisis de refugiados olvidada

Notas de prensa

Sin apoyo, Burundi puede convertirse en una crisis de refugiados olvidada

6 Febrero 2018 Disponible también en:
Refugiados de Burundi recogen agua en el campo de Lusenda, en RDC.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, junto a otros 26 socios humanitarios, lanza hoy una petición de fondos por valor de 391 millones de dólares para ayudar a unos 430.000 refugiados burundeses en 2018.

ACNUR urge a los donantes a que eleven su apoyo a estos refugiados en situación desesperada, que luchan por sobrevivir en los países vecinos, debido a que la ayuda dista de alcanzar los estándares humanitarios aceptables. La comunidad internacional debe seguir comprometida con la búsqueda de una verdadera solución duradera a la crisis en Burundi.

Los bajos niveles de financiación humanitaria en respuesta a esta crisis son preocupantes. Los refugiados burundeses podrían obtener solo el 21% de los fondos que necesitan, haciendo de este plan de respuesta para los refugiados el menos financiado del mundo.

La petición, presentada hoy en Ginebra ante los donantes, busca garantizar que no se pasen por alto las necesidades de los refugiados burundeses y que la situación no se convierta en una crisis olvidada.

Desde 2015, más de 400.000 refugiados y solicitantes de asilo han huido del país, escapando de violaciones de derechos humanos, de la permanente incertidumbre política y de la crisis humanitaria asociada.

Se prevé que el número de refugiados aumente en más de 50.000 este año, dado que los esfuerzos regionales para resolver la crisis política en el país no han experimentado progresos destacables.

La situación de los derechos humanos en Burundi continúa siendo preocupante. A menos que la situación política cambie y las condiciones socio-económicas mejoren, se prevé que en 2018 continúe el flujo de salida de refugiados burundeses, principalmente a países vecinos, aunque a menor escala.

Tanzania acoge al mayor número de refugiados burundeses (254.000), mientras Ruanda alberga a 89.000, República Democrática del Congo a 44.000 y Uganda a unos 40.000. Un menor número de refugiados ha huido a Kenia, Zambia, Mozambique, Malawi y Sudáfrica.

En 2017, más de 61.000 refugiados llegaron a los países vecinos. Si bien los números han disminuido respecto a 2016 (cuando huyeron unos 123.000), aún hay miles de personas en la región que siguen cruzando las fronteras en busca de seguridad.

En este contexto de crecientes necesidades humanitarias, la disminución de los recursos no ha permitido que los niveles de asistencia en la región alcancen estándares aceptables, pese a los esfuerzos de ACNUR.

Con la mayoría de los refugiados (85%) viviendo en campos, la escasez de fondos ha tenido repercusiones sobre todas las esferas de la vida: reducción de comida, refugios muy deteriorados, aulas saturadas y limitada capacidad para responder a la violencia sexual y de género.

La falta de fondos también afecta gravemente a la capacidad de ACNUR para invertir en servicios sociales integrados y en oportunidades de autosuficiencia económica, al tiempo que limita el apoyo a la protección y restauración medioambiental. En 2017, la escasez de financiación impidió que se llevaran a cabo, en la forma inicialmente prevista, acciones de verificación de población, provisión de documentos y formación de personal gubernamental en materia de determinación del estatuto de refugiado.

En los últimos años, algunos refugiados burundeses han decidido retornar a sus hogares y están tratando de rehacer sus vidas en comunidades que afrontan una presión económica considerable e inseguridad alimentaria.

En este momento, ACNUR y sus socios no están promoviendo o alentando los retornos de refugiados a Burundi. No obstante, ACNUR está trabajando con los gobiernos pertinentes para ayudar a quienes han indicado que su decisión de volver ha sido tomada de manera libre, informada y voluntaria, para que lo hagan en condiciones dignas y seguras.

ACNUR reitera también la petición a los países vecinos para que continúen cumpliendo sus obligaciones internacionales y compromisos de recibir a los solicitantes de asilo que llegan a sus fronteras y ofrezcan protección a quienes la necesiten. ACNUR recuerda a los Estados que los refugiados no deben ser obligados a regresar a Burundi contra su voluntad.

Para mayor información sobre el tema, contacte: