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Mujeres refugiadas comparten sus preocupaciones en el diálogo de Zambia

Historias

Mujeres refugiadas comparten sus preocupaciones en el diálogo de Zambia

Le dijeron al ACNUR sobre sus desafíos diarios, incluido el miedo a la violencia y el acceso a los servicios básicos.
18 Abril 2011 Disponible también en:
De izquierda a derecha, las asistentes al diálogo en Lusaka: Joyce Mends-Cole, Representante de ACNUR en Zambia, Erika Feller, Alta Comisionada Adjunta de ACNUR para temas de Protección, y Ndiyoi Mutiti, Secretaria Permanente de Interior de Zambia.

LUSAKA, Zambia, 18 de abril (ACNUR) -- La violencia de género y la calidad del sistema sanitario y escolar son algunas de las principales preocupaciones manifestadas por las mujeres refugiadas que participaron en la última ronda de consultas de ACNUR que terminó este fin de semana en Zambia.

La Asistente del Alto Comisionado de ACNUR para la Protección, Erika Feller, se sumó a los donantes y otras contrapartes que reafirmaron su compromiso de apoyar y empoderar a las mujeres refugiadas en el V Diálogo Regional con Mujeres y Niñas Refugiadas organizado en Lusaka, la capital de Zambia.

Durante las consultas, ACNUR y sus socios escucharon las posiciones de 10 refugiadas de Angola, Burundi, República Democrática del Congo, Ruanda y Somalia que viven en áreas urbanas de Zambia y en los campos de refugiados de Meheba y Mayukwayukwa, que representaban los puntos de vista de más de 80 mujeres y hombres que habían participado en debates anteriores.

Una preocupación primordial para las ponentes era la impunidad de las personas que cometen delitos, especialmente los relacionados con la violencia sexual y violaciones. Las refugiadas denunciaron el alto número de violaciones de adolescentes y niños, en algunos casos de hasta cuatro años de edad. Las madres temen dejar a sus hijos solos en casa, o enviar a sus hijas a escuelas abarrotadas. Además, la atención sanitaria es limitada y de difícil acceso.

"Hay demasiados embarazos adolescentes no deseados y la asistencia sanitaria no es suficiente,"expuso una de las refugiadas. "Las niñas mueren de camino a la clínica simplemente porque sus caderas no son lo suficientemente anchas para dar a luz."

Por su parte, Erika Feller se declaró profundamente preocupada tras las declaraciones escuchadas y por la cuestión de la impunidad. "Si el autor no es castigado, hace que la agredida se sienta doblemente víctima. Es un fracaso colectivo que en 2011 todavía haya mujeres que tengan que enfrentarse a estos problemas a diario. Es responsabilidad de todos empoderar y dar formación a las mujeres refugiadas para que puedan ser más independientes."

La educación es una importante herramienta de empoderamiento, pero "algunas escuelas tienen 90 alumnos por aula. Y además las becas escasean. Las niñas abandonan pronto los estudios y son forzadas a casarse jóvenes,"explicó una refugiada.

Las refugiadas también se quejaron ante la falta de libertad de movimiento. Actualmente, los permisos de trabajo están vinculados a los documentos de identidad, lo que convierte a un refugiado urbano en ilegal en cuanto expira su permiso de trabajo. Además, se enfrentan al problema de que los permisos para aquellos que trabajan por cuenta propia están sólo vinculados al cabeza de familia, por lo que cuando este se pone enfermo, la familia queda indefensa. Los refugiados pidieron que estos permisos puedan ser transferibles entre los miembros de una misma familia.

Además de estos desafíos diarios, algunos de los refugiados también se mostraron preocupados por la cesación de la condición de refugiado para los angoleños y ruandeses, prevista para finales de este año. A pesar de que un gran número de refugiados desean regresar a Angola y Ruanda, un pequeño grupo ha solicitado al que conceda un tratamiento especial a los refugiados que han establecido lazos familiares en Zambia, así como a los que llevan mucho tiempo residiendo en el país o a aquellos que tienen con motivos específicos para negarse a retornar.

"Que cese la condición de refugiado es un hecho positivo en sí mismo, ya que ninguna persona debe de ser un refugiado durante toda su vida,"dijo Erika Feller. "Sin embargo, aquellos que no deseen regresar y tengan razones válidas para ello, deben ser escuchados."

Las consultas del viernes fueron las quintas de un total de siete diálogos que están siendo llevados a cabo en todo el mundo por ACNUR y los facilitadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sydney-Australia) en el marco del 60 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. El objetivo es identificar los principales problemas de protección a los que se enfrentan las mujeres refugiadas, y las mejoras que ellas mismas puedan poner en marcha con la ayuda de ACNUR, receptarlos países de acogida y la comunidad de donantes. Los primeros cuatro Diálogos tuvieron lugar en laf India, Jordania, Colombia y Uganda.

En esta ocasión se eligió Zambia por su larga y generosa historia de acogida de refugiados. "Con la celebración de los diálogos en este país, Zambia se ha convertido en un adalid a la hora de dar voz a las mujeres refugiadas y empoderarlas. Este modelo de Diálogo es el que queremos replicar en todo el mundo," concluyó Erika Feller.

Tailandia y Finlandia serán las sedes de los próximos (y últimos) Diálogos. Las recomendaciones surgidas de los siete diálogos serán analizadas en una reunión a nivel ministerial que tendrá lugar en Ginebra en diciembre de 2011.

Por Astrid Van Genderen Stort, en Lusaka, Zambia