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Colombia: Payasos Sin Fronteras viajaron por el Meta y Arauca a llevar sonrisas

Historias

Colombia: Payasos Sin Fronteras viajaron por el Meta y Arauca a llevar sonrisas

Alrededor de 3.300 personas de todas las edades en Arauca y Villavicencio asistieron a los espectáculos de Payasos Sin Fronteras y participaron en sus juegos y actividades.
11 Mayo 2012
Los Payasos Sin Fronteras con estudiantes del colegio en Puerto Nariño, una institución educativa que recibe estudiantes de muchos lugares rurales fronterizos con Venezuela.

VILLAVICENCIO, Colombia, 11 de mayo (ACNUR) – Por segunda vez la organización española Payasos Sin Fronteras (PSF) vino a Colombia. Las ciudades de Villavicencio y Arauca fueron el escenario de tres payasos que crearon sonrisas entre los habitantes de barrios conflictivos donde viven miles de niños y niñas. En estas zonas el ACNUR está trabajando desde hace varios años. Alrededor de 3.300 personas de todas las edades en Arauca y Villavicencio presenciaron los espectáculos de PSF y participaron en los juegos y actividades que el equipo de voluntarios organizó en tres semanas.

Sonia, una niña desplazada de 12 años de edad de la comuna 13 de Villavicencio, vino a ver el espectáculo con toda su familia. "Estos payasos me hicieron muy feliz, me gusta mucho su ropa de colores. En el juego de pelota imaginaria aprendí también que las peleas se pueden resolver de otra manera que no sea la guerra", dijo con cara de alegría.

La asociación lleva artistas con amplio recorrido profesional en el campo del teatro, circo, títeres, entre otros, a zonas donde hay conflictos bélicos o catástrofes naturales, a menudo con el apoyo del ACNUR. Su objetivo principal es "llevar sonrisas a lugares difíciles o donde cueste encontrarlas", dijo Gabriel de Argentina, uno de los artistas que también participó en la primera expedición en Colombia. En esta última visita, Gabriel notó una participación más intensa y más interactiva de la gente: "nos metimos por el barrio, por las casas con señoras, señores y no sólo chicos", dijo Gabriel entusiasta con la reacción positiva de la gente.

Aunque Andrea nunca vio un payaso en su vida, aprovechó al máximo las enseñanzas sobre teatro callejero que dejaron estos días. Lo único que Andrea había conocido hasta ahora con sus 5 hermanos fueron los múltiples desplazamientos que vivieron en varias parte del país. Andrea hizo parte también de los talleres de jóvenes con artistas locales para que los principios, valores y alegría llevados por PSF no se queden sólo en un momento sino que permanezcan en estos barrios. La risa es una técnica fundamental para la recuperación de valores constructivos y creativos como la tolerancia, la diversidad, la participación comunitaria y la paz.

Un momento importante del espectáculo de PSF fue cuando se representó una pelea entre dos grupos y llegó la oportunidad de decidir qué iban a elegir: la paz a la guerra. En ese instante, se les preguntó a los niños qué deseaban y esto desencadenó una reflexión importante. Los payasos pudieron escuchar en la propia voz de los niños que ellos querían la paz y esto abrió la ilusión de un futuro mejor.

"Hemos viajado a mucho lugares del mundo, sin embargo, al final los niños son iguales en todos los lados, con la misma gana de divertirse y de estar bien. Nos ven como personajes curiosos y nos reconocen al mismo tiempo la profundidad de hablarle de cosas crudas en su idioma, piden un mensaje pacífico y el espectáculo tiene este espíritu", dijo Gabriel.

Una anécdota que Gabriel llevará consigo a Argentina pasó durante el taller de jóvenes donde uno de ellos expresó su deseo de ingresar al ejército, en la selva, porque quería ser un hombre fuerte. "Nosotros le hemos dicho que el artista es un guerrero también, pero que lucha de otra forma y que hay otras alternativas en la vida para ser hombres de valor que no son la guerra".

Cuando el espectáculo termina, estos niños vuelven a su vida, una vida dura pero enriquecida por otros valores que pueden transmitir a otras personas. "Muchos no sabían que el pelo de un payaso es una peluca y aquí se han enterado de esto, se han emocionado, han hablado con nosotros y en el momento de la despedida, cuando hemos recibido un abrazo, era un abrazo grande, sentido; esto me impresionó mucho" concluyó Gabriel.

En los barrios donde se realizaron las funciones, la oficina del ACNUR en Villavicencio adelanta trabajos comunitarios, especialmente con mujeres, niños, niñas y adolescentes, con proyectos como la Red de Mujeres Desplazadas y las escuelas deportivas, culturales y comunitarias. Se ha hecho especial énfasis en el barrio 13 de Mayo, donde además se desarrolla un programa de integración local.

Por Francesca Fontanini en Villavicencio, Colombia