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La actriz china Yao Chen visita a los refugiados sirios en el Líbano

Comunicados de prensa

La actriz china Yao Chen visita a los refugiados sirios en el Líbano

En su casa, es una estrella de la pantalla, pero en su visita al Líbano, la Embajadora de Buena Voluntad del ACNUR, Yao Chen, espera poner de relieve el sufrimiento de los refugiados sirios.
21 Mayo 2014 Disponible también en:
La actriz china Yao Chen se reúne con refugiados sirios en un asentamiento en Tiro, Líbano.

TIRO, Líbano, 21 de mayo de 2014 (ACNUR) – En su hogar en China es una estrella del cine, pero durante su visita de tres días al Líbano, Yao Chen le dio un giro a las cámaras para capturar el sufrimiento de los refugiados sirios y ayudar a generar más conciencia sobre su grave situación.

El martes, la Embajadora de Buena Voluntad del ACNUR pasó el día con algunos de los refugiados que huyeron a causa de los bombardeos y la destrucción en el norte de Siria y que han encontrado la seguridad en el asentamiento de Ras El-Ein, cerca del la ciudad de Tiro, al sur del Líbano. Aquí, las familias se aglomeran en tiendas provisionales o en edificios de apartamentos destartalados, sin agua corriente.

Chen, de 34 años, está haciendo un documental sobre la experiencia, que publicará en su cuenta de Weibo (la versión china de Twitter), y espera que esto haga recordar a sus 68 millones de seguidores que muchos lo han perdido todo en su lucha por escapar de la guerra.

"Mi trabajo es pasar el mensaje", dijo al personal de ACNUR. "No sé en otros países, pero en China, la gente que vive en tiempos de paz solo tiene una idea vaga de lo que significa ser refugiado".

Más de 330 refugiados viven en Ras El-Ein, donde muchos hombres y mujeres se despiertan cada día antes del amanecer para buscar trabajo en las plantaciones de plátano y hortalizas cercanas. Aquellos a los que contratan ganan entre 5 y 7 dólares (USD) al día.

La superestrella china se reunió con Ibrahim, de 41 años, y su esposa, Shams, de 31, junto con sus cinco hijos en su pequeño apartamento. Shams, una ama de casa que trabajaba como decoradora de interiores, ahora decora su propia casa en el Líbano con flores de plástico hechas con bolsas para la basura.

La pareja, originara de Alepo, dijo a Chen que huyó porque no quería que sus hijos crecieran siendo testigos de una guerra. Se marcharon a Jordania desde la provincia de Latakia, en el oeste de Siria, hace más de un año, tras sobrevivir a un asedio que causó hambrunas en la zona y que les dejó sin comida ni agua durante tres días.

Tras desayunar con ellos y ofrecerles unos dulces chinos, Chen acompañó a la familia a los campos en los que trabaja recolectando pepinos y ayudó a las hijas a sacar agua de un pozo cercano que utilizan todos los refugiados.

Chen preguntó a todos los hijos de Ibrahim y Shams a qué aspiraban. Amal, de 11 años y el primero en su clase en una escuela de dobles turnos para refugiados, quiere ser profesor. Mohammed, de 16, se está preparando para ser mecánico de automóviles.

Chen, que concluyó su visita al Líbano hoy por la tarde, dijo que sentía la obligación especial de encontrar a los niños refugiados. "Quiero que sepan que no están solos; que hay gente que les quiere", dijo.

La actriz, conocida por papeles en comedias románticas y sus comentarios audaces en los medios sociales, cree que filmar las experiencias de los refugiados es clave para explicar a su gran número de fans el trauma de la guerra.

"No es necesario sacar una foto de la destrucción de la guerra; solo hace falta una foto de los rostros de los refugiados para leer lo que hay en sus ojos. Los ojos pueden mostrarnos muchas cosas . . . Sobre todo los de los niños", dijo. "En algunos de ellos podemos leer y ver la tragedia que existe en sus vidas".

Más de 150.000 personas han muerto en Siria en los tres años de un conflicto que ha obligado a millones a huir de sus hogares. Unos 2,7 millones de sirios han sido registrados como refugiados fuera del país, a la vez que se estima que otros 6 millones se han visto obligados a desplazarse dentro de Siria.

Chen preguntó a otra madre refugiada en el asentamiento, Wajiha, por qué soñaba aún con su hogar a pesar de las matanzas. "¿Hay algo más precioso que nuestra propia nación?", preguntó la mujer, embarazada y madre de seis hijos, sentada en el suelo de su tienda. Wajiha perdió un bebé en un incendio en el campamento hace cuatro meses.

Durante los cuatro años de trabajo con ACNUR, Chen dijo haberse sentido inspirada por las historias de los refugiados, pero considera únicos a los sirios en cuanto a su determinación por recuperar sus vidas después de los estragos de la guerra. "Veo que tienen grandes esperanzas en el futuro", dijo. Y añadió: "Los refugiados sirios tiene fe . . . No solo desean sobrevivir, sino que desean tener una vida mejor".

Por Erika Solomon en Tiro, Líbano

Gracias a la Voluntaria en Línea Ana María Bennasar López por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.