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ACNUR lleva con urgencia ayuda a miles de iraquíes desplazados en una zona remota

Historias

ACNUR lleva con urgencia ayuda a miles de iraquíes desplazados en una zona remota

Una nueva oleada de iraquíes desplazados por los recientes combates en Irak ha llegado a la empobrecida y de difícil acceso región de Sinjar, en la frontera oeste del país con Siria.
17 Junio 2014 Disponible también en:
Miembros de una familia iraquí desplazada en un hotel en la ciudad de Erbil donde encontraron refugio tras abandonar su casa.

ERBIL, Irak, 17 de junio de 2014 (ACNUR) – Una nueva oleada de iraquíes desplazados por los recientes combates en Irak ha llegado a la empobrecida y de difícil acceso región de Sinjar, en la frontera oeste del país con Siria.

Un total de 20.000 personas desplazadas por la violencia de la semana pasada en las ciudades de Mosul y Tal Afar habían llegado para el lunes y otras 10.000 se esperaban para hoy, indicó el personal del ACNUR. Muchos están viviendo al raso y necesitan ayuda inmediata.

ACNUR y sus socios han realizado un envío de suministros de ayuda a la zona, la cual es menos accesible que la mayoría de las zonas de la región del Kurdistán del norte de Irak, donde otros 300.000 desplazados internos llegaron durante la semana pasada.

"Sabemos que muchos de esos civiles desplazados están ahora al raso bajo el ardiente sol, y que tienen un acceso muy limitado a comida, agua y alojamiento", dijo Andrei Kazakov, coordinador del ACNUR en el terreno. "Parece que muchos están planeando moverse al norte a la Gobernación de Duhok. Pero mientras tanto, debemos llevarles la ayuda que necesitan urgentemente".

La agencia de la ONU para los refugiados y el Fondo para la Infancia de la ONU (UNICEF), junto con funcionarios del gobierno local, enviaron el martes un convoy de 10 camiones a la zona con ayuda de emergencia. El ACNUR envió a las familias tiendas junto con equipos de emergencia que contienen colchones, mantas, juegos de cocina, suministros para higiene, recipientes para agua y ventiladores para combatir el intenso calor.

Mientras tanto, en la región del Kurdistán iraquí, los 300.000 iraquíes desplazados por los combates de la semana pasada continúan teniendo necesidades básicas insatisfechas. Según rápidas evaluaciones realizadas por el ACNUR y sus socios locales, las personas encuestadas informan de graves dificultades para encontrar un lugar donde vivir y se quejan del alto coste de la vida y de la falta de privacidad.

Algunos indican que solo comen una vez al día para estirar el poco dinero del que disponen. Con temperaturas diurnas que se disparan hasta los 40 grados Celsius, la protección frente al sol y el calor se está convirtiendo en una de las principales preocupaciones. Las autoridades regionales están ayudando a establecer cinco campamentos temporales para afrontar la oleada de iraquíes desplazados.

Fakhria es una de ellos. Llevar a su familia a un lugar seguro fue todo lo que esta abuela de 55 años pensó cuando huyó a Erbil en el Kurdistán iraquí mientras la lucha se recrudecía en Mosul a principios de la semana pasada. "Soy vieja. . . No estoy preocupada por mi vida", dijo. "Pero nunca podría dejar que algo les sucediera a mis nietos". Después de que un proyectil cayera cerca de su casa familiar, Fakhria y su amplia familia de 18 miembros se dirigieron hacia el norte. "Caminamos durante días bajo el ardiente sol", señaló. "Sentí alivio cuando llegamos a Erbil".

Fakhria y toda su familia están viviendo ahora en una pequeña habitación con una cocina diminuta que comparten con otras tres familias. Se desvela cada noche, no pensando en el claustrofóbico espacio, si no en el hecho de que se está quedando sin dinero.

"Estamos gastando muy rápidamente lo que tenemos", dijo, añadiendo que a este ritmo sus ahorros solo durarán otra semana. El retorno a Mosul no es una opción y Fakhria y su familia no tienen otro sitio a donde ir. "Preferiría dormir al raso que poner a mis nietos en peligro otra vez", recalca.

Mangora, que tiene unos 60 años, piensa lo mismo. Llegó a Erbil desde la ciudad de Tikrit con su amplia familia de 24 miembros el fin de semana. Pasaron dos noches durmiendo al raso antes de encontrar una habitación sencilla en un deteriorado hotel. "No nos trajimos nada con nosotros; solo huimos", dijo, mientras su familia la miraba.

Hasta ayer, 17 de las habitaciones en su pequeño hotel en Erbil estaban ocupadas por desplazados iraquíes: hombres, mujeres y niños de hasta tres familias apiñados unos contra otras en una habitación sencilla que cuesta 40 dólares por noche – un descuento para los desplazados, le dijeron a ella. Hoy, cinco de esas habitaciones están vacías. Sus ocupantes ya no pueden pagar ese precio.

Por Ned Colt, Shawn Baldwin y Rocco Nuri en Erbil, Irak

Gracias al Voluntario en Línea José Carlos López por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.