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Alto Comisionado exige una solución política urgente a la crisis en Iraq

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Alto Comisionado exige una solución política urgente a la crisis en Iraq

Guterres advirtió del riesgo de que en Iraq "estalle una guerra sectaria en toda regla y se produzca una fragmentación total en el país".
18 Julio 2014 Disponible también en:
António Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, conversa en el campamento de tránsito de Khazair, al norte del Kurdistán, con un padre iraquí que le explica cómo él y su familia se vieron obligados a huir de Mosul.

ERBIL, Iraq, 18 de julio de 2014 (ACNUR) – António Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, advirtió el viernes del riesgo de que en Iraq "estalle una guerra sectaria en toda regla y se produzca una fragmentación total en el país", mientras los iraquíes siguen huyendo de sus hogares y los grupos minoritarios sufren ataques.

Añade que a los políticos iraquíes y a la comunidad internacional apenas les queda tiempo para actuar.

En las conversaciones de alto nivel celebradas el miércoles en Bagdad, instó a los dirigentes a buscar urgentemente una solución política y a aprovechar esta última oportunidad de buscar una solución no sectaria capaz de aglutinar a todas las partes en el conflicto. En caso contrario, podría estallar una auténtica guerra sectaria.

El jefe del ACNUR animó a los gobiernos regionales y mundiales a prestar apoyo para solucionar el conflicto. Dijo que los países con influencia también tienen que trabajar de manera constructiva para encontrar una solución, dado que esta situación constituye una amenaza para todos ante la que nadie está seguro.

El Alto Comisionado pudo observar las duras condiciones a las que se enfrentan algunos de los más de 650.000 iraquíes desplazados por el conflicto desde el mes de enero. En el campamento de tránsito de Khazair, a medio camino entre las ciudades iraquíes de Erbil y Mosul, recorrió los senderos polvorientos que transcurren entre las cerca de 500 tiendas instaladas por el ACNUR, en las que viven actualmente refugiados chiitas, suníes y otros pertenecientes a otros grupos.

Un padre que huyó hace un mes de los combates en Mosul contó al Alto Comisionado que su hijo había regresado a la ciudad la pasada semana para comprobar el estado de la casa familiar y la había encontrado ocupada y parcialmente destruida.

El Alto Comisionado señaló el grave impacto para la economía y la sociedad que tiene la afluencia de los más de 225.000 refugiados sirios y los más de 300.000 desplazados iraquí llegados recientemente. Hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que refuercen su apoyo al Gobierno y la población de la región del Kurdistán en un momento tan difícil.

"El Oriente Medio está en llamas", dijo. Y el Kurdistán representa una de las escasas regiones estables en las que puede garantizarse protección.

El Alto Comisionado explicó que una inminente contribución del Reino de Arabia Saudita, por un importe de 500 millones de dólares de los Estados Unidos, ayudará a las Naciones Unidas a prestar ayuda humanitaria esencial a los iraquís. "Se necesita que otros países colaboren también para ayudar al Kurdistán a hacer frente a este terrible problema", dijo.

El viernes, el Alto Comisionado se desplazó al nuevo campamento de refugiados de Arbat, sito en la ciudad de Sulaymaniyah, al norte del país, que actualmente acoge a más de 3.000 sirios que huyeron de la guerra civil. De los casi tres millones de refugiados sirios, 225.000 se encuentran en el Iraq. Señalando la estabilidad de la región, António Guterres explicó que "si no fuera por el Kurdistán, muchas de las personas que huyen no tendrían ningún lugar adónde ir".

António Guterres visitó Iraq para presentar sus respetos a los desplazados internos, los refugiados sirios y las comunidades de acogida y expresar su solidaridad durante el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes. Manifestó su preocupación por todos los iraquíes, en particular las minorías, que se encuentran en situación de riesgo.

"Todos necesitan protección", señaló. "Todos los que buscan un lugar donde refugiarse deberían tener acceso a un refugio, sin discriminación alguna. Todas las personas tienen derecho a la seguridad".

Encomió el compromiso del Presidente y el Primer Ministro de la región del Kurdistán iraquí de "mantener una política de fronteras y puertas abiertas a todas las personas que necesiten ayuda, cualquier que sea su etnia o su religión. Esta actitud de tolerancia y apertura tiene un importante significado simbólico en un momento en el que es preciso evitar a toda costa que estalle en Iraq una guerra civil sectaria".

Fue categórico a la hora de evaluar lo que el ACNUR y la comunidad humanitaria en general pueden lograr. "Lo que hacemos es tratar de reducir al mínimo el sufrimiento. No existe una solución humanitaria para esta trágica crisis. El personal humanitario no tiene medios para remediar el desastre provocado por los políticos. Lo que de verdad necesitamos es paz".

Por Edward Colt y Melissa Fleming

Gracias a la Voluntaria en Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.