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El Alto Comisionado celebra la concesión de permisos de trabajo de Turquía para refugiados sirios

Historias

El Alto Comisionado celebra la concesión de permisos de trabajo de Turquía para refugiados sirios

El gobierno turco ha emitido regulaciones que consentirán que muchos de los 2,5 millones de refugiados sirios que están en el país soliciten permisos de trabajo.
18 Enero 2016 Disponible también en:
La vida en el campamento de refugiados Nizip, en el sureste de Turquía, ha sido una sucesión de largos días y pequeñas tareas.

ESTAMBUL, Turquía, 17 de enero de 2016 (ACNUR/UNHCR) – Como resultado de un importante cambio de políticas, el gobierno turco ha emitido nuevas regulaciones que permitirán a muchos de los 2,5 millones de refugiados sirios que están en el país solicitar permisos de trabajo.

Los refugiados sirios registrados que hayan vivido en Turquía durante al menos seis meses podrán solicitar permisos de trabajo en la provincia donde se registraron por primera vez. Los sirios que obtengan permiso deberán recibir al menos el salario mínimo. Actualmente muchos refugiados trabajan ilegalmente para poder llegar a fin de mes y con frecuencia reciben salarios muy bajos.

Las regulaciones se aplicarán tanto a los refugiados que viven en las ciudades como al 10% que está alojado en campamentos de refugiados en Turquía.

Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, saludó la valiente decisión por ser un gran avance para los refugiados.

"Los empleos significan dignidad", dijo Grandi, "una vida digna en la que no se tenga que mendigar por dinero o estar esperarando el dinero de asociaciones o del gobierno. Yo creo que es un gran progreso".

Turquía actualmente acoge a más refugiados que cualquier otro país en el mundo.

Para su primera visita oficial como Alto Comisionado, Grandi eligió Turquía, donde dedicó mucho tiempo a escuchar a los refugiados. En Estambul visitó un centro dirigido por la Asociación de Solidaridad con Solicitantes de Asilo y Migrantes (ASAM, por sus siglas en inglés), una ONG turca que ayuda a los refugiados que viven en la ciudad y tienen dificultades económicas y psicológicas.

Escuchó como dos mujeres le contaban la difícil decisión que tuvieron que tomar sus esposos al irse a buscar trabajo en Europa. Otras familias le relataron el doloroso sacrificio que tenían que hacer al verse obligados a enviar a sus hijos a las fábricas a trabajar ilegalmente para ayudar a pagar la comida y el alquiler, en vez de al colegio.

"Escuché historias que me rompieron el corazón", dijo Grandi. "Son historias reales de mujeres y niños que lo han perdido todo y que no saben cuál será su futuro".

Su futuro puede ser ahora un poco más positivo con la introducción del nuevo derecho a trabajar. Las regulaciones también permiten que los trabajadores independientes soliciten permisos de trabajo. Sin embargo, el número de refugiados sirios que podrán trabajar en empresas turcas se limitará al 10% de la plantilla de cada empresa.

Mientras tanto, en los campamentos de refugiados Nizip, en el sudeste de Turquía, cerca de la frontera con Siria, la vida en el exilio de casi 16.000 personas es una sucesión de largos días y pequeñas tareas.

Ahmed y su padre crían palomas mensajeras. Es una pasión para ellos, pero también una manera de ganar un poco de dinero; venden sus aves a colombófilos turcos. Ahora el padre de Ahmed podrá conseguir un permiso que le permita trabajar para ganar algo más que calderilla.

No muy lejos, en un contenedor transformado en un hogar acogedor con alfombras y cojines, Fehmiye es la mayor de una familia de cuatro generaciones.Tiene 85 años y es la persona más anciana de todos los refugiados en el campamento. Ella se siente agradecida por el simple hecho de estar viva. Hace dos años su familia se escondió durante dos días en un cuarto de baño en Homs mientras caían proyectiles de mortero. Luego huyeron a Turquía.

Pero las nietas de Fehmiye –Fehmiye y Fadia– las dos con hijos, hablan con frustración.

"La vida aquí", dijo Fadia, "es comer, dormir, esperar y estar sin trabajar".

Su esposo se fue del campamento y luego de Turquía, en busca de trabajo. Después de hacer la peligrosa e ilegal travesía mediterránea, llegó a Alemania hace cuatro meses.

La nueva regurlación sobre la concesión de permisos de trabajo puede ayudar a disminuir la frustración de los refugiados.

Grandi, quen declaraciones después del anuncio de las nuevas regulaciones , propuso encarecidamente a otros países a seguir el ejemplo de Turquía.

"Creo que Turquía es un ejemplo de cómo se debe acoger a los refugiados", dijo.

Por Don Murray en Estambul