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Alto Comisionado insta a la unidad en el estado de Rakhine, Myanmar

Historias

Alto Comisionado insta a la unidad en el estado de Rakhine, Myanmar

Filippo Grandi se reunió con comunidades en el intranquilo estado de Rakhine para comprender mejor sus necesidades y los desafíos que enfrentan.
6 Julio 2017 Disponible también en:
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi se reunió con Masoota Hatu, de 55 años.

MAUNGDAW, Myanmar, 06 de julio de 2017 (ACNUR) – El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha llamado a las comunidades del intranquilo estado de Rakhine a unirse para enfrentar el miedo, la desconfianza y el subdesarrollo.

En su primera visita al Sudeste de Asia, Grandi se reunió con personas desplazadas, comunidades locales y con las autoridades gubernamentales en las ciudades de Sittwe y Maungdaw para comprender mejor sus necesidades y desafíos.

En octubre del año anterior, un estimado de 20.000 personas fueron desplazadas a los alrededores de Maungdaw en una operación de seguridad provocada por los ataques en varios puntos de seguridad fronterizos. La mayoría ha regresado a su hogar, pero algunos continúan siendo acogidos por personas de las aldeas locales, pendientes de acuerdos sobre los retornos y los sitios de reubicación. Cerca de Sittwe, 120.000 personas continúan en campamentos para personas desplazadas internas, después de ser desarraigadas por la violencia intercomunitaria en 2012.

Masoota Hatu ha vivido en el campamento Dar Paing por cinco años, y enfrenta problemas de salud, para los que no puede costear el tratamiento. Solo dos de sus cuatro hijos asisten a la escuela, ya que no hay escuela secundaria en el campamento.

"Necesitamos pasar de la sobrevivencia a la vida real con oportunidades"

"Es muy difícil", le dijo la viuda de 55 años a Grandi. "Lo que más quiero es volver a mi pueblo para mejorar nuestra vida".

Como muchas personas musulmanas en el estado de Rakhine, las personas apátridas como ella no se pueden mover libremente sin autorización y no pueden acceder a servicios básicos como salud, educación y medios de vida con facilidad.

"Estas personas merecen un futuro mejor que las presentes condiciones de pobreza extrema, carencia y marginación".

En marzo, un informe preliminar de la Comisión Consultiva del Estado de Rakhine recomendó pasos para terminar con el desplazamiento y promover el diálogo intercomunitario. El Gobierno ha respaldado el informe y acordó implementar estas recomendaciones.

No será fácil, la atmósfera en Maungdaw continúa tensa después de la violencia que supuestamente fue perpetrada por miembros de la milicia.

El martes, cuando Grandi se reunió con un grupo de aldeanos de Rakhine que viven al lado de un pueblo musulmán en Maungdaw, ellas le dijeron que las comunidades solían vivir y trabajar juntas.

"Pero después de la violencia de octubre, nos da miedo salir de nuestros hogares para recolectar leña o para pescar para sobrevivir. Nuestros hijos también se están quedando en casa. Necesitamos algo de asistencia hasta que la situación mejore", dijo un líder de la comunidad.

El Alto Comisionado instó a ambas comunidades a retomar el diálogo. "Tienen los mismos temores por sus familias, y las mismas ansiedades sobre cómo proveerles", dijo él. "La asistencia humanitaria es importante pero no durará para siempre. Al aprender a vivir en paz, se sientan las bases para la prosperidad y el desarrollo".

En Maungdaw, Grandi visitó un proyecto apoyado por el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, que promueve una coexistencia pacífica a través de clases vocacionales. Este reúne a 20 mujeres musulmanas y de Rakhine que aprenden a coser, y lectura básica, así como educación para la salud y la higiene. A pesar de que pareciera que ellas tienen muy poco en común, muchas de estas mujeres no han recibido educación o han tenido que abandonar las escuelas para apoyar a sus familias.

May Than New, de 23 años, abandonó la escuela ya que sus padres no podían costear su educación. Ella vendía combustible antes de unirse a las clases de costura. Ahora ella planea trabajar como costurera y dar clases de costura después de su graduación.

"Mis padres siempre tuvieron amigos musulmanes en nuestra casa y nosotros creemos que la discriminación solo trae problemas", dijo ella. "Esta clase me ha ayudado a comprender mejor a mis amigos musulmanes".

Su compañera de clase de 19 años, Somira, añadió: "Yo no conocía a ningún Rakhine antes, pero ahora he hecho algunos amigos en la clase".

"Esta clase me ha ayudado a comprender mejor a mis amigos musulmanes"

ACNUR también ha ayudado a establecer un mercado en Mungdaw, donde cerca de 2.000 familias musulmanas, Rakhines, hindúes y otros grupos minoritarios van a diario por sus artículos alimenticios e interacción social.

Cuando le preguntaron qué podría ayudarle a mejorar su vida, un aldeano musulmán en Maungdaw dijo: "Solo queremos vivir en paz, tener una tarjeta de identidad y los mismos derechos que las demás personas".

El miércoles, el Alto Comisionado se reunió con la Consejera de Estado, Aung San Suu Kyi y otros ministros para discutir la situación del Estado Rakhine, el desplazamiento en Kachin y el estado de Shan, además de la posibilidad de que los refugiados de origen étnico Karen regresen voluntariamente de Tailandia.

Desde Myanmar, Grandi se trasladará a Tailandia y Bangladesh para discutir asuntos de refugiados en ambos países, antes de terminar su gira regional el 11 de julio.

Por Vivian Tan