Cerrar sites icon close
Search form

Buscar el sitio de un país

Perfil de país

Sitio de país

Una familia que huye de la violencia encuentra seguridad en Sudán del Sur

Comunicados de prensa

Una familia que huye de la violencia encuentra seguridad en Sudán del Sur

When their village in Sudan came under attack, Oumi's family fled. Widowed along the way, she is now trying to give her four children a second chance. [for translation]
24 Octubre 2012 Disponible también en:
Oumi junto a sus hijos, incluido el bebé nacido durante su huida, en el campamento de Yusuf Batil.

YUSUF BATIL, Sudán del Sur, 24 de octubre (ACNUR) – Oumi es viuda, refugiada y madre de cuatro niños. Este mes ella se encontró con Cécile Pouilly, trabajadora de ACNUR, en el campamento de refugiados de Yusuf Batil, en Sudán del Sur, y compartió la historia del trágico viaje al exilio de su familia desde Dera, en el estado del Nilo Azul, en Sudán.

A continuación, la historia de Oumi:

Dejé mi hogar debido a la guerra y los combates. Mientras estábamos viviendo allí [en Dera] teníamos cabras, ovejas, vacas…éramos granjeros. Lo dejamos todo cuando huimos. Había soldados con artillería disparando en la aldea y muchos bombardeos desde el aire. Los soldados vinieron a atacarnos en nuestra aldea. Los combates comenzaron repentinamente, de modo que no tuvimos otra opción mas que huir con nuestros hijos y escapar lejos. Temíamos que nos mataran a todos.

Avanzamos y llegamos aquí después de tres meses. Caminábamos por el monte, no seguíamos ninguna ruta. Nos detuvimos en lugares cuyos nombres ni siquiera conocíamos. Simplemente nos deteníamos cuando estábamos agotados. Lo peor fue la falta de alimentos. Estábamos comiendo solo hojas y yo no tenía leche para mi bebé, que lloraba sin cesar.

Mi esposo comenzó a sentirse mal, no podía mantenerse en pie. Se sentía mal por no poder cuidar de los niños. Murió bajo la sombra de un árbol en el camino. Lo dejamos allí. Hasta el día de hoy pienso en él y me pregunto si su cuerpo fue devorado por los perros, los buitres o las hienas.

Mi vida está aquí ahora. Cocino para los niños, los puedo alimentar gracias a la ayuda que estoy recibiendo de las Naciones Unidas. Durante el viaje cargué al bebé y mis otros hijos tuvieron que caminar. Di a luz al último en el camino, cuando mi esposo aún estaba vivo.

Los niños también enfermaron y sufrieron por la falta de agua y por los mosquitos. Lo único en lo que pensaba era en llegar a un lugar seguro. No sabía a dónde ir, así que seguí a otros que también huían. Había mucha gente en el camino. Si no hubiéramos llegado aquí hubiésemos muerto.

Ahora estoy muy ocupada con los niños. Espero que crezcan y me puedan ayudar. La vida es difícil, estoy preocupada por la ayuda que recibimos, porque si se detiene, la vida será aún más difícil. Mi deseo para el futuro es tener una parcela de tierra donde pueda cultivar sorgo, maíz, gombo, para vender y poder comprar algunas cabras, que a su vez pueda vender cuando lo necesite. En casa teníamos 10 cabras de las que yo me encargaba y que producían leche. Mi esposo cuidaba de las otras, teníamos muchas, no sé cuantas.

Desde que llegué aquí no ha habido oraciones. Todos están muy ocupados. Quisiera llamar a la gente a orar por mi marido, pero no puedo, no puedo pagar el té. He dejado mi vida en las manos de Dios, esperando que Él me proteja. Eso es todo lo que me queda. Los niños me miran ahora como su madre y su padre. Mis hijos están descalzos y necesitamos vestido. Ayúdennos.