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Ayuda especial para refugiados sirios con necesidades especiales

Comunicados de prensa

Ayuda especial para refugiados sirios con necesidades especiales

La pareja siria Azad y Maha sufrieron de polio cuando eran niños. Huyeron a Irak con sus hijos y están recibiendo ayuda especial del ACNUR.
28 Noviembre 2012 Disponible también en:
Azad y Maha con uno de sus hijos en el campo de Domiz, en Irak. Tienen necesidades especiales y han estado recibiendo ayuda de ACNUR.

CAMPO DE DOMIZ, Irak, 28 de noviembre (ACNUR) – Para los sirios que huyen de su país, cruzar la frontera es siempre una experiencia difícil, especialmente para las personas que tienen necesidades especiales. Tanto Azad*, de 44 años, como su mujer Maha, de 30, están afectados por la polio desde que son niños.

La pareja y sus tres hijos huyeron de su aldea, Qamishly, en la gobernación de Hassakeh, en el noreste de Siria, el pasado mes de agosto y ahora viven en el campo de refugiados de Domiz, en Irak. Sentado en una silla de ruedas frente a la tienda familiar, Azad recordaba hace poco en un día soleado cómo fue su peligroso viaje hacia la seguridad.

"Fue un trayecto arduo" dice. "Tardamos una hora y media a pie en recorrer las montañas hasta que llegamos a la frontera iraquí. Fue muy difícil. Tanto mi mujer como yo necesitamos asistencia. Ella iba con muletas y yo fui llevado a hombros todo el camino por otro refugiado que se ofreció a ayudarme".

Poco después de su llegada y registro en el campo, recibieron una tienda especial para familias vulnerables. "ACNUR nos ha dado una tienda que se asienta sobre una base de hormigón de un metro de altura, con una cocina y un baño adyacentes" dice Azad.

"Después recibí materiales adicionales donados por una constructora local y otro refugiado del campo se ofreció a levantar un poco más los muros, de forma que nuestra pequeña habitación queda completamente cubierta bajo la tienda. Me siento más protegido ante el invierno ahora".

Apoyada en sus muletas, Maha prepara la comida para su familia en su pequeña cocina y valora la protección extra que les da el muro que les rodea. ACNUR está trabajando para ofrecer una protección similar a todas las tiendas del campo, pero por ahora estas estructuras mejoradas se están facilitando a las familias vulnerables y a los recién llegados.

"Me siento más a gusto aquí" dice Maha, destacando las dificultades de vivir con necesidades especiales en un campo repleto de tiendas con 23.000 personas, en su mayoría sirios kurdos. "Siento que aquí tengo intimidad. Tenemos nuestro propio baño y puedo cocinar, lavar los platos y hacer la colada en mi propio espacio".

Hay al menos otros 158 refugiados sirios con necesidades especiales en el campo de Domiz.

Conjuntamente con las autoridades kurdas locales, ACNUR les está ofreciendo a todos muros de ladrillo para reforzar las tiendas y espacio extra para tener sus propios baños y cocinas. Con el tiempo, el plan es ofrecer a todos los habitantes del campo las mismas comodidades. Hasta ahora unas 1.500 familias se han beneficiado de estos refugios mejorados, y otras 1.300 lo harán próximamente.

El conflicto en Siria, que empezó en marzo de 2011, obligó a Azad a cerrar su pequeña tienda de comestibles en Qamishly, dejando a la familia sin ingresos con los que poder alimentar a sus tres hijos: Hakim, de 10 años, Haven, de 8 y Shekria, de 5.

"Pese al alojamiento mejorado, la ayuda humanitaria y los paquetes de productos de higiene que recibimos de ACNUR y otras organizaciones, los ingresos económicos son todavía el principal reto al que nos enfrentamos" asegura Azad. "No me puedo mover con facilidad, es mi hijo Hakim quien me ayuda a desplazarme por el campo. Por eso sólo puedo hacer trabajos sencillos. Necesito empezar mi propio negocio. Necesito ser independiente de nuevo, no me gusta ser dependiente" añade limpiándose las lágrimas.

Pero por ahora Azad y su familia sienten que no es seguro volver a casa. "Había cortes de electricidad todo el tiempo. Yo perdí mi trabajo y los precios subieron significativamente. Mi hermano fue asesinado hace dos meses. No quiero perder a mi hijo también, así que prefiero estar aquí hasta que sea seguro volver".

* Nombres cambiados por motivos de protección.

Por Mohammed Abu Asaker en el campo de Domiz, Irak