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Beca pone a refugiada maliense camino a la universidad en Mauritania

Historias

Beca pone a refugiada maliense camino a la universidad en Mauritania

Fatimetou es la única mujer entre los 18 ganadores de la beca DAFI en la Universidad de Nouakchott, que permite a jóvenes refugiados matricularse en la educación superior.
23 Junio 2017 Disponible también en:
Fatimetou presenta su primer examen de inglés en la Universida de Nouakchott.

La sala de conferencias está llena de estudiantes que visten coloridos velos y turbantes. Los ojos de Fatimetou están puestos en la hoja de examen de inglés sobre el escritorio, su bolígrafo sobre la hoja bajo la mirada fija del supervisor.


Una refugiada maliense, es la única mujer entre los 18 estudiantes en la Universidad de Nouakchott, quienes han recibido becas del Fondo de la Iniciativa Académica Alemana para Refugiados "Albert Einstein" conocido por su acrónimo en alemán DAFI, diseñado para permitir a jóvenes refugiados proseguir estudios en la educación superior.

Luego de que su escuela en el norte de Mali fuese cerrada y se viera forzada a huir a Mauritania, no imaginaba que iría a clases de nuevo, muchos menos a estudiar inglés en una universidad.

"Siempre quise aprender Inglés", comentó. "Mi sueño inicial era estudiar comunicación pero el conflicto cambió todo. En ese tiempo, cuando vi a mi comunidad pasar por un sufrimiento insoportable, perdí toda esperanza en el futuro".

No está sola. Muchos de los refugiados en Mauritania han perdido años de escolaridad y luchan por tener una educación, particularmente en niveles superiores y muchos sufren una barrera lingüística o carecen de los fondos para mantenerse durante sus estudios.

A nivel mundial, más de 65 millones de personas están desarraigadas por las guerras y la persecución, incluyendo más de 22,5 millones de refugiados, más de la mitad de los cuales son niños. Las oportunidades para aprender disminuyen enormemente cuando los niños son obligados a dejar sus hogares y conforme crecen, la situación empeora, según un informe del ACNUR ha señalado. Éste sostiene que sólo el 50% está matriculado en educación primaria, 22% en secundaria y 1% en educación terciaria.

El camino de Fatimetou estuvo cargado de dificultades. Ella y su familia fueron llevadas al campamento de refugiados de Mbera, hogar temporal para más de 50.000 refugiados malienses. Casi la mitad de su población nómada es analfabeta y menos de 1% – difícilmente alguna niña – logró aprobar el último año de educación secundaria.

"Al principio, mi madre no quería que yo estudiara", dijo Fatimetou. "A ella le hubiese gustado que no continuara luego de la educación primaria, pues pensaba que ese nivel era suficiente para que yo aprendiese a hablar Francés y luego volver a casa con ella, ese era su deseo".

Su madre temía que al dejar el hogar aumentase su exposición a la violencia diciéndole: "Si dejas mi hogar, no sé qué va a pasarte".

"La asistencia de las niñas disminuye drásticamente cuando vemos las cifras de educación secundaria"

Muchas niñas cuyos padres son analfabetos, como la mamá y el papá de Fatimetou, crecen con la creencia de que la educación no es para ellas.

El ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y otras organizaciones humanitarias, han estado presionando en el campamento de Mbera para la inclusión de las niñas en la educación.

"Como resultado de estos esfuerzos continuos de sensibilización en Mbera, el porcentaje de niñas matriculadas en las 6 escuelas primarias del campamento ahora casi iguala al de los niños", dijo Nabil Othman, representante del ACNUR en Mauritania.

"Sin embargo, la asistencia de las niñas disminuye drásticamente cuando miramos las cifras de educación secundaria, representando sólo el 27% de los estudiantes. En el quinto año de la crisis maliense, no podemos darnos el lujo de perder nuevas generaciones".

Fatimetou se siente aliviada al concluir su primer examen de inglés en la Universidad de Nouakchott.

Centenares de miles de personas en Mali han huido de sus hogares luego de que los enfrentamientos entre rebeldes armados y fuerzas gubernamentales comenzaran a principios de 2012. Para Fatimetou, la vida tomó un giro inesperado cuando se encontró en el campamento con su familia.

"En la crisis de 2012, perdí a un primo y a otros familiares", indicó. Ella y su familia primero huyeron al poblado fronterizo Fassala, en Mauritania, y fueron llevadas al campamento de Mbera en un convoy. "Cada uno de nosotros ha visto un sufrimiento insoportable", dijo.

"Tan pronto como llegamos al campamento, sentí que tenía que hacer todo lo que estuviese en mis manos para ayudar a las personas. Soy una hija de esta comunidad y era obvio para mí hacer algo para aliviar el sufrimiento".

Hablaba francés y se dispuso a explicarles a los malienses los procedimientos en el campamento. "Gracias a esta experiencia del campamento he desarrollado más autoestima".

"Gracias a esta experiencia del campamento he desarrollado más autoestima"

Trabajó primero como intérprete, luego como representante comunitaria ayudando al personal del ACNUR y a las ONGs como Intersos y Acción contra el Hambre, para transmitir información vital a los refugiados. Sin embargo, no renunció a su sueño de continuar sus estudios.

"Cuando tenía 16 años, podía hacer cosas que otras niñas no podían", dijo. "Podía hacer que otras personas entendieran cosas, explicarles cómo registrarse como refugiados y hacerles comprender sus derechos".

"Ello me hizo internalizar el poder del lenguaje y también hizo que mi madre entendiese las ventajas de la educación", explicó Fatimetou.

Fatimetou completó su bachillerato en el campamento de Mbera, lo que le permitió competir por una beca DAFI.

Ella está dentro del pequeño grupo que asumió el desafío de estudiar inglés en un país de habla árabe y francesa.

El inglés no se enseña en la escuela en el campamento de Mbera, que sigue el currículo maliense, así que los refugiados de Mali no tienen conocimiento básico del idioma y deben empezar desde cero, lo que desalienta a la mayoría de los candidatos.

"Escogí Inglés porque es el primer idioma en el mundo", sostuvo Fatimetou. "Me permitirá comunicarme con muchas personas y amo la comunicación".

"Lo más importante para mí es ayudar a mi comunidad. Quiero ser capaz de hablar al mundo sobre la realidad que experimentamos y sé que aprender inglés me ayudará con eso. También me ayudará a entender el mundo y descubrir cosas que son diferentes, maneras de vivir nuevas e interesantes".

Por Helena Pes