Clausura de un curso de nutrición: “Entre ecuatorianas y colombianas, no había diferencias”

- © ACNUR/ Andrea Durango.
Hace pocos días asistí a la casa abierta y clausura de un taller de nutrición que ACNUR apoyó a través de una de sus agencias socias, la Fundación Ambiente y Sociedad (FAS). Alrededor de 25 mujeres – ecuatorianas y refugiadas colombianas – se reunieron junto a sus familiares y amigos en un barrio de Quito, muy cerca de la Mitad del Mundo, para realizar una degustación de sus platos favoritos, los cuales aprendieron a preparar durante el taller. “Ha sido muy agradable el poder compartir entre ecuatorianas y colombianas, no había diferencias”, sonreía Rosa mientras con mucho emoción compartía su comida preferida.
Muy felices y orgullosas todas ellas, con su capa y muceta, recibieron un diploma. La mayoría de estas mujeres no habían terminado sus estudios primarios. “Es el primer curso que yo sigo, nunca tuve la oportunidad de hacer estos cursos, porque me dediqué todo el tiempo a mi hija…”, me contaba Lourdes, mientras me brindaba ensalada y me comentaba la importancia de nutrirnos bien para tener buena salud.
“Es un curso que hace una diferencia enorme en la vida de ellas; parte por el lado social, para que la persona refugiada no se sienta sola, pero también por el otro lado, el de poder aprender como nutrir mejor a su familia y como utilizar mejor los pocos recursos que tienen”, me mencionó Michelle, Nutricionista en Salud Pública, quien facilitó este taller de aproximadamente 2 meses de duración.
Uno de los objetivos de este curso es el que algunas mujeres lo repliquen en sus barrios, en sus comunidades. “Voy a impartir mis conocimientos en una fundación de niños abandonados” indicó Verónica y “espero que sea pronto”, sonrió.
Al mismo tiempo que se dicta el curso, se promueve la autoestima de las mujeres y se comparten conocimientos en temas de género e integración social. Generar redes de mujeres, crear grupos asociativos y discutir sobre posibles emprendimientos productivos son otros de los objetivos de estos encuentros”, me explicaba Jeannette Calvachi, Asistente de Coordinación y Ejecución de FAS.
“Gracias por permitirnos compartir nuestro aprendizaje”, fue una de las frases de las palabras de agradecimiento que dio la delegada de las participantes del curso. Terminó la fiesta en medio de música, comida y abrazos de felicitaciones. Que vivan las graduadas!
Por Andrea Durango, ACNUR - Ecuador
- © ACNUR/ Andrea Durango.
Hace pocos días asistí a la casa abierta y clausura de un taller de nutrición que ACNUR apoyó a través de una de sus agencias socias, la Fundación Ambiente y Sociedad (FAS). Alrededor de 25 mujeres – ecuatorianas y refugiadas colombianas – se reunieron junto a sus familiares y amigos en un barrio de Quito, muy cerca de la Mitad del Mundo, para realizar una degustación de sus platos favoritos, los cuales aprendieron a preparar durante el taller. “Ha sido muy agradable el poder compartir entre ecuatorianas y colombianas, no había diferencias”, sonreía Rosa mientras con mucho emoción compartía su comida preferida.
Muy felices y orgullosas todas ellas, con su capa y muceta, recibieron un diploma. La mayoría de estas mujeres no habían terminado sus estudios primarios. “Es el primer curso que yo sigo, nunca tuve la oportunidad de hacer estos cursos, porque me dediqué todo el tiempo a mi hija…”, me contaba Lourdes, mientras me brindaba ensalada y me comentaba la importancia de nutrirnos bien para tener buena salud.
“Es un curso que hace una diferencia enorme en la vida de ellas; parte por el lado social, para que la persona refugiada no se sienta sola, pero también por el otro lado, el de poder aprender como nutrir mejor a su familia y como utilizar mejor los pocos recursos que tienen”, me mencionó Michelle, Nutricionista en Salud Pública, quien facilitó este taller de aproximadamente 2 meses de duración.
Uno de los objetivos de este curso es el que algunas mujeres lo repliquen en sus barrios, en sus comunidades. “Voy a impartir mis conocimientos en una fundación de niños abandonados” indicó Verónica y “espero que sea pronto”, sonrió.
Al mismo tiempo que se dicta el curso, se promueve la autoestima de las mujeres y se comparten conocimientos en temas de género e integración social. Generar redes de mujeres, crear grupos asociativos y discutir sobre posibles emprendimientos productivos son otros de los objetivos de estos encuentros”, me explicaba Jeannette Calvachi, Asistente de Coordinación y Ejecución de FAS.
“Gracias por permitirnos compartir nuestro aprendizaje”, fue una de las frases de las palabras de agradecimiento que dio la delegada de las participantes del curso. Terminó la fiesta en medio de música, comida y abrazos de felicitaciones. Que vivan las graduadas!
Por Andrea Durango, ACNUR - Ecuador
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Post en mi blog sobre ACNUR
Hola, quería comentaros que podéis ver en http://alajungla.blogspot.com/ un post animando a la gente a colaborar con vosotros. Un saludo.