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Educacion terciaria

Hoy en día, el 6% de las personas refugiadas tiene acceso a educación superior, mientras que, en 2019, apenas el 1% lo tenía. De cualquier forma, el porcentaje está muy por debajo del promedio mundial de matriculación de personas no refugiadas en instituciones de educación superior, que llega al 40%.

ACNUR y sus socios tienen el compromiso de garantizar que, para el año 2030, el quince por ciento de la juventud refugiada – es decir, cerca de 500.000 personas, tanto mujeres como hombres – tenga acceso a la educación superior (esto se conoce como Objetivo 15/30).

Los sistemas nacionales de educación se fortalecen con la participación de las personas refugiadas, lo cual redunda en beneficio de las comunidades refugiadas y de acogida.

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Previo al Foro Mundial sobre los Refugiados de 2023

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ACNUR y sus socios han asumido compromisos en torno a la autosuficiencia y la educación superior de las personas refugiadas; el propósito es lograr que para el 2030 el 15% de la juventud refugiada tenga acceso al poder transformador que ofrece la educación superior.

Los gobiernos, las instituciones de educación superior, las comunidades estudiantiles y los socios del sector privado alrededor del mundo tienen el compromiso de amplir el acceso de los refugiados a las oportunidades educativas. ¡Súmate a estos esfuerzos!

Conocer más detalles

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Estrategia de educación terciaria de ACNUR

La estrategia educativa de ACNUR para el año 2019 (Refugee Education 2030: A strategy for refugee inclusion) busca fomentar condiciones, vínculos, alianzas y enfoques que permitan que todas las personas refugiadas, solicitantes de asilo, retornadas y desplazadas internas —con inclusión de la niñez y la juventud apátridas, así como las comunidades de acogida— tengan acceso a educación inclusiva y de calidad, incluso a nivel terciario.

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El Objetivo 15/30

ACNUR y sus socios tienen el compromiso de garantizar que, para el año 2030, el quince por ciento de la juventud refugiada – tanto mujeres como hombres – esté matriculada en instituciones de educación superior (Objetivo 15/30). Con base en las estadísticas poblacionales que se tienen actualmente, si se alcanza el Objetivo 15/30 para 2030, cerca de medio millón de personas refugiadas – tanto mujeres como hombres – se estará nutriendo en el mundo académico. Esta cifra contrasta considerablemente con el número de estudiantes refugiados que hoy reciben educación superior en el mundo: cerca de noventa mil (90.000).

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La educación superior constituye un puente fundamental entre el aprendizaje y los ingresos; por tanto, permite que la juventud prospere y busque construir un futuro sostenible. Invertir en educación superior para personas refugiadas fortalece los sistemas educativos nacionales en los que se desenvuelven, lo cual beneficia también a las instituciones, al propio estudiantado y a las comunidades de acogida. Si la educación superior incluye a las personas refugiadas, todo el estudiantado podrá beneficiarse de un entorno académico mucho más rico, la cohesión social aumentará y tanto la infraestructura como los recursos académicos mejorarán. Alcanzar el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), el disfrute de derechos y la obtención de mejores resultados de desarrollo requieren que la población estudiantil refugiada reciba educación superior.

Hoja de ruta del Objetivo 15/30
y cinco vías hacia la educación superior

ACNUR y una fuerte red de socios están desarrollando una hoja de ruta para respaldar el avance hacia el Objetivo 15/30; esta gira en torno a cinco vías hacia la educación superior, cuyo propósito es ofrecer estrategias para, en general, optimizar, coordinar y ampliar las oportunidades, en concreto:

La hoja de ruta también enfatiza que el apoyo que recibe el alumnado desempeña un papel importante, ya que garantiza que la juventud concluya la educación secundaria, continúe con la terciaria y tenga éxito en ella.

Un buen ejemplo de ello es la Red de Estudiantes Refugiados Universitarios (TRSN, en inglés), cuya labor ha sido reconocida por el propio estudiantado, por ACNUR y por socios de ACNUR, pues se trata de una plataforma de incidencia que continua y reiteradamente subraya la importancia de que las personas refugiadas cuenten con oportunidades educativas. Al colaborar con estudiantes refugiados, esta red amplifica los beneficios de la educación en diversas comunidades.

Informes, gestión de datos
y seguimiento del Objetivo 15/30

Alcanzar el Objetivo 15/30 exige mejorar la generación y el análisis de datos relativos a la matriculación de personas refugiadas en programas de educación terciaria. Además, para comprender los avances, la comunidad internacional – con inclusión de las poblaciones refugiadas – deben tener acceso a datos sobre la implementación, la matriculación, los costos y los derechos en distintos programas que permiten que las personas refugiadas reciban educación superior. Por este motivo, para alcanzar el Objetivo 15/30 es importante que todos los socios estandaricen y homologuen la generación de informes.

En el ejercicio piloto que se llevó a cabo en noviembre de 2020 para recabar datos, 58 países reportaron un incremento en el número de matriculaciones en programas de educación superior. ACNUR seguirá colaborando estrechamente con todos sus socios para fortalecer la cobertura de los informes a nivel mundial.

La educación superior es una prioridad para el mundo

En 2018, la comunidad internacional aprobó el Pacto Mundial sobre los Refugiados, la guía para que los gobiernos, las organizaciones internacionales y otras partes interesadas garanticen que las comunidades de acogida reciban el apoyo que necesitan, y que las personas refugiadas puedan llevar vidas productivas.

El Pacto Mundial sobre los Refugiados indica que:

 


“En consonancia con las leyes, las políticas y los planes nacionales en materia de educación y a fin de apoyar a los países de acogida, los Estados y las partes interesadas pertinentes aportarán recursos y conocimientos especializados para ampliar los sistemas nacionales de educación, mejorar su calidad y hacerlos más inclusivos y, de ese modo, facilitar el acceso de los niños (de ambos sexos), los adolescentes y los jóvenes, tanto de las comunidades de refugiados como de las comunidades de acogida, a la enseñanza primaria, secundaria y terciaria”.


 

El Pacto reconoce también la importancia de adoptar “medidas destinadas a reforzar la capacidad de acción de las mujeres y las niñas, promover el empoderamiento económico de las mujeres, y apoyar el acceso de las mujeres y de las niñas a la educación (incluida la enseñanza secundaria y terciaria)”. Tener acceso a educación secundaria y terciaria es el primer paso para cerrar la brecha entre el aprendizaje y los ingresos. Además, es fundamental para alcanzar los objetivos del Pacto Mundial sobre los Refugiados, lo cual fortalecerá la autosuficiencia de las personas refugiadas.

Como muestra del compromiso hacia la aplicación de este instrumento, se convino llevar a cabo el primer Foro Mundial sobre los Refugiados en 2019 para mostrar solidaridad hacia las personas refugiadas, y hacia las comunidades y los países de acogida. El Foro Mundial sobre los Refugiados se tradujo en doscientos compromisos educativos, 58 de los cuales se enfocan en el desarrollo de una amplia gama de habilidades, educación superior, formación profesional y apoyo financiero. Los avances más recientes para cumplir con estos compromisos se hicieron patentes en el Panel de compromisos del Foro Mundial sobre los Refugiados. Alcanzar el Objetivo 15/30 depende, en gran medida, de que estos compromisos se transformen en acciones, de que más socios se unan a la alianza global que aboga por el acceso de las personas refugiadas a la educación superior, y de que se dé seguimiento a los avances a partir de datos actualizados sobre matriculaciones.

Llegar a un 15% en el acceso a la educación superior en los próximos diez años requiere que distintos socios participen de manera coordinada, activa y continua. ACNUR tiene todo preparado para trabajar con las personas refugiadas, los socios y las partes interesadas para garantizar que sea cada vez mayor el número de personas refugiadas que tiene acceso a educación superior y a todos los beneficios que trae consigo la educación terciaria.

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