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Los refugiados sirios se han visto profundamente afectados por la recesión económica provocada por la COVID-19

Notas de prensa

Los refugiados sirios se han visto profundamente afectados por la recesión económica provocada por la COVID-19

16 June 2020
Los refugiados sirios Mustafa y Sherin con dos de sus hijos, Nadia, de 12 años, y Muhammad, de 10, frente a su casa en Amán durante el encierro por COVID-19. Huyeron de Damasco en 2013.

La crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19 ha llevado a cientos de miles de refugiados sirios en el Medio Oriente a una situación cada vez más desesperada y ha aumentado sus necesidades humanitarias, advirtió hoy la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El número de refugiados vulnerables que carecen de los recursos básicos para sobrevivir en el exilio ha aumentado dramáticamente como resultado de la emergencia de salud pública. Las comunidades de acogida de refugiados en los países vecinos de Siria experimentan dificultades similares. Muchos refugiados han perdido sus escasos ingresos, obligándolos a reducir las necesidades más básicas, incluyendo alimentos y medicamentos.

Los hogares de refugiados están asumiendo deudas adicionales y ya no pueden pagar su renta. Los riesgos graves de protección están aumentando, incluidos los riesgos de trabajo infantil, violencia de género, matrimonio precoz y otras formas de explotación.

Desde el comienzo de la pandemia, ACNUR ha brindado apoyo en efectivo de emergencia a casi 200.000 refugiados adicionales en Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Turquía que anteriormente no recibían ayuda financiera, junto con otros esfuerzos para mitigar el impacto de la pandemia. Los cinco países albergan a más de 5,5 millones de sirios, el grupo de refugiados más grande del mundo. La agencia está intentando apoyar al menos a 100.000 refugiados más con pagos únicos.

Sin embargo, muchos refugiados todavía no saben cómo van a hacer frente. En Jordania, por ejemplo, solo 17.000 de las 49.000 familias vulnerables recientemente identificadas recibieron ayuda monetaria de emergencia, ya que ACNUR carece de los fondos para extender sus programas. Estamos trabajando con socios que apoyan a las comunidades locales que acogen refugiados. Nueve de cada diez refugiados sirios en la región viven en ciudades o pueblos y no en campamentos. La mayoría vive en zonas de bajos ingresos. Las comunidades de acogida han mostrado una gran solidaridad, pero también han sufrido la pérdida de medios de vida como resultado de la pandemia de COVID-19.

Más allá de la emergencia inmediata, el apoyo continuo a los sistemas nacionales es una prioridad. Se han tomado medidas cruciales para garantizar que los refugiados se incluyan en las respuestas nacionales de salud pública para la COVID-19, además del acceso de larga data para los refugiados a otros servicios como la educación.

Incluso antes de la pandemia, la mayoría de los refugiados sirios en la región vivían por debajo del umbral de la pobreza. Los más necesitados han estado recibiendo efectivo u otros tipos de apoyo. Una encuesta reciente en Jordania mostró que solo el 35 por ciento de los refugiados dijeron que tenían un trabajo seguro al que regresar después del levantamiento de las restricciones por COVID-19.

Para mejorar la protección de los refugiados más vulnerables y los miembros de la comunidad de acogida a través de una mejor garantía de sus medios de vida, ACNUR hace un llamamiento por un apoyo internacional firme e inquebrantable a los principales países de acogida en la región. El Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia de Siria en 2020 está actualizando sus requisitos a la luz de las necesidades adicionales relacionadas con la COVID-19. El plan de 5.500 millones de dólares solo contaba con un 20 por ciento del financiamiento necesario en toda la región antes del inicio del virus.

ACNUR está igualmente preocupado por la situación humanitaria de los repatriados, más de 6 millones de sirios desplazados internos y otros grupos vulnerables dentro de Siria. Antes de la última recesión, según las estimaciones de la ONU, más del 80 por ciento de los sirios vivían por debajo del umbral de la pobreza. Más de nueve años de esta crisis han dejado a 11 millones de personas en necesidad de asistencia humanitaria. La situación se ha vuelto más dramática y difícil en los últimos meses a medida que la economía se ha deteriorado bruscamente.

 

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