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Una beca de Turquía permite a una estudiante siria perseguir su sueño de convertirse en odontóloga

Historias

Una beca de Turquía permite a una estudiante siria perseguir su sueño de convertirse en odontóloga

Después de huir de Alepo en 2013, el sueño de Sidra de estudiar odontología se hizo realidad gracias a su propia determinación y al apoyo de Turquía para la educación superior de las personas refugiadas.
8 December 2019
Retrato de la refugiada siria Sidra Taleb, de 21 años, en su casa en Estambul, Turquía.

Desde que llegó a Turquía hace seis años, Sidra, refugiada siria logró dominar un nuevo idioma, trabajó en una fábrica para mantener a su familia y se graduó de la secundaria con el mejor promedio de su año.


Su gran avance lo obtuvo cuando ganó una beca universitaria. Ahora está en su segundo año de licenciatura en odontología y está cumpliendo un sueño de toda su vida.

"Me apasiona la educación", dijo la joven de 21 años, que huyó de Alepo, devastada por la guerra, con su familia en 2013. "Mi sueño era ir a la universidad y estudié mucho para lograrlo".

Sus logros reflejan su determinación para continuar estudiando, incluso cuando parecía que no tendría la oportunidad. Perdió su último año de la escuela secundaria en Alepo cuando los combates forzaron el cierre de las escuelas locales, y cuando llegó por primera vez a Turquía, le faltaba el papeleo necesario para poder inscribirse.

"El día que volví a la secundaria fue hermoso".

Incapaz de estudiar, tomó un trabajo de tiempo completo para empacar productos en una fábrica de suministros médicos mientras estudiaba turco en su tiempo libre por medio de libros y videos de YouTube. Un año después, cuando obtuvo la documentación como refugiada necesaria para reanudar su educación, prometió aprovecharla al máximo.

"El día que volví a la secundaria fue hermoso", dijo. "Lo peor de la guerra es que destruye el futuro de los niños", continuó. "Si los niños no continúan su educación, no podrán retribuir a la sociedad".

Después de graduarse de la secundaria como la mejor de su clase, con una calificación general del 98 por ciento, Sidra se superó al obtener una puntuación del 99 por ciento en sus exámenes de admisión para la universidad. Los resultados le ayudaron a obtener una beca vital de la Presidencia para los turcos en el Extranjero y Comunidades Afines (YTB).

Si bien las tasas de matrícula en las universidades estatales turcas no se aplican a los  estudiantes sirios, la beca proporcionada a Sidra le brinda un apoyo mensual, lo que le permite concentrarse en sus estudios. Sin este apoyo, afirma que no habría podido cursar su materia preferida de odontología, debido al costo adicional de comprar materiales como dientes cosméticos para practicar sus habilidades.

"Sin la beca, habría tenido que elegir una especialidad diferente, diferente a la odontología, y trabajar para cubrir mis gastos universitarios", explicó.

Sidra es parte de los cerca de 33,000 estudiantes refugiados sirios que actualmente asisten a la universidad en Turquía. El país alberga 3.68 millones de personas refugiadas sirias registradas, lo que lo convierte en el país de acogida de refugiados más grande del mundo.

Desde el comienzo de la crisis de Siria, YTB ha otorgado 5.341 becas a estudiantes universitarios sirios, mientras que otras 2.284 han recibido becas de socios humanitarios. Esto incluye más de 820 becas otorgadas por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, bajo su programa DAFI.

El acceso a la educación es crucial para la autosuficiencia de las personas refugiadas. También es fundamental para el desarrollo de las comunidades que les han dado la bienvenida y la prosperidad de sus propios países una vez que las condiciones están en su lugar para permitirles regresar a casa.

Las tasas de matrícula en educación entre los refugiados actualmente están muy por debajo del promedio mundial, y la brecha aumenta con la edad. En el nivel de la escuela secundaria, solo el 24% de los niños y niñas refugiados están matriculados actualmente en comparación con el 84% de los niños en todo el mundo, y la cifra se reduce a solo el 3% en la educación superior en comparación con un promedio mundial del 37%.

En Turquía, este promedio se ha elevado a cerca del 6 por ciento gracias a la prioridad asignada a la educación, incluida la educación superior para refugiados.

Los esfuerzos para impulsar el acceso y el financiamiento de las personas refugiadas en una educación de calidad serán uno de los temas de discusión en el Foro Mundial sobre los Refugiados, un evento de alto nivel que se celebrará en Ginebra del 17 al 18 de diciembre.

Turquía es uno de los coordinadores del evento, que reunirá a gobiernos, organizaciones internacionales, autoridades locales, sociedad civil, sector privado, miembros de la comunidad de acogida y los propios refugiados. El evento buscará formas de aliviar las presiones sobre los países de acogida, aumentar la autosuficiencia de los refugiados y aumentar las oportunidades de reasentamiento.

"Las personas exitosas pueden apoyar el país en el que viven".

Sidra está convencida de que la educación es la clave de su propio futuro exitoso y está decidida a cumplir con el apodo que se ha ganado entre sus compañeros.

"La gente me llama çalışkan kız’, que significa: "la niña que estudia mucho", explicó. “Con la educación podemos combatir la guerra, el desempleo y el analfabetismo. Con educación podemos alcanzar todas nuestras metas en la vida".

"Las personas exitosas pueden apoyar el país en el que viven", continuó. “Turquía me ha brindado muchas facilidades y me honra que algún día pueda retribuirle a su gente y ser un miembro activo [de la sociedad], para trabajar y practicar la odontología con su apoyo. Me enorgullezco de esto".