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Diez datos sobre el campamento de refugiados de Za'atari a diez años de su apertura

Historias

Diez datos sobre el campamento de refugiados de Za'atari a diez años de su apertura

El campamento de refugiados de Za'atari, que abrió sus puertas el 28 de julio de 2012 y sigue siendo el hogar de 80.000 personas, se ha convertido en el ícono de la prolongada crisis de refugiados de Siria.
29 July 2022
Se hace entrega de albergues prefabricados sobre un camino de asfalto recién construido en el campamento de refugiados de Za'atari, en Jordania (noviembre de 2012).

Se hace entrega de albergues prefabricados sobre un camino de asfalto recién construido en el campamento de refugiados de Za’atari, en Jordania (noviembre de 2012).   ACNUR/Brian Sokol

Hace diez años, un grupo de 450 personas sirias que huían de los enfrentamientos en su país apareció en medio de la oscuridad del desierto y cruzó la frontera hacia Jordania. Más tarde ese mismo día, se convirtieron en los primeros habitantes del campamento de refugiados de Za’atari, que tenía poco de haber sido inaugurado.

Un año después, la población del campamento llegó a 120.000 personas. Las tiendas de campaña que se habían proporcionado como alojamiento temporal para los primeros meses o semanas fueron reemplazadas por miles de albergues de metal. Se construyeron caminos, escuelas y hospitales para satisfacer las necesidades de los residentes. De igual forma, se abrieron tiendas y pequeños negocios dirigidos por las propias personas refugiadas.

Transcurrida una década desde el día en que este campamento abrió sus puertas, la población ha llegado a 80.000 personas. Za’atari sigue siendo el campamento de refugiados de mayor tamaño en Oriente Medio, así como uno de los más Grandes en todo el mundo. Por ello, se ha convertido en el ícono de la prolongada crisis de refugiados en Siria.

A continuación se listan diez cosas que debes saber sobre el campamento de Za’atari:

1. Las tiendas de campaña han sido reemplazadas con 25.000 alojamientos prefabricados

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, proporcionó tiendas de campaña a las primeras personas refugiadas que llegaron al campamento de Za’atari para que pudieran guarecerse de las altas temperaturas del verano. En 2013, las tiendas de campaña fueron sustituidas con unidades habitacionales fijas. Su vida útil va de seis a ocho años, lo cual quiere decir que, en este momento, la mayor parte necesita reparaciones con urgencia. De acuerdo con una evaluación realizada recientemente, las paredes, los pisos y los techos de más del 70% de los albergues están por debajo de aquello que requiere la norma.

2. Se han registrado más de 20.000 nacimientos en Za’atari

Este número se traduce en 40 nacimientos por semana. La niñez comprende la mitad de la población del campamento, y la mayor parte de ella nunca ha salido del perímetro de este. Tanto en centros de salud como en centros comunitarios, todos los servicios que requieren niñas y niños se brindan dentro del campamento, con inclusión de las escuelas, que son dirigidas por el Ministerio de Educación de Jordania.

Una madre y su bebé están en consulta en una clínica especializada en mujeres y niñez en Za'atari (2013).

3. En el bullicioso mercado hay 1.800 tiendas

El “Sham Elysees” – un juego de palabras entre el vocablo ash-Sham, que en Siria se usa para hacer referencia a Damasco, y el famoso boulevard parisino, Champs-Elysées – abarca casi tres kilómetros, atraviesa el centro del campamento y ofrece prácticamente todo, desde tiendas de vegetales a talleres de reparación de bicicletas; todos estos negocios pertenecen a personas refugiadas. El emprendedurismo de las personas refugiadas que viven en Za’atari ha aparecido en diversos reportajes alrededor del mundo. La estrecha relación comercial con negocios y proveedores locales en Mafraq, un pueblo cercano, puede verse en el constante flujo de camiones de entrega que entran y salen del campamento.

Imagen de una calle del concurrido mercado, "Sham Elysees", en Za'atari (junio de 2015)

4. La atención médica se brinda sin costo en ocho instalaciones sanitarias

Las clínicas de atención médica primaria, que son operadas por organizaciones locales e internacionales, se encuentran en distintos puntos del campamento para atender tanto casos de urgencia – con el servicio de ambulancia – como pacientes que se presentan sin turno médico. Mes con mes, hay un promedio de 25.000 consultas; los casos de mayor gravedad son referidos a los hospitales jordanos en ciudades o pueblos cercanos.

5. En el campamento operan más de 30 organizaciones

El funcionamiento del campamento de Za’atari no ocurre de milagro, sino que en él trabajan casi 1.200 personas contratadas por agencias de la ONU u otras organizaciones no gubernamentales (32 en total). Brindar atención médica o protección, distribuir ayuda en efectivo y dar mantenimiento a los albergues requiere coordinación para garantizar que todo funcione correctamente. ACNUR gestiona todas estas actividades en colaboración con el Gobierno de Jordania.

6. El agua es un recurso sumamente valioso

Jordania es uno de los países donde hay mayor escasez de agua en el mundo, de manera que este recurso tiene es muy valioso para el campamento, el cual se encuentra en el árido noreste del país. Si bien los albergues en el campamento están conectados a la red de agua, en una encuesta reciente, el 30% de las familias en Za’atari indicaron que el suministro de agua no es suficiente para cubrir todas sus necesidades.

Jóvenes de Siria juegan sobre un tanque de agua que solía ser la principal fuente de agua del campamento (verano del 2013).

7. El campamento de Za’atari funciona con energía solar

La planta de energía solar del campamento de Za’atari se inauguró en 2017 para suministrar electricidad y energía limpia a las familias refugiadas. Aunque inicialmente se diseñó para suministrar electricidad durante casi doce horas diarias, la central eléctrica transformó la vida en el campamento, ya que el mercado ahora puede operar por las noches y resulta más seguro caminar por las calles al anochecer. En meses recientes, no obstante, ACNUR tuvo que reducir el suministro eléctrico a 9 horas diarias para gestionar los costos en vista de que la demanda ha aumentado considerablemente.

La planta de energía solar más grande jamás construida en un sitio de refugiados proporciona energía limpia al campamento de refugiados de Zaatari en Jordania.

8. Solo el 4% de las personas refugiadas cuentan con un permiso de trabajo

En Jordania, se otorgan permisos de trabajo a las personas refugiadas para que estas puedan laborar en cualquier sector abierto a personas no nacionales, que incluyen el agrícola, de la construcción, de servicios e industrias esenciales. Hoy en día, sin embargo, solo el 4% de las personas refugiadas en edad productiva en el campamento de Za’atari cuenta con un permiso de trabajo. En vista de que la economía jordana aún resiente el impacto de la pandemia, la falta de oportunidades laborales tanto para la población refugiada como la nacional están obligando a cada vez más residentes del campamento a endeudarse o aceptar empleos de alto riesgo. Dos tercios de las familias refugiadas en Za’atari reportan que tienen deudas.

Odai, quien tiene 28 años y ha vivido en el campamento desde 2012, es dueño de un negocio que vende postres árabes tradicionales.

9. El dinero electrónico está reemplazando al dinero en efectivo

Para que puedan cubrir necesidades básicas, ACNUR distribuye ayuda en efectivo cada trimestre a todas las personas que viven en el campamento. En los últimos meses, no obstante, la distribución de dinero en efectivo ha sido reemplazada, en gran medida, por dinero electrónico. El 95% de las familias refugiadas en el campamento tiene una billetera electrónica. Esta innovación permite que las personas refugiadas realicen pagos electrónicos y ahorren para el futuro.

10. La mayor parte de las personas refugiadas espera volver a casa algún día

Datos recabados por medio de encuestas sugieren que la mayor parte de las personas que residen en el campamento aún quieren volver a Siria en el futuro. Aunque la mayoría de ellas cree que las condiciones aún no son seguras, incluso las generaciones más jóvenes que nunca han pisado suelo sirio echan de menos a su país. Las tradiciones que han pasado de generación en generación avivan la cultura y el patrimonio de Siria en el campamento, en parte, gracias al hecho de que, en los últimos diez años, se han fortalecido los vínculos comunitarios al interior del campamento de Za’atari.

Vista aérea del campamento de refugiados de Za'atari, en Jordania.