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Con platillos típicos, refugiadas colombianas y migrantes haitianas conversan sobre integración en Brasil

Historias

Con platillos típicos, refugiadas colombianas y migrantes haitianas conversan sobre integración en Brasil

Entre hornillos, ollas y utensilios de cocina en un hogar para mujeres en Manaus, refugiadas colombianas preparan comida típica y comparte experiencias con migrantes haitianas.
9 July 2012
Migrantes haitianas se sirven comida típica preparada por refugiadas colombianas en Manaus. "Culinaria solidaria" permitió intercambiar experiencias sobre la integración en Brasil.

BRASILIA y MANAUS, Brasil, 9 de julio (ACNUR) – Alrededor de la mesa y entre hornillos, ollas y utensilios de cocina en un hogar para mujeres en la ciudad de Manaus, refugiadas colombianas preparan empanadas, patacones, guacamole y arepas para migrantes haitianas. Sin embargo la conversación va más allá del intercambio de recetas y platillos típicos de la gastronomía colombiana: es una ocasión para que refugiadas y migrantes compartan historias de vida y experiencias de integración en la sociedad brasileña.

Esta "culinaria solidaria" fue promovida la semana pasada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y sus socios en Manaus, la Cáritas Arquidiocesana de Manaus y la Obra Social de San Francisco, para celebrar el Día Mundial del Refugiado.

Manaus, la ciudad más importante del Amazonas brasileño, ha acogido a muchos ciudadanos colombianos quienes, forzados a dejar su país por causa del conflicto interno, han buscado asilo y protección en Brasil. El año pasado unas 120 personas solicitaron asilo en la ciudad, 96 de las cuales procedentes de Colombia.

Más recientemente, Manaus se convirtió en el lugar de destino de miles de migrantes haitianos que llegaron a Brasil después de enero de 2010, cuando un terremoto devastó Haití. En el Hogar de Pasaje de la Obra de San Francisco de Asís, donde se realizó la actividad de encuentro con las refugiadas colombianas, viven actualmente cerca de 30 haitianas con sus hijos.

Para la refugiada Rosa*, una de las cocineras, prepara comida para las migrantes haitianas fue una forma de hacerlas sentir más seguras y bienvenidas en Brasil. "Fue un encuentro muy especial para todas nosotras. Quisimos mostrarles que existen personas que se preocupan por ellas y por su felicidad, que ellas no están solas", dijo la joven.

Rosa vivía en Cartagena, Colombia, hasta que su familia decidió dejar el país por temor a los grupos armados que operaban en la zona. Antes de llegar a Brasil, en 2011, la familia había cambiado de ciudad seis veces. Hoy ella vive en Manaus con su madre, una hermana de 13 años y otro hermano de 8, todos refugiados reconocidos por le Gobierno brasileño.

La estudiante haitiana Yoldine, de 18 años, es una de las migrantes de saboreó los platillos típicos de la cocina colombina. Ella llegó a Brasil hace seis meses con cuatro amigos, sin familia. El deterioro de las condiciones de vida en Haití después del terremoto la llevó a enfrentar el largo y, según reveló, caro viaje hasta Brasil.

Con el apoyo del ACNUR y sus socios, refugiadas colombinas y migrantes haitianas se encontraron en Manaus para intercambiar experiencias sobre su integración en Brasil y saborear platillos típicos de la gastronomía colombiana.

Después de tantos meses comiendo lo que ella y las compañeras preparan en el hogar de acogida, Yoldine estaba ansiosa por probar una comida diferente. "Me gustó todo, principalmente las arepas de carne", dijo. Ella espera poder probar este platillo en otra ocasión y si pudiera retribuirles la gentileza a las refugiadas colombianas, prepararía un platillo típico de su país, como pollo frito con papas.

Mickeze, una haitiana de 30 años que vive en el hogar de acogida, cree que intercambiar experiencias con quienes fueron obligados a dejar su país ayuda a superar los recuerdos difíciles. "Conversando entiendo que hay personas que tuvieron una vida todavía más dura que yo. Escuchar las historias de estas mujeres me hace aprender de sus errores y aciertos", dijo Mickeze, quien perdió un hijo de 7 años en el terremoto y tuvo que dejar a su hija de 10 en Haití.

A pesar de haber pasado por experiencias traumáticas, Mickeze dijo de no tener dificultades para integrarse. Tengo mucha facilidad para convivir con culturas diferentes. Me siento bien recibida en Brasil, me gusta la cultura, el clima y la gente", dijo.

Para el Representante del ACUR en Brasil, Andrés Ramírez, la "culinaria solidaria" realizada por las refugiadas colombianas en el Hogar de Pasaje de la Obra de San Francisco de Asís resalta la integración de estas mujeres en Brasil. "Este tipo de actividad es un incentivo al proceso de integración tanto para las refugiadas como para las migrantes haitianas", afirmó Ramírez.

En Brasil viven actualmente cerca de 4.500 refugiados reconocidos de más de 70 nacionalidades diferentes. Los colombianos representan el 15% de esta población, siendo el segundo principal grupo de refugiados por nacionalidad, después de los angoleños (37,5%).

* Nombre cambiado por motivos de protección.

Por Karin Fusaro, Isabela Mazão y Sílvia Sander, en Brasilia y Manaus, Brasil