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ACNUR advierte que la segunda ola pandémica de COVID está ocasionando más violencia contra las mujeres y las niñas refugiadas

Comunicados de prensa

ACNUR advierte que la segunda ola pandémica de COVID está ocasionando más violencia contra las mujeres y las niñas refugiadas

25 November 2020
Alicia sufrió abuso sexual a los 18 años. Diez años después se vio obligada a desplazarse tras recibir amenazas de muerte por haber presenciado un asesinato. Alicia no tenía acceso a sus derechos básicos, pero desde que conoció la Alianza de Mujeres Tejedoras de Vida se ha convertido en una activista por los derechos de las mujeres.

A medida que se extiende la pandemia de coronavirus, una mezcla letal de confinamiento, agravamiento de la pobreza y dificultades económicas está desatando una nueva ola de violencia contra las mujeres y las niñas refugiadas, desplazadas y apátridas, advirtió hoy ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

“Estamos recibiendo informes alarmantes sobre un fuerte aumento del riesgo de violencia de género, incluyendo la violencia de pareja, la trata de personas, la explotación sexual y los matrimonios infantiles”, advirtió el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.

El Grupo Temático Mundial de Protección, dirigido por ACNUR, una red de agencias de la ONU y ONG que ofrecen protección a las personas afectadas por las crisis humanitarias, informó de un aumento en los casos de violencia de género en al menos 27 países. También se informó de casos de sexo por supervivencia en por lo menos 20 países.

En el noroeste y sudoeste de Camerún, donde la situación de seguridad sigue siendo inestable, un alarmante 26% de los incidentes de violencia de género registrados desde el inicio de la pandemia se refiere a niños y niñas. En la República Centroafricana, donde la cuarta parte de la población está desplazada, se registra un incidente de violencia de género cada hora, según una estimación basada en los datos del sistema de alerta humanitaria, que abarca el 42% del país.

Los incidentes de violencia de género que afectan a las personas refugiadas y migrantes de Venezuela en Colombia han aumentado en un 40% durante los tres primeros nueve meses del año, en comparación con el mismo período del año anterior. Las llamadas a las líneas telefónicas de emergencia para casos de violencia doméstica también han aumentado en un 153% en Colombia y en un 56% en Zimbabwe.

En Cox’s Bazar, Bangladesh, el 42% de los hombres y mujeres refugiados rohingya encuestados en un diagnóstico humanitario indicaron que la seguridad para las mujeres y las niñas “en el hogar” había empeorado desde el comienzo de la crisis de COVID-19. Las personas que participaron en la encuesta reportaron un aumento, en particular, de la violencia de pareja, como consecuencia de tensiones debidas a las medidas de confinamiento, restricciones de movimiento y dificultades financieras.

ACNUR también está alarmado por el aumento del riesgo de que se recurra a matrimonios infantiles y forzados como estrategia de supervivencia por parte de familias desplazadas abrumadas por las dificultades económicas. Muchos países que sufren conflictos o desplazamientos ya tienen algunas de las tasas más altas del mundo de estos incidentes.

“Mientras el impacto socioeconómico de la COVID lleva a millones de personas refugiadas y desplazadas a una mayor pobreza e indigencia, estamos muy preocupados por el aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas”, señaló Grandi.

“Se han perdido empleos, las tensiones están aumentando, la violencia de pareja se está incrementando, las oportunidades de generar medios de vida son escasas y las restricciones de movimiento están dificultando que las personas supervivientes denuncien los abusos y busquen ayuda”.

Haciéndose eco del tema de la ONU de este año para los 16 Días de Activismo, que insta a promover acciones para financiar, responder, prevenir y recopilar datos para poner fin a la violencia de género, ACNUR pide el apoyo de los donantes para mantener e incrementar los servicios esenciales de prevención y respuesta.

Los servicios de asistencia para las víctimas de violencia de género, incluyendo el apoyo psicosocial, los servicios de salud especializados y los albergues seguros, salvan vidas y deben mantenerse como servicios esenciales durante los confinamientos por COVID-19.

Para hacer frente a la violencia de género se requiere una respuesta concertada en la que participen las autoridades nacionales, los socios humanitarios, la sociedad civil y las mismas personas desplazadas, mujeres, hombres, niñas y niños.

Reafirmando su compromiso de prevenir y responder a la violencia de género en todas sus operaciones, en octubre de este año ACNUR adoptó una política a nivel de toda la organización sobre su prevención, mitigación de riesgos y respuesta. Más información sobre la labor y las intervenciones del ACNUR en medio de la pandemia está disponible aquí (documento disponible en inglés).

Para más información sobre este tema, por favor contactar: