
El fútbol amalgama a las personas refugiadas y a la comunidad de acogida en Angola
Un equipo diverso, integrado por refugiados y angoleños, está ayudando a superar barreras y a fomentar la comprensión, lo cual demuestra que todas las partes pueden ganar en este hermoso deporte.

Los jóvenes en El Salvador tienen mucho que aportar para frenar la violencia de género

Jóvenes voluntarios rohingyas se enfrentan a la violencia de género en los abarrotados campamentos de Bangladesh

Iluminando la vida de las personas desplazadas por la fuerza en Mozambique
ACNUR colabora con socios para el desarrollo y el Gobierno de Mozambique para abastecer de electricidad a las personas desplazadas que viven en asentamientos.

Escasez de alimentos y recortes en la ayuda humanitaria ponen a más mujeres desplazadas en riesgo de sufrir violencia de género
En todo el mundo, las mujeres y las niñas desplazadas por la fuerza están sufriendo las consecuencias de las crisis económicas, el aumento de los precios y la falta de financiación para las respuestas humanitarias.

Personas desplazadas se unen a los esfuerzos de adaptación al cambio climático en Mozambique
Con la ayuda de ACNUR, las personas refugiadas y desplazadas internas afectadas por los ciclones están construyendo nuevos hogares que puedan resistir los impactos del cambio climático.

Refugiados de Burundi y la comunidad de acogida en la República Democrática del Congo crean lazos a través de la agricultura
Luego de encontrar protección en la República Democrática del Congo, personas refugiadas de Burundi comparten su conocimiento agrícola con la comunidad local.

Refugiada congoleña se reúne con sus padres a quienes creía perdidos
Françoise Chikunda Sabuni vivía como refugiada en Uganda cuando se enteró de que sus padres, a quienes creía muertos desde hacía años, estaban vivos y en buen estado de salud en los Países Bajos.

Un albergue contra la violencia de género en Moldavia ofrece seguridad y una comunidad a las personas refugiadas de Ucrania
Cuando la guerra azotó Ucrania, Casa Marioarei – una organización con 20 años de antigüedad en la vecina capital de Moldavia – abrió sus puertas para acoger a mujeres, niñas y niños vulnerables que se vieron forzados a huir de sus hogares.