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"Nos dan 6 horas para irnos de aquí o nos matan a todas"

Historias

"Nos dan 6 horas para irnos de aquí o nos matan a todas"

La hija de Verónica se negó a ser la novia de un pandillero. Al desobedecerlo, la familia tuvo que huir para salvar sus vidas.
23 September 2019
Miles de niñas y niños de Honduras, El Salvador y Guatemala tienen que huir de sus casas para salvar sus vidas.
Miles de niñas y niños de Honduras, El Salvador y Guatemala tienen que huir de sus casas para salvar sus vidas.

Ciudad de México, México – Sofía*, de dos años de edad, es la menor de sus tres hermanas. Cuando todavía no sabía pronunciar ni una palabra, tuvo que huir de su casa. Sus otras hermanas son también muy jóvenes, la mayor tiene 15, le sigue una de 9 y otra de 6 años de edad. Las cuatro niñas, junto a su madre, tuvieron que abandonar su país al ser amenazadas de muerte. Esta era la única opción que tenían si querían mantenerse con vida: “De un momento a otro nos cambió todo. Cuando recibimos la amenaza solo pensé en huir para salvar a mis niñas”, platica Verónica, mamá de las pequeñas.

“Cuando recibimos la amenaza solo pensé en huir para salvar a mis niñas”.

Verónica salía a trabajar todos los días jornada completa, esa era la única forma en que podía sostener a la familia. Durante el día las hermanas se cuidaban entre ellas, así la familia desarrolló una dinámica que les funcionaba. El problema en sus vidas comenzó cuando los amigos de su hija mayor fueron reclutados por las pandillas. “Cuando los chicos de la cuadra tenían 15 años, ya eran delincuentes y tenían mucho poder en la colonia. Uno de ellos quería que mi hija fuera su novia”, cuenta mientras vigila que su bebé de dos años camine sin tropezarse. “Mi hija tenía mucho miedo y se negó, entonces la amenazaron, le dijeron que si no aceptaba, la iban a matar”, narra Verónica.

En un principio no creyó a los chicos capaces de tal acto, “yo los conocía desde que eran unos bebés, no pensé que existiera tanta maldad en ellos”. Un día llegó su hija a casa llorando y temblando del miedo, “mamá me volví a negar a ser su novia, nos dan 6 horas para irnos de aquí o nos matan a todas”.

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En ese momento el mundo de Verónica se vino abajo, no sabía qué hacer, pero tenía que actuar rápido. “Los chicos de la pandilla tienen mucho poder, no iba a esperar a que mataran a una de mis hijas”, dice Verónica con voz fuerte. Cuando se desobedece a una pandilla, lo mejor es huir de inmediato. Los tiempos que las pandillas dan a las personas para huir son muy forzados: “En lo único que pensé fue en agarrar dinero para comprar los boletos de autobús”, dice Verónica. 

“Los chicos de la pandilla tienen mucho poder”.

Al moverse de ciudad, ella pensó que ahora estaría tranquila con sus hijas. Consiguió un trabajo y un lugar donde vivir. Su vida empezaba a ser normal de nuevo, pero el poder de las pandillas es enorme. Encontraron a la familia y un día entraron a su casa, destruyeron todo, rompieron vidrios y quemaron su ropa. Verónica entendió que la amenaza seguía, entonces decidió huir de la región y viajó a México. En el país, las cinco mujeres son solicitantes de asilo. Ellas solo quieren un techo seguro para vivir en paz.

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*Los nombres han sido modificados para proteger la identidad de los entrevistados.