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Nueva libertad: Los sueños sí son posibles

Historias

Nueva libertad: Los sueños sí son posibles

A raíz de los conflictos armados en Guatemala durante los años ochentas, diversos grupos indígenas huyeron de la violencia y se refugiaron en la frontera sur de Chiapas.
23 July 2020
Refugiados guatemaltecos en Chiapas, Mexico 1991-1993, Campamento Cienegüitas.
Refugiados guatemaltecos en Chiapas, Mexico 1991-1993, Campamento Cienegüitas.

Nueva Libertad, Chiapas.- A raíz de los conflictos armados en Guatemala durante los años ochentas, diversos grupos indígenas huyeron de la violencia y se refugiaron en la frontera sur de Chiapas. Ese primer éxodo a México generó la creación de la Comisión de Ayuda para los Refugiados (COMAR) que hoy celebra su 40 aniversario. 

Este mismo año, una de las primeras comunidades conformadas por personas refugiadas, la Nueva Libertad en Chiapas cumple 30 años de su conformación, ya que el gobierno mexicano, fiel a la tradición histórica de brindar apoyo a las personas refugiadas, a través de la COMAR y con el respaldo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), instalaron campamentos fronterizos para estas personas, en ese momento migrantes guatemaltecas. Conoce la historia del exilio guatemalteco en México. 

De hecho, aquella participación del ACNUR sería el primer acto de intervención oficial de la agencia en México:

"El ACNUR, siempre preocupado por la situación de los refugiados, empezó a promover visitas de donantes, de diferentes países, para obtener fondos y poder apoyar a los refugiados que se quedaron en Chiapas, teníamos visita de consultores o representantes y mi trabajo era trasladarlos del aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez a Comitán y después llevarlos a las visitas a los campamentos: uno de ellos Nueva Libertad o Rancho el Colorado", menciona Julio López, quien labora en ACNUR desde 1989 y actualmente está asignado en la oficina de Tapachula.

"Nueva Libertad es un campamento que se fundó en los años noventas. Fue uno de los proyectos de asiento seguro de México para darle eso, seguridad y un espacio dónde vivir a los miles de refugiados guatemaltecos que llegaron en los años ochentas", refiere Ana Silvia Alfonzo, oficial quien desde esa época ya trabajaba en ACNUR, pero cuando dicha oficina aún tenía su sede en Comitán y después ésta fue trasladada a Tapachula a principios del 2000.

En los noventas, algunas de estas personas optaron por el retorno voluntario a Guatemala, mientras que otros decidieron asentarse definitivamente en territorio mexicano y obtuvieron su reconocimiento como personas refugiadas y con ello su naturalización.

En unos terrenos adquiridos por el ACNUR se fundó la comunidad de Nueva Libertad, ubicada en el municipio de La Trinidad. Al respecto, López precisa que el primer paso fue darse  a la tarea de buscar un predio cuya "condición indispensable, que pusieron era no estar muy lejos de la frontera. Es así como encontraron el Rancho el Colorado, colindante con el distrito de riego y a orillas de un canal secundario con agua siempre permanente. La primera intervención del ACNUR fue el deslinde del terreno, con un levantamiento topográfico, y toda la planificación para una urbanización con todos los servicios. Es así como empieza la reubicación del campamento Cieneguitas y de ahora en adelante Nueva Libertad". 

 

Refugiados guatemaltecos en Chiapas, Mexico 1991-1993, Campamento Cienegüitas.
Refugiados guatemaltecos en Chiapas, Mexico 1991-1993, Campamento Cienegüitas.

Este año, por iniciativa de la antropóloga Verónica Ruíz, quien ha realizado varios trabajos de investigación en la comunidad, y del fotógrafo Keith Dannemiller, quien a su vez documentó los distintos asentamientos de personas refugiadas guatemaltecas en los ochentas y noventas, tuvieron la iniciativa de celebrar el Primer Festival de la Memoria de Nueva Libertad, el cual se llevó a cabo pasado 8 de marzo, con la participación de las distintas generaciones de pobladores de dicha comunidad. Así lo explica la propia antropóloga Ruíz: "hoy estamos festejando los 30 años de Nueva Libertad. Es el primer festival que hacen en todo este tiempo y estamos hablando de cómo no han dejado de desplazarse durante todo este tiempo y cómo esta comunidad es hoy otra cosa gracias a ese desplazamiento continuo (…) y a esa primera generación acateca que migró".

Angelina Andrés, quien es una de las refugiadas guatemaltecas que llegaron desde los años ochentas, nos narra su sentir respecto a su pasado y la importancia del Festival en su comunidad:

“Cuando yo salí de Guatemala por la guerra, abajo de balacera, llegamos el 20 de julio de 1981 (…) nos venimos a poblar con la gente (…) las Naciones Unidas buscaron este terreno donde estamos asentadas ahorita. Por eso me da mucho gusto que estén celebrando las mujeres, aquí nació todos los chamaquitos… en la historia de Guatemala cuando salimos nosotros no hay ropa, no traemos nada, ni joyas… gracias a los mexicanos por recibirnos en sus terrenos, lo vendieron por Naciones Unidas, por eso estamos bien nosotros aquí, COMAR, ACNUR, estamos aquí en Chiapas.”

El ACNUR, siempre preocupado por la situación de los refugiados, empezó a promover visitas de donantes, de diferentes países, para obtener fondos y poder apoyar a los refugiados que se quedaron en Chiapas.

Con bailables, una exposición fotográfica dispuesta en las calles de la comunidad, testimonios de personas refugiadas fundadoras de la comunidad, el Festival de la Memoria de Nueva Libertad marca un parteaguas en la joven historia del lugar donde el folclore, la multiculturalidad y los entrecruzamientos generacionales y nacionales evidencian que la integración social y el enriquecimiento cultural son posibles cuando las condiciones materiales y humanas de acogida para las personas refugiadas son encauzadas desde una perspectiva de derechos y empatía.

A decir de Julio López: "para mí fue una experiencia muy emotiva el ver nacer a una comunidad y encontrarme ahora en su pleno desarrollo, me siento muy orgulloso de trabajar en el ACNUR por tantos años, y tener una inmensa credibilidad en él, de poder decirle a muchos compañeros que trabajamos en ese entonces y que seguimos trabajando y a los que no están: ¡Felicidades! En esta comunidad Nueva Libertad, o rancho el Colorado, está plasmado el fruto del trabajo y el esfuerzo que cada uno aportó y a los donantes gracias por haber creído en el ACNUR".