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El 19 de agosto, primer Día Mundial de la Asistencia Humanitaria

Historias

El 19 de agosto, primer Día Mundial de la Asistencia Humanitaria

UNHCR chief António Guterres shares the prestigious Calouste Gulbenkian International Prize with a group of Palestinian and Israeli peace advocates. [for translation]
21 July 2009
High Commissioner António Guterres receives the Gulbenkian International Award in Lisbon, Portugal. [for translation]

GINEBRA, Suiza (ACNUR) – Este año se celebrará por primera vez el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, fijado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en conmemoración del bombardeo que sufrió la oficina de la ONU en Irak el 19 de agosto de 2003. Ese día murieron 22 personas, entre las que se encontraba Sergio Vieira de Mello, quien era entonces Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y había trabajado durante muchos años con el ACNUR.

El objetivo principal de este día es dar una mayor difusión a las actividades de asistencia humanitaria en todo el mundo y, a su vez, rendir un homenaje a los trabajadores humanitarios que perdieron la vida o sufrieron lesiones mientras realizaban su labor. Lamentablemente, los ataques a los trabajadores humanitarios, lejos de disminuir, han aumentado en los últimos años, imponiendo un panorama incierto para el trabajo en las zonas de conflicto, que se tornan cada vez más peligrosas.

"Debemos entender que estos ataques representan una disminución del espacio humanitario, y este es tal vez el mayor desafío que enfrentamos. Es muy importante que todos los colegas de Naciones Unidas nos unamos para llamar la atención sobre este tema, y que hagamos lo que podamos para unir la idea de solidaridad con los principios de humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad", afirmó António Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

En lo que va del año, tres miembros del ACNUR fueron asesinados en Paquistán, una de las mayores operaciones de la agencia en la actualidad. El último de estos asesinatos ocurrió el 16 de julio, cuando Zill-e Usman, uno de los más antiguos trabajadores del ACNUR en Paquistán, fue tiroteado por hombres armados sin identificar en el campo de Katcha Gari, situado en la Provincia de la Frontera Noroeste. Aún se desconocen los motivos del ataque, en el que murió también un guardia de seguridad del Comisionado para los Refugiados Afganos, una agencia financiada por el gobierno.

A Zill-e Usman se suman Aleksandar Vorkapic, miembro de ACNUR que murió el pasado 9 de junio durante un bombardeo al hotel Pearl Continental en Peshawar; y Syed Hashim, un conductor de ACNUR que fue asesinado en febrero durante el secuestro de John Solecki, jefe de la oficina en Quetta, quien más tarde fue liberado.

"En Paquistán enfrentamos un gran dilema. Con una determinación y capacidad admirables, nuestro staff está realizando un trabajo superlativo proveyendo asistencia a más de dos millones de personas desplazadas. Pero, al mismo tiempo, la volatilidad de la situación de seguridad en la zona genera un nivel de riesgo cada vez más elevado", advirtió Guterres, quien agregó que "es inaceptable que los trabajadores humanitarios que realizan este trabajo fundamental y desinteresado sean atacados de esta manera" e instó a los grupos armados a respetar a los civiles inocentes y a aquellos que trabajan para salvar vidas.

Además de los casos de Paquistán, hay que agregar este año las muertes de tres miembros de una agencia implementadora del ACNUR en Afganistán, cuando su vehículo chocó contra un dispositivo explosivo improvisado, y de Natalia Estemirova, la activista por los derechos humanos que trabajó con el ACNUR a través de la organización Memorial y que fue asesinada en Chechenia la semana pasada.

A fines de 2008, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ya había expresado su consternación por el incremento de los ataques contra trabajadores humanitarios en países que viven conflictos armados. Al registrarse el año pasado más de 100 ataques sólo en República Democrática del Congo, el coordinador de OCHA, John Holmes, advirtió que, en un momento signado por el aumento de la pobreza, la crisis financiera y los conflictos internos, "las actividades de la ayuda humanitaria se encuentran en un momento muy peligroso".