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Miles de refugiados nigerianos necesitan ayuda en el extremo norte de Camerún

Notas de prensa

Miles de refugiados nigerianos necesitan ayuda en el extremo norte de Camerún

25 Noviembre 2016 Disponible también en:
Kadija, de 19 años y refugiada nigeriana, caminó durante cuatro días con su hijo en su espalda antes de lograr llegar al campamento Kousseri, en Camerún, en marzo de 2015.

Miles de refugiados nigerianos viven en condiciones precarias en la aislada e insegura zona fronteriza más septentrional de Camerún y necesitan asistencia urgente. ACNUR está dispuesto a aportar su ayuda, pero la continua amenaza de Boko Haram constituye un obstáculo para acceder de forma regular.

Un equipo de ACNUR pudo visitar a principios de este mes la zona fronteriza de la Región del Extremo Norte de Camerún, anteriormente inaccesible, visitando – entre otros – los distritos de Fotokol, Makary y Mogode. Allí ayudaron a pre registrar a más de 21.000 refugiados que llevaban meses viviendo con familias locales después de haber huido de los mortíferos ataques de Boko Haram en el noreste de Nigeria. Se trata de la primera vez en que ACNUR ha podido visitar a estas personas y cree el número podría ser superior. Según los últimos datos de Naciones Unidas, la cifra de refugiados que viven fuera de los campamentos se sitúa en 27.000 personas.

Este equipo observó las durísimas condiciones de vida de los refugiados. Algunos habían sido acogidos por familias locales sin recursos, mientras que la gran mayoría dormía al raso bajo los árboles, en albergues improvisados o directamente sobre el suelo sucio de aulas en ruinas. Otros estaban viviendo en aldeas abandonadas cuyos residentes habían huido de los ataques de Boko Haram. Varias familias habían quedado separadas al cruzar la frontera de Camerún.

Muchos de los refugiados que viven fuera de los campamentos aseguran anhelar que se restaure la seguridad en el norte de Nigeria para así poder regresar a sus hogares después de haber vivido con la población local durante tanto tiempo en condiciones de hacinamiento y sin privacidad. Algunos temen ser devueltos a través de la frontera.

En algunas aldeas, la falta de atención médica y saneamiento, así como de acceso a agua potable, es motivo de gran preocupación, dado que las infraestructuras han sido destruidas o dañadas. Muchas zonas carecen de servicios básicos. En Fotokol, por ejemplo, 25 escuelas se han cerrado a causa de los ataques de Boko Haram, privando así a los niños de su derecho a la educación.

Los refugiados dependen casi por completo de la comunidad local y muchos han estado ayudando a granjeros locales a cambio de dinero. Otros venden sus pertenencias en los mercados. El Programa Mundial de Alimentos está distribuyendo comida en las áreas a las que puede acceder.

Debido a la inseguridad y a las duras condiciones, ACNUR está animando a la gente a trasladarse al campamento de Minawao, situado más en el interior de la región, donde pueden tener acceso a asistencia de forma segura. A aquellos que no deseen instalarse en el campamento se les proporcionará un albergue y asistencia mediante artículos domésticos básicos.

ACNUR querría poder registrar a todos los refugiados, pero la situación de seguridad sigue constituyendo un problema en una región donde los ataques y asesinatos de Boko Haram continúan produciéndose. Como resultado, el acceso de la ayuda humanitaria a aquellos que la necesitan, se tercia difícil. La actual situación de seguridad ha tenido repercusiones negativas en la intervención de ACNUR en el norte de Camerún, donde también hay unos 199.000 desplazados internos.

En el pasado ACNUR animaba a los refugiados a dirigirse a Minawao, que acoge a unos 60.000 de los 87.000 refugiados nigerianos que viven en la Región del Extremo Norte de Camerún. En octubre, OIM estimó que la cifra de refugiados que vivían fuera de campamentos rondaba los 27.000. Tras el proceso de pre registro llevado a cabo recientemente en algunos distritos de la región, ACNUR cree que el número es considerablemente mayor. Aquellos que se han instalado en el área fronteriza lo han hecho con la esperanza de regresar pronto a su hogar, pero al mismo tiempo corren el riesgo de ser detenidos y devueltos

ACNUR ha recordado al gobierno sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional de proporcionar asilo a aquellos en necesidad de protección internacional y le ha animado a mantener una política de puertas abiertas para los refugiados. Además, ACNUR ha ofrecido su experiencia para ayudar a identificar a los refugiados retornados y garantizar que lo están haciendo de forma voluntaria.

En Camerún, ACNUR proporciona protección y asistencia a unos 370.000 refugiados y solicitantes de asilo, cifra que incluye a los nigerianos y a 259.145 refugiados de República Centroafricana. Los programas de ACNUR también se dirigen a los desplazados internos y a las comunidades locales de acogida.