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Los avances militares en el noreste de Nigeria revelan las inmensas necesidades humanitarias

Notas de prensa

Los avances militares en el noreste de Nigeria revelan las inmensas necesidades humanitarias

19 Agosto 2016 Disponible también en:

El ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados está muy alarmado por el desarrollo de la situación en el noreste de Nigeria, donde el avance de la campaña militar por parte de las fuerzas gubernamentales, en cooperación con La Fuerza Multinacional de Lucha contra el grupo Boko Haram, ha expuesto en semanas recientes los niveles catastróficos de sufrimiento entre la población de la zona, muchos de los cuales han estado fuera del alcance de la ayuda humanitaria por meses o años.

A la actualidad, y con la campaña militar en progreso, la situación está cambiando y continúa siendo peligrosa y volátil. Se han dado incidentes constantes por parte de las milicias, incluyendo bombas suicidas, ataques a civiles, quemas de casas, y robos de propiedades. El 27 de julio un convoy de la ONU fue atacado con un dispositivo explosivo improvisado y un tiroteo, resultando en heridas a tres trabajadores humanitarios así como miembros de la escolta militar. El nivel de peligro y dificultad de brindar ayuda es muy alto, así como los costos.

Mientras que tantas zonas continúan fuera de alcance, en Borno y el Estado de Yobe, la imagen de sufrimiento es alarmante. Hay numerosos reportes de violaciones a los Derechos Humanos, incluyendo asesinatos, violencia sexual, desapariciones, reclutamiento forzado, conversiones religiosas forzadas y ataques a sitios civiles. Se da identificado a alrededor de 800.000 desplazados internos con necesidades de ayuda. Se reporta una severa malnutrición a gran escala, y las necesidades crecen cada día. En el Estados de Borno, 51.474 personas están en una lista de vulnerabilidad crítica, y 21.912 de estas personas son niños, más de tres cuartos de los cuales han perdido uno o ambos padres.

Una complicación adicional de desplazamiento ha surgido del efecto inducido de la actividad militar y que resulta en una dispersión de la inseguridad al norte y oeste a través de las fronteras hacia partes de Camerún, Chad y Níger, donde los violentos ataques contra personal militar en la ciudad de Bosso, en Diffa, el 3 de junio, resultó en el peor caso de desplazamiento en la zona desde el inicio de la crisis en 2013. Entre esto, cerca de 106.000 refugiados nigerianos se han movido a Borno (67.000), Adamawa (22.000) y Yobe (17.000), convirtiéndose en nuevos desplazados internos durante el proceso, necesitando también recepción, registro y otra ayuda de protección, además de albergue, apoyo sicosocial y asistencia material.

El ACNUR responde con el aumento de sus operaciones. En enfoque inmediato con las necesidades de alrededor de 488.000 personas altamente vulnerables en condiciones críticas, y que ahora están concentradas en 10 Áreas de Gobierno Local recientemente liberadas en el Estado de Borno, además de las necesidades de los refugiados retornados.

Los Equipos del ACNUR, en conjunto con otras agencias de la ONU, el Gobierno de Nigeria y ONG socias, tomaron ventaja de un estrecho corredor que recién se abrió para coordinar evaluaciones conjuntas de necesidades y protección en Damboa (a alrededor de 70 km al suroeste de Maiduguri), Dikwa (oeste de Maiduguri y alrededor de 40 km de la frontera con Camerún) y otras zonas en mayo y junio. Más recientemente, hemos podido evaluar las necesidades humanitarias en Bama, la segunda ciudad más grande en Borno, después de la capital, Maiduguri, con una población pre insurgencia de 350.000 personas. Aún no hay servicios de administración civil ni de policía, a pesar de que ha habido cambios graduales desde el ataque del convoy de la ONU. La mayoría de los habitantes ha huido, los hogares e infraestructuras están dañadas, mientras que las operaciones contra insurgentes continúan. Muchos de los desplazados con mujeres, niños, adultos mayores y otras personas con necesidades urgentes. Hemos visto adultos tan agotados que no pueden moverse, y niños con los rostros hinchados y los ojos hundidos, así como otros claros signos de malnutrición aguda. Muchos también muestran signos de trauma severo. Las personas se quejan de la falta de comida y agua (la escasez de diésel en el área significa que el bombeo de agua es difícil). Más personas desplazadas llegan a diario.

Más allá de estas áreas, el acceso a otras continúa siendo imposible sin escolta militar, y solo por periodos de un par de horas. Hay una necesidad urgente de vehículos armados y escolta militar que brinden seguridad y protección al ACNUR y a los socios humanitarios para que puedan llegar a la población vulnerable de forma más efectiva. Varios campamentos para desplazados internos, que son administrados por el ejército o grupos locales de seguridad, se encuentran por debajo de los estándares y necesitan estar bajo la administración de actores humanitarios con experiencia pertinente, y poder ayudar a asegurar el carácter civil de estos campamentos.

La insurgencia en el noreste de Nigeria se ha transformado en una amplia crisis regional que confronta a Nigeria con sus tres vecinos de la Cuenca del Chad: Chad, Camerún y Níger. La inseguridad ha empujado a más de 187.000 nigerianos a través de la frontera, pero la incursión de Boko Haram en los países vecinos ha generado un creciente número de personas internamente desplazadas. Hay 157.000 personas internamente desplazadas en Camerún, 74.000 en Chad y más de 127.000 en Níger.

Según los datos más recientes, hay 2.066.783 personas internamente desplazadas en Nigeria, de las cuales más de 1,8 millones se han desplazado durante en conflicto con Boko Haram.