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"Quiero estar con ACNUR todo el tiempo que pueda"

Historias

"Quiero estar con ACNUR todo el tiempo que pueda"

ACNUR cuenta con casi 11.000 empleados. La mayor parte de ellos trabaja en el terreno. Conoce a Shirin Aktar, oficial de protección que trabaja en Bangladesh.
24 Enero 2018 Disponible también en:
Suruz Jahan, de 75 años, recibe una lona de ACNUR en el campo de refugiados de Kutupalong.

Nombre: Shirin Aktar, 36 años, de Cox's Bazar, Bangladesh.

Profesión: Asociada de Protección. Lleva doce años con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, donde comenzó con un contrato temporal haciendo entrevistas a familias de refugiados de Myanmar en 2001. Dicho contrato se convertiría en 2007 en uno a tiempo completo.

¿Por qué te hiciste trabajadora humanitaria?

En 2001 era una estudiante y comencé a trabajar con el equipo de ACNUR entrevistando a refugiados Rohingya en Bangladesh, mi hogar. Hablo inglés y el dialecto chittagong, que es parecido al Rohingya. Hablamos y vestimos como ellos. Cuando escuché sus historias, cómo habían escapado y cómo estaban viviendo aquí, simplemente dije: "Sí, quiero ser trabajadora humanitaria". Quería ayudar.

¿Cuáles son los mayores retos/recompensas de tu trabajo?

Como asociada de protección solía reunirme con colaboradores de ACNUR y con líderes comunitarios en los que eran por aquel entonces los dos campamentos oficiales de refugiados en Bangladesh: Kutupalong y Nayapara. También trabajo en el ámbito de la violencia sexual y de género, particularmente con mujeres y niños. Entre el 80 y el 85 por ciento de los casos denunciados son de violencia doméstica. Y también hay un número menor de casos de violación, agresión sexual, trata y matrimonio infantil. Trabajamos con los supervivientes y denunciamos los casos a las autoridades pertinentes. Me siento recompensada cuando puedo cerrar un caso.

Es un reto porque los valores de la comunidad son bastante conservadores. Es socialmente aceptable pegarle a tu esposa. Me siento disgustada y enfadada cuando escucho que un marido le pega a su esposa por cuestiones que podrían arreglarse hablando. Algunos te dicen: "No me pidió permiso para ir a casa de sus padres" o "No preguntó si podía salir"; se trata de nimiedades. Estamos trabajando con las comunidades para cambiar este comportamiento y esta forma de pensar, particularmente entre hombres y niños. Ha habido muchos avances en comparación con la situación que había hace 12 años. Las mujeres se involucran más y participan en la toma de decisiones y en la educación. Ha habido muchos cambios positivos de los cuales me alegro mucho.

¿Cuál ha sido tu mejor día en el trabajo?

En estos momentos estamos viviendo la mayor emergencia a la que la región se haya enfrentado en décadas. Miles de personas están huyendo a Bangladesh. A menudo, los niños se ven separados de sus padres en medio de la confusión. Nuestra respuesta ante este problema ha sido crear en los campamentos espacios seguros para los niños y cabinas de información para ayudarlos a reencontrarse con sus padres.

Durante las primeras semanas de la crisis recibí una llamada de uno de nuestros colaboradores en uno de los campamentos, quien me dijo: "Ven, tenemos aquí a una niña de unos 5 o 6 años. Ha perdido a sus padres y está llorando". Fui corriendo de inmediato a nuestra oficina. La niña estaba llorando sentada en una silla. La cogí en brazos y la sostuve. Podía ver ante mis ojos la cara de mi hija, y estaba llorando.

Se habían separado en algún punto del camino al campamento. Inmediatamente lo anunciamos por los altavoces, pero no pudimos localizar a sus padres. La llevamos entonces al sitio en el que los había perdido de vista, pero, aun así, no podíamos encontrarlos. Finalmente, los encontramos en la carretera fuera del campamento. Cuando los vi reencontrarse, abrazándose entre ellos y llorando, pensé: "Este es mi mejor día".

¿Cuál fue tu peor día?

Durante las dos primeras semanas de entrada de los pasados meses de agosto y septiembre llegaban miles de personas cada día. Era la temporada de los monzones y llovía con fuerza. Había muchas mujeres embarazadas y con niños pequeños a la intemperie, sin nada.

Al principio era sobrecogedor, pero luego nos pusimos a trabajar. Les abrimos el centro comunitario en el campamento. Había entre 400 y 500 mujeres embarazadas, así como otras con bebés y niños. Una vez que estuvieron a resguardo de la lluvia, pudimos remitirlas a las instalaciones médicas y proporcionarles comida. Ahora estamos recibiendo más apoyo. No puedo decir aún que esté tranquila, pero la situación está mejorando.

Cuando miro hacia el futuro, sé lo que quiero: quiero estar con ACNUR todo el tiempo que pueda.

La Agencia de la ONU para los Refugiados trabaja en 130 países ayudando a hombres, mujeres y niños separados de sus hogares por las guerras y la persecución. Nuestras oficinas centrales están en Ginebra, pero la mayoría de nuestros empleados trabajan sobre el terreno, ayudando a refugiados. Esta entrevista forma parte de varias que tienen como fin destacar la labor de nuestros empleados.

Tu apoyo es extremadamente urgente para ayudar a los niños, mujeres y hombres refugiados en Bangladesh. Por favor, dona ahora.

Por Tim Gaynor

Gracias a la Voluntaria en Línea Ana Ledesma Claros por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.