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Una innovadora inversión transforma vidas en Etiopía

Historias

Una innovadora inversión transforma vidas en Etiopía

Una pionera alianza con la Fundación IKEA convierte un árido desierto en tierras agrícolas valiosas para los refugiados y los lugareños en la remota región somalí de Etiopía.
27 Septiembre 2018 Disponible también en:
La agricultora refugiada Kaha Abdula junto a los cultivos en Melkadida, Etiopía.

El sistema de canal que trae preciada agua a los agricultores en esta remota comunidad en el este de Etiopía ha permitido que un árido desierto y su comunidad florezcan.


“Antes de que construyeran el canal, aquí solo había arbustos”, dice Ibrahim Abdi Farah, Presidente del Programa de Irrigación de la comunidad de acogida en el campamento de refugiados de Kobe. “No podíamos cultivar nada. Apenas y había lo suficiente para comer, jamás pensar en producir para vender”.

Un nuevo enfoque del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en conjunto con la Fundación IKEA y las autoridades etíopes, está empoderando a miles de residentes locales y refugiados como Ibrahim, que estaban devastados por las sequías en la remota región somalí de Etiopía.

Juntas, las personas están recuperando su independencia. Bajo esta alianza, se han construido cerca de 20.000 metros de canal de irrigación, convirtiendo el desierto en un terreno agrícola valioso.

El programa de irrigación se empezó a construir hace dos años. El agua viene del río por canales y llega hasta las parcelas. Todas las personas tienen su propio canal, por lo que el agua llega a todo el mundo.

“Las personas se vuelven autosuficientes, se comprenden y se apoyan mutuamente”.

Con algunas semillas, herramientas y capacitación, los refugiados somalíes y la comunidad local trabajan juntos la tierra.

“Todos somos hermanos y hacemos cosas juntos”, dice Ibrahim. “Les dimos tierra porque antes dependían de la asistencia. Ahora pueden ser independientes y ayudar a otras personas también”.

Un agricultor trabaja en un terreno irrigado por un canal en Melkadida, Etiopía.

El programa ilustra una respuesta más amplia a los movimientos de refugiados conocida como el Marco de Respuesta Integral para los Refugiados, que exige un mayor énfasis en la autosuficiencia y el apoyo de los refugiados a las comunidades de acogida, junto con alianzas más sólidas y una gama más amplia de actores involucrados. El enfoque apuntala un nuevo pacto mundial sobre refugiados que se espera sea adoptado por la Asamblea General de la ONU a finales de 2018.

Gracias al proyecto, los agricultores tienen 13 cultivos diferentes, desde tomates hasta cebollas, que se venden en mercados de todo el país, mejorando las vidas de los refugiados y los residentes locales por igual, dice el presidente de la comunidad anfitriona, Mohamed Kulow Hassan.

“Las personas se vuelven autosuficientes, se comprenden y se apoyan mutuamente”, dice con orgullo. “Mi sueño es que Melkadida siga desarrollándose así en el futuro y que algún día se convierta en una gran ciudad”.

Para el refugiado somalí, Dahaba Hassan Ibrahim y su familia, tener una parcela de tierra exitosa, y los ingresos que esta aporta, les ha salvado la vida.

“Esta parcela me ha dado libertad. Antes dependía de vender vegetales y la asistencia que recibíamos para cubrir las necesidades de mis hijos. Ahora, gracias a esta parcela, puedo comprar todo lo que necesito”.

Dahaba y otros padres quieren poder brindar educación a sus hijos. El proyecto, apoyado por ACNUR y la Fundación IKEA, mantiene a muchos jóvenes en las escuelas y permite que algunos, como Iqra, de 20 años, continúen sus estudios en la universidad.

“Quiero aprender a administrar, para resolver los problemas continuos en mi país”, dice, permitiéndose soñar en grande para el futuro. “Si me convierto en presidente de Somalia, abriré más escuelas para la sociedad, ese es mi deseo, mi sueño y lo haré”.