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Un médico que ayuda a afganos mutilados a recuperar la movilidad y empezar una nueva vida

Historias

Un médico que ayuda a afganos mutilados a recuperar la movilidad y empezar una nueva vida

El fisioterapeuta Alberto Cairo, que proporciona prótesis y ayuda a encontrar trabajo a los afganos heridos, es el ganador regional para Asia del Premio Nansen de ACNUR de este año.
18 Septiembre 2019 Disponible también en:
Ver también: Un médico que ayuda a afganos mutilados a recuperar la movilidad y empezar una nueva vida

Fahim tenía solo 11 años cuando en 1993 conoció a Alberto Cairo en un hospital de Kabul gestionado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Buscaba tratamiento para el dolor después de que una mina terrestre le volara la pierna izquierda. En ese momento, la capital afgana se encontraba en medio de una brutal guerra civil, dividida entre los grupos beligerantes que buscaban afirmar su dominio sobre Kabul. 

Lo que no podía haber imaginado es que, en mitad de uno de los períodos más sombríos de Afganistán, encontraría a un amigo y activista en un abogado italiano reconvertido en fisioterapeuta que había llegado a Kabul solo tres años antes. 

“Es amigo del pueblo afgano”, dijo Fahim sobre Cairo. 

Durante las siguientes tres décadas, a medida que Fahim se hacía mayor e iba creciendo, haría innumerables viajes al hospital del CICR. Cada vez que iba, Cairo estaba allí para saludarlo, hablando con su acento italiano en darí, una de las dos lenguas oficiales de Afganistán. El trato amable y bondadoso que recibió en esas visitas marcó profundamente a Fahim. 

“Veía cómo trataban a cada paciente como un amigo".

“Veía cómo trataban a cada paciente como un amigo y decidí que yo también debía ayudar a mi comunidad”, dijo Fahim. 

Cuando tomó la decisión de estudiar enfermería y de posteriormente especializarse anestesiología, Alberto Cairo fue quien lo alentó. Hoy en día, Fahim trabaja como enfermero y anestesista en un hospital en la provincia de Uruzgan, en el sur de Afganistán. 

Fahim es solo un ejemplo del legado que Alberto Cairo espera dejar en la ciudad que se ha convertido en su hogar durante los últimos 30 años.

Aunque el propio Alberto Cairo ha sido objeto de numerosos reportajes en los medios de comunicación, él prefiere que se centre la atención en los siete centros ortopédicos que dirige, en las 750 personas que trabajan en esos centros -de los cuales la mayoría son también antiguos pacientes con discapacidad-, y en los miles de pacientes a los que ha ayudado a lo largo de los años. 

En sus primeros años en Afganistán, cuando los conflictos se sucedían, Alberto Cairo quedó consternado por la gran cantidad de pacientes que buscaban tratamiento por heridas causadas por minas terrestres, balas y metralla. Cada año, los centros de rehabilitación que dirige atienden a más de 13.000 nuevos pacientes, de los cuales la gran mayoría, como Fahim, requieren tratamiento de por vida. 

“Mi objetivo final con cada paciente es que se reintegre a la sociedad y que viva con dignidad”, explica Alberto Cairo antes de iniciar sus rondas diarias en el centro de rehabilitación al oeste de Kabul, donde muchos de sus pacientes han sido desplazados por el conflicto y la inseguridad que se viven en esta nación de Asia central.

“Mi objetivo final con cada paciente es que se reintegre a la sociedad y que viva con dignidad”

Por su trabajo dedicado a empoderar a las personas afganas con discapacidad, Alberto Cairo ha sido elegido ganador regional por Asia del Premio Nansen 2019 para los Refugiados de ACNUR, un prestigioso premio anual que rinde homenaje a quienes hacen todo lo posible para apoyar a las personas refugiadas y desplazadas.

El ganador global del premio se anunciará el 2 de octubre y será presentado por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en una ceremonia en Ginebra, Suiza, el 7 de octubre.

La carrera de Alberto Cairo como fisioterapeuta es fruto de la casualidad. 

“Era un adolescente en Italia cuando vi a un hombre hacer algo que parecía tan simple y tan útil: ayudar a las personas a caminar”. 

Ese momento le causó  una impresión tan fuerte que terminó por dejar su carrera como abogado para dedicarse a la fisioterapia. 

Antes de llegar a Kabul, Alberto Cairo pasó tres años trabajando en una zona que ahora forma parte de la nación de Sudán del Sur, sacudida por años de conflictos interminables. Cuando comenzó a ejercer en Kabul, el centro de tratamiento del CICR se dedicaba exclusivamente a las víctimas de la guerra, pero posteriormente amplió su mandato para incluir a todas las personas con discapacidad en el país. 

La técnico Farzana Hashimi realiza el molde de una pierna en el taller del centro ortopédico del CICR en Kabul. Farzana resultó herida en una explosión en 1996 en la que perdió la pierna.

Se estima que entre 400.000 y 655.000 afganos sufren algún tipo de discapacidad. Dado el presupuesto limitado del Gobierno afgano, que ha disminuido en los últimos años, y teniendo en cuenta que el destinado a la atención sanitaria depende en gran medida de la ayuda exterior, Alberto Cairo busca constantemente nuevas formas de servir a una población que con frecuencia se enfrenta a la discriminación social. 

Esto lo llevó a tomar dos decisiones que han tenido un impacto duradero en el legado del CICR en Afganistán. Una de ellas era garantizar que los centros de tratamiento bajo su cuidado estuvieran atendidos en la medida de lo posible por antiguos pacientes. La segunda fue crear una liga deportiva para personas con discapacidad. 

“Vi a estas niñas y niños jugando al baloncesto y me dije a mí mismo, ¿por qué se le debe privar a alguien de la alegría del deporte solo porque tenga un problema en los brazos o en las piernas?”.

Desde que estableció el programa deportivo, decenas de empleados de los centros de rehabilitación se cuentan entre sus beneficiarios. Hoy, Alberto Cairo tiene la seguridad de que tomó la decisión correcta.

“Quién lo hubiera sabido”, dice. “A pesar de que a alguien le falten las piernas o los brazos, puede hacer muchas otras cosas”.

El Premio Nansen recibe su nombre del  explorador y humanitario noruego Fridtjof Nansen, el primer Alto Comisionado para los Refugiados que fue nombrado por la Sociedad de Naciones en 1921. El Premio tiene como objetivo mostrar sus valores de perseverancia y compromiso ante la adversidad.

Puedes conocer al resto de ganadores regionales del Premio Nansen para los Refugiados 2019 en este enlace.