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'Cada pequeño acto de amabilidad será recordado'

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'Cada pequeño acto de amabilidad será recordado'

Danielle Ngo, refugiada de la guerra en Vietnam y hoy coronel del ejército de EE. UU., tiene un mensaje en el Día de la Independencia de ese país.
2 Julio 2021 Disponible también en:
La coronel del ejército estadounidense Danielle Ngo huyó de Vietnam con su familia en un avión de carga militar estadounidense el 29 de abril de 1975, un día antes de que el ejército estadounidense se retirara de Saigón. Estados Unidos aceptó a la familia como personas refugiadas.

WASHINGTON, D.C. – Danielle Ngo recuerda una cosa del día en que se convirtió en refugiada. Fue el 29 de abril de 1975, un día antes de que los estadounidenses se retiraran de Saigón al final de la guerra de Estados Unidos en Vietnam. Mientras los misiles llovían sobre el aeropuerto internacional de Tan Son Nhat, un avión de transporte militar se abalanzó para evacuar a Danielle y a otras personas que se vieron obligadas a huir de la violencia que envolvía su entorno.

“Lo único que recuerdo es que mi abuelo dobló un billete de un dólar estadounidense y lo metió en el bolsillo de mi camisa”, compartió Danielle, que entonces solo tenía tres años. “Y que era muy bonito que me dieran algo que era extranjero”.

Los otros detalles que Danielle tiene provienen de su madre. La parte trasera del avión se abrió y alguien les dijo que se apresuraran a entrar y que empujaran el equipo para que cupieran más personas. La madre de Danielle cree que fueron los últimos vietnamitas que escaparon con los militares del aeropuerto aquel día.

Danielle Ngo, refugiada de la guerra en Vietnam y hoy coronel del ejército de Estados Unidos.

Cuando era niña, Danielle quería alistarse en el ejército estadounidense. Mientras estudiaba en la Universidad de Massachusetts, en Boston, se inscribió en el programa del Cuerpo de Entrenamiento de los Oficiales de Reserva (ROTC, por sus siglas en inglés) de la cercana Universidad de Boston (tras completar un programa ROTC, los estudiantes estadounidenses pueden convertirse en oficiales de las fuerzas armadas de Estados Unidos). Ahora, Danielle es coronel del ejército estadounidense y trabaja como oficial ejecutivo del inspector general del ejército, con sede en el Departamento de Defensa de Estados Unidos, a las afueras de Washington, D.C.

“Sabía que iba a devolver algo y me alisté en el ejército porque mi madre decía que él nos rescató”, comentó Danielle, aunque al crecer se dio cuenta de la ironía.

“Estoy aquí como defensora de las libertades que Estados Unidos da a su pueblo”.

“Para ser un buen planificador, un buen planificador estratégico, tienes que entender la historia. Y, por supuesto, he profundizado en la historia de la guerra de Vietnam y tengo mi opinión", señaló.

“Pero, al fin y al cabo, estoy aquí como defensora de las libertades que Estados Unidos otorga a su pueblo. Y eso es en lo que me centro. Me centro en comprender las lecciones aprendidas del pasado, utilizarlas en mi trabajo diario y asesorar”.

Tras la retirada de las tropas de EE. UU. de Vietnam, los estadounidenses ayudaron a reasentar a más de 140.000 vietnamitas en Estados Unidos. En los 20 años siguientes, hasta 3 millones de personas de Vietnam, Laos y Camboya se verían obligadas a huir de la violencia en la región. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, trabajó estrechamente con los gobiernos durante ese tiempo para ayudar a que personas refugiadas encontraran seguridad.

Tras escapar de Vietnam, Danielle y su familia esperaron tres meses en la isla de Wake, un remoto territorio estadounidense en el Pacífico, antes de que Estados Unidos los admitiera para su reasentamiento.

Una vez que llegaron a Estados Unidos, vivieron en campamentos en Hawai y Arkansas. También pasaron algún tiempo en Texas. Finalmente, el tío de Danielle, que estudiaba con una beca en Harvard, patrocinó a la familia y se trasladaron a Massachusetts. Las personas de la iglesia les tendieron la mano para ayudarles a instalarse e incluso llevaron a la familia de vacaciones a Maine y Vermont, donde Danielle recuerda haber corrido por pequeños colegios y experimentado la diversión de ser una niña despreocupada.

“Piensa en la compasión”.

“Aprecio mucho que hayan entrado en nuestras vidas”, señala Danielle. “Ahora que soy mayor, me doy cuenta de que realmente tenían un sentido de la compasión para ayudar a las familias que no tenían nada”.

Después de luchar por aprender inglés y encontrar trabajo, la madre de Danielle finalmente encontró un empleo en una agencia que ayudaba a personas refugiadas de la antigua Checoslovaquia.

Danielle siempre recordó el efecto que tenían en su familia hasta los pequeños gestos de ayuda. En la escuela, creó un grupo de personas voluntarias que distribuía alimentos a los albergues para personas sin hogar. En su trabajo en zonas de conflicto, como Bosnia, Irak y Afganistán, ha visto la vida de las personas trastornada por la violencia y ha reflexionado mucho sobre cómo ayudarlas durante y después del conflicto. Considera que la empatía es la clave para ayudar a las personas refugiadas y a otras desplazadas por la guerra, el conflicto o la persecución.

“Cada pequeño acto de amabilidad será recordado”, comentó. “Piensa en la compasión, porque puede que no tengan nada. Se trata de humanidad”.