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El Parlamento de los Refugiados da voz a las personas forzadas a huir

Historias

El Parlamento de los Refugiados da voz a las personas forzadas a huir

Las personas refugiadas que viven en Suiza han organizado una plataforma para defender sus derechos.
11 Mayo 2022 Disponible también en:
El 8 de mayo de 2022 se celebró el segundo Parlamento Suizo de los Refugiados, con la participación de más de 90 personas refugiadas de toda Suiza.

Sentado en el impresionante ayuntamiento medieval de Berna – sede del poder de esta región de Suiza desde hace más de 600 años – Slahadin Romodan, un eritreo de 34 años, acaba de votar por primera vez en su vida.

“Fue una buena sensación”, asegura sonriendo.

Es uno de los más de 90 personas refugiadas de todo el mundo, que ahora viven en todos los rincones de Suiza, que se han reunido en el segundo Parlamento Suizo de los Refugiados. El evento es una oportunidad para que discutan temas que son fundamentales para ellos, y para que sus voces sean escuchadas.

“Quiero participar en las decisiones sobre mi futuro y el de mis hijos”.

Slahadin ha estado en Suiza con su esposa y sus dos hijos desde 2016. Está haciendo una pasantía de auxiliar de enfermería en un hospital local y aprecia la vida que ha construido aquí, pero para él, la verdadera integración consiste en sentir que tiene voz en la sociedad suiza.

“Mientras esté en Suiza, quiero participar en las decisiones sobre mi futuro y el de mis hijos”, afirma. 

Él y otras personas refugiadas afiliadas al Instituto Nacional de Construcción de Coaliciones (NCBI, por sus siglas en inglés), una ONG suiza, se unieron el año pasado para lanzar el Parlamento de los Refugiados con el apoyo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y otras organizaciones. 

Con una organización similar a la de un parlamento ordinario, los participantes se dividen en grupos de trabajo, y preparan propuestas que luego se presentan y votan en una sesión plenaria. A lo largo del día, los representantes de los grupos de trabajo toman la palabra. Cada uno defiende su propuesta con pasión antes de que el presidente llame a los participantes a votar: tarjeta verde para el “sí”, tarjeta roja para el “no”. 

Una joven llena de vida, con un vestido rojo y un hiyab rosa brillante, se mueve por la sala respondiendo preguntas, dando instrucciones y resolviendo problemas. Es Nahid Haidari, afgana de 25 años, coorganizadora del Parlamento de los Refugiados y una de sus fundadoras. Vive en Suiza con su madre y sus cinco hermanos desde 2011 y ve su futuro aquí. “Soy suiza”, declara con orgullo, mientras habla del grupo de amistades suizas de la escuela que la ayudaron a tener un sentido de pertenencia. 

La estudiante universitaria no se priva de hablar de las dificultades que ha tenido que superar como mujer musulmana y como refugiada. Está decidida a ayudar a otras personas refugiadas que se enfrentan a obstáculos similares y cree que el Parlamento de los Refugiados puede mejorar su representación en la política suiza. 

“Hasta ahora, las personas siempre han hablado de nosotros, y no con nosotros. Nuestras voces están ausentes, porque la participación política, incluidas las elecciones, está vinculada a requisitos legales como la ciudadanía”, explica. “Espero que el Parlamento de los Refugiados sensibilice y ayude a dar a conocer la opinión de las personas refugiadas”.

Después de tomar la palabra en nombre de su grupo de trabajo, que se centra en la creación de coaliciones con otras organizaciones, Slahadin habla de un tema que le toca de cerca: la dificultad que tienen las personas refugiadas para acceder a la educación superior. Estudió psicología en Etiopía y le gustaría cursar estudios de posgrado, pero ha tenido problemas para conseguir ayuda económica para asistir a una universidad suiza. “La integración en Suiza no es difícil. Lo difícil son las escasas oportunidades que el sistema educativo ofrece a las personas refugiadas”, explica. 

Tras una larga jornada de intensas deliberaciones, los participantes deben elegir sus 10 principales propuestas. Entre las seleccionadas se encuentran la igualdad de derechos de todas las personas refugiadas en Suiza, la cobertura de seguro para las personas con discapacidad, el acceso a los servicios de salud mental durante el procedimiento de asilo y la igualdad de acceso a los cursos de idiomas, la capacitación, los estudios terciarios y el mercado laboral. 

El año pasado, algunas de las personas refugiadas visitaron el Parlamento suizo para compartir sus propuestas. En ambos años, algunos parlamentarios suizos también asistieron al evento en Berna para dialogar directamente con los participantes. 

“Nos vieron por primera vez y comprendieron que detrás de todas estas historias hay seres humanos y no solo documentos de identidad”, cuenta Nahid.

El interés de los medios de comunicación suizos en el evento significa que las propuestas también pueden llegar al público suizo en general. 

Los organizadores tienen planes aún mayores para el futuro. Quieren promover un compromiso significativo con los parlamentarios, más allá de las líneas políticas, y crear Parlamentos de los Refugiados en todos los cantones suizos, un paso importante en un Estado federal donde la toma de decisiones políticas está descentralizada.  

El evento fue apoyado a través de las nuevas contribuciones de ACNUR para las organizaciones dirigidas por personas desplazadas y apátridas.