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ACNUR aleja a los refugiados sudaneses de una frontera inestable

Historias

ACNUR aleja a los refugiados sudaneses de una frontera inestable

Ante la posibilidad de que el conflicto en Sudán desborde hacia Etiopía, la agencia de la ONU para los refugiados ha comenzado el traslado de unos 600 refugiados sudaneses.
20 Octubre 2011 Disponible también en:
Mohamed Musa y su familia en una vivienda provisoria, antes de mudarse al relativo confort del centro de tránsito de Adimazin (Etiopía).

ASSOSA, Etiopía, 20 de octubre (ACNUR) – Ante la posibilidad de que el conflicto en Sudán desborde hacia Etiopía, la agencia de la ONU para los refugiados ha comenzado el traslado de unos 600 refugiados sudaneses al centro de tránsito de Adimazin, a 20 kilómetros de la frontera. Permanecerán allí un máximo de dos meses, hasta que puedan desplazarse al nuevo campamento de refugiados de Tongo, mucho más alejado.

Los 600 refugiados llegaron a Geissan en septiembre huyendo del conflicto entre el ejército sudanés y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (Norte) y se negaban a adentrarse en territorio etíope hasta que los combates en el Estado sudanés de Nilo Azul, que incluyeron ataques aéreos y terrestres, comenzaron a rozar la frontera. Entonces unas 27.000 personas repararon en Etiopía.

"Quiero alejar a mi familia de aquí", decidió Mohamed, quien desde su llegada a Geissan había estado viviendo en el distrito de Monday Market. El centro de Adimazin tiene capacidad para 4.500 personas.

Mohamed tiene 42 años y con sus dos esposas y sus ocho hijos ocupaba una vivienda precaria que no los defendía de la intemperie. En las últimas semanas de la estación lluviosa toda la familia corrió el riesgo de enfermarse de malaria o de infecciones de las vías respiratorias.

Como muchos refugiados, prefería no desplazarse a una zona más segura para estar más cerca de su aldea cuando terminara el conflicto pese a las recomendaciones del personal de ACNUR y de la Administración Gubernamental para los Asuntos de Refugiados y Retornados (ARRA).

"Un líder de los refugiados hasta me amenazó con un palo", recuerda Rose Muchina, responsable del equipo de emergencia de ACNUR en Sudán. "No entendí lo que me decía, pero estaba claro que no iba a permitir que su gente se fuera a Adimazin".

Al final el líder se convenció y después de visitar el centro de tránsito con otros ancianos de la comunidad, autorizó el traslado. La construcción del centro comenzó mientras progresaban las negociaciones y todavía se sigue trabajando para ampliarlo, pero ya se dispone de una sala para registrarse, 200 tiendas familiares, 36 cubículos para letrinas, una zona para cocinar y comer, una clínica móvil e instalaciones sanitarias. Además se están instalando tanques de agua con capacidad para 40.000 litros.

Aparte de la seguridad, en el centro los niños iban a poder ir a la escuela. En su infancia Mohamed tuvo que dejar de estudiar varias veces debido a la guerra y quiere que sus hijos tengan un futuro mejor.

Apenas instalado en Adimazin, Mohamed salió a la puerta de su tienda con una sonrisa en los labios. "Si hubiera sabido que existía un sitio así habría tratado de convencer yo mismo al anciano de la comunidad", confesó. "En mi país decimos que recibir algo tarde es mejor que no recibirlo nunca".

Por Pumla Rulashe desde Assosa, Etiopía