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Los sueños se hacen realidad: avanzando en la integración local en Venezuela

Historias

Los sueños se hacen realidad: avanzando en la integración local en Venezuela

20 años después de que Celina Gelvez huyera por primera vez de su hogar en Colombia, le han regalado una casa para su familia.
15 Agosto 2012 Disponible también en:
Veinte años después de ser obligada a huir de su hogar en Colombia, Celina Gelvez, una solicitante de asilo de 66 años, ha recibido una casa para su familia gracias al programa.

GUASDUALITO, Venezuela, 16 de agosto de 2012 (ACNUR) – Celina Gelvez organizó una fiesta de inauguración de su casa en Samaria, una comunidad en las afueras de Guasdualito, acompañada de amigos, vecinos, miembros de las autoridades locales y el personal de ACNUR. El sacerdote de la Catedral de Guasdualito también estaba allí para bendecir la nueva casa de Celina, que cuenta con tres dormitorios, y que ha obtenido de manera gratuita gracias al programa del Gobierno venezolano que lleva por nombre "Rancho por casa".

Casi 20 años después de huir por primera vez de su hogar en Colombia, su sueño se hacía realidad.Celina nació en San Ignacio, un pueblo del departamento del Cesar, en el noreste de Colombia. Pasó una década como desplazada en su país de origen, huyendo con su familia en varias ocasiones debido a la persecución de diferentes grupos armados irregulares.

"La situación se volvió insoportable, yo no tuve más opción, tomé a mis 2 hijos y huí a otro país. Dejamos nuestras posesiones y nuestro hogar. Llegamos a Venezuela con las manos vacías", afirmó.

En 2002, esta solicitante de asilo de 66 años llegó a Venezuela sólo con la esperanza como equipaje. Celina es cabeza de familia y desde que vive en Venezuela ha tenido que ocuparse de sus dos hijos, de 35 y 30 años. Uno de ellos padece un deterioro cognitivo leve, mientas que el otro tiene una discapacidad mental severa. Desde su llegada han vivido en una pequeña choza.

"Viviendo en un nuevo país con un hijo discapacitado y sin empleo regular, no tuve oportunidad de mejorar mi situación", dijo Celina Gelvez, refiriéndose, entre otros problemas, a la búsqueda de una vivienda digna como uno de sus grandes retos. Sin embargo, no dejó de fabricar sueños bajo el refugio de su antigua choza de zinc en Samaria, una zona rural en los suburbios de Guasdualito, en el estado de Apure. En ese lugar repleto de necesidades, imaginó muchas veces cómo sería la vida en un hogar más confortable y seguro. "Yo siempre soñé con tener un hogar mejor para mis hijos", expresa con emoción esta solicitante de asilo.

Luchadora por naturaleza, Celina se ganó el respeto de su comunidad. Pese a los numerosos desafíos a los que se enfrentó en el pasado, Celina refleja con su sonrisa una actitud de esperanza y es ejemplo de perseverancia ante los obstáculos que han surgido en su camino.

Celina es beneficiaria de un programa de micro-finanzas y gestiona una granja de pollos y patos para ganarse la vida, lo que le permite permanecer activa en la comunidad y ayudar a su propia integración.

Ella participa en numerosos proyectos organizados por ACNUR, CARITAS y la Secretaría de Cultura del Estado de Apure y el programa gubernamental llamado Barrio Adentro dirigido a refugiados ancianos y nacionales venezolanos en la región de Guasdalito. El programa incluye actividades culturales y deportivas y los beneficiarios también tienen visitas médicas cada semana.

Además, Celina Gelvez participa en otros proyectos comunitarios financiados por el ACNUR y la ciudad de Samaria, cuyo objetivo es defender los derechos humanos y trabajar por la integración local de los refugiados y solicitantes de asilo. ACNUR ha registrado en el Estado de Apure a unos 400 refugiados reconocidos y 4.300 solicitantes de asilo, todos ellos originarios de Colombia.

Después de revisar la situación de Celina Gelvez, el alcalde de Samaria la incluyó a ella y a su familia como beneficiarios del proyecto de viviendas gestionadas por las autoridades que lleva por nombre "Rancho por casa". En el marco de este programa, el Ayuntamiento construye viviendas gratuitas para las personas en situación de pobreza extrema. Por su parte, Celina ayuda preparando la comida para los albañiles que construyen estas casas y pintando no sólo su hogar, sino también las de sus vecinos que han sido construidas en el marco de este programa.

Su caso ilustra lo que se puede lograr a través de proyectos comunitarios de ACNUR en colaboración con las instituciones locales. También muestra el compromiso de las autoridades venezolanas por los derechos de los refugiados incluyéndolos como beneficiarios de las políticas públicas.

A esta noble mujer la suerte le ha cambiado. Por un giro del destino su vida se carga ahora de esperanza y colorido. Tras pasar un día de fiesta pasado con sus amigos, vecinos y representantes de la comunidad, Celina Gelvez y sus hijos han pasado su primera noche en la seguridad de su nuevo hogar.

Por Marcela Rodríguez-Farrelly, Jefe de la oficina de terreno de ACNUR en Guasdualito, Venezuela