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República Centroafricana: La importancia de la educación

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República Centroafricana: La importancia de la educación

Lo peor de ser un refugiado para muchos de los jóvenes en el norte de la República Democrática del Congo (RDC) es interrumpir su educación.
31 Enero 2014 Disponible también en:
Niños refugiados de la República Centroafricana asisten a una escuela primaria en la República Democrática del Congo en la provincia de Equateur. Obtener acceso a la educación secundaria o terciaria es más difícil.

CAMPAMENTO de MOLE, República Democrática del Congo, 31 de enero (ACNUR) – Lo peor de ser un refugiado para muchos de los jóvenes en el norte de la República Democrática del Congo (RDC) es interrumpir su educación. Esto es especialmente cierto para aquellos que, como Yesson, estaban ya en niveles avanzados de educación (educación secundaria o terciaria) antes de tener que huir de la República Centroafricana para salvar sus vidas durante el último año.

"Pensamos que íbamos a encontrar escuelas y que las universidades serían organizadas," señaló a ACNUR el joven de 25 años de edad, en el campamento de refugiados de Mole ubicado a 35 kilómetros de Zongo, la ciudad grande más cercana, que acoge a más de 9.000 refugiados, incluyendo a cerca de 1.000 jóvenes que asistían a la escuela secundaria o terciaria en su país.

En el campamento de Mole hay una escuela primaria, con capacidad para enseñar el plan de estudios de República Centroafricana a 650 menores de edad. La escuela se está ampliando para acoger a otros 650 niños que han llegado desde el 5 de diciembre, cuando estallaron en la República Centroafricana nuevos enfrentamientos entre comunidades. Pero no hay escuelas secundarias.

Yesson fue quizás un poco ingenuo al esperar una red de escuelas, colegios y universidades en esta aislada y subdesarrollada región, carente de recursos ubicada en la provincia de Equateur de la RDC, pero su preocupación por el acceso a la educación por parte de los adolescentes y adultos jóvenes que viven en Mole o en otros lugares es válida y real, y es compartida por el ACNUR y sus socios.

Stefano Severe, representante regional de ACNUR con sede en Kinshasa, dijo que la búsqueda de alternativas para que los refugiados en Mole y otros campamentos continúen su educación es una prioridad para la agencia. "Es importante para ayudarles a forjar su futuro de una manera constructiva", añadió, al tiempo que señaló que la educación es importante no sólo para adquirir conocimientos, sino también para mantener a los jóvenes ocupados de manera constructiva.

"Hemos aprendido de experiencias previas en los campamentos de refugiados y estamos conscientes de que los jóvenes ociosos pueden tener un impacto negativo en el ambiente del campamento. Si están aburridos también corren el riesgo de manipulación y podrían verse tentados a unirse a los grupos armados en la República Centroafricana", advirtió.

Es evidente que muchos de los refugiados, con abundante tiempo en sus manos, están perdiendo su educación. "No podemos soportarlo. Es grave para nosotros y para nuestro país si no estudiamos. Nos estamos estancando", subrayó Yesson, que estaba estudiando contabilidad y administración en una universidad privada en Bangui, capital de la República Centroafricana, antes de huir a través del río Oubangui a Zongo en octubre pasado. "Me levanto por la mañana y no hago nada hasta la noche", reveló.

La mayoría de los estudiantes en Mole provienen de zonas urbanas, principalmente de Bangui, y a los de más edad les resulta difícil vivir en un área rural sin – o limitadas – oportunidades de educación y empleo.

Lamine Diop, director de la oficina en el terreno de ACNUR en Zongo, ha reconocido que el acceso a la educación secundaria y terciaria fue un reto. "Estamos explorando maneras de permitir que unos 700 estudiantes de las escuelas secundarias continúen sus estudios", dijo, mientras que invitaba a los socios a ayudar. En el campamento de refugiados de Boyabu, también en Equateur, ACNUR está buscando la manera de admitir a los refugiados a una escuela secundaria cercana.

Mientras busca soluciones, el ACNUR está construyendo un cibercafé para que los alumnos con sed de conocimiento, al menos, tengan acceso a la información en el campamento Mole. Es un paso positivo y bien recibido por los estudiantes, pero quieren más.

"Sería mucho mejor encontrar formas de registrar a los estudiantes en las universidades", dijo el estudiante de arte de 23 años de edad, Cedrick. "El aprendizaje a distancia es una solución también. Cuando tienes conexión [Internet], tienes una apertura al mundo".

Él y otros estudiantes pidieron además la creación de un centro cultural con biblioteca, pero, por sobre todo, sueñan con poder salir del campamento de Mole para estudiar en la capital de la RDC, Kinshasa, o en el extranjero. En lugar de ello señaló Emmanuel Kouzouaki Yondó, presidente del comité de refugiados en Mole, muchos jóvenes calificados "son víctimas de desempleo juvenil".

En su corazón, la mayoría de los jóvenes refugiados, desean que el conflicto termine pronto y les permita volver a casa y retomar sus estudios y finalmente comenzar carreras en su propio país. "Me pregunto cuando terminará esta pesadilla", dijo un pesimista y deprimido Cedrick.

La República Democrática del Congo acoge a casi 60.000 refugiados de la República Centroafricana, con aproximadamente la mitad de ellos viviendo en cuatro campamentos de refugiados. Los otros están con familias anfitrionas. Con la nueva afluencia masiva de refugiados iniciada el 5 de diciembre, la población de refugiados ha aumentado considerablemente en algunos campamentos. En Mole, ha pasado de 4.000 a 9.000 personas en poco más de un mes.

Por Céline Schmitt en el campamento de Mole, República Democrática del Congo