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El poder de la radio ayuda a aliviar las penas de una abuela somalí refugiada

Historias

El poder de la radio ayuda a aliviar las penas de una abuela somalí refugiada

Un reportero de la radio en el norte de Kenia utiliza su tiempo en el aire para destacar la difícil situación de los refugiados en Dadaab, incluida una abuela que ha tocado el corazón con su historia.
12 Junio 2014 Disponible también en:
Timiro Idow en su nuevo alojamiento en el campamento de Ifo 2 con sus hijos y nietos.

DADAAB, Kenia, 11 de junio de 2014 (ACNUR) – En el norte de Kenia, una estación de radio comunitaria financiada por el ACNUR se encuentra trabajando para ayudar a los refugiados en los campamentos de Dadaab, atrayendo donaciones de todo el mundo y el apoyo de la población local.

Una historia en particular, acerca de una mujer somalí mayor llamada Timiro Idow, ha tocado los corazones de todo el mundo, gracias a los esfuerzos de Abdinasir, un periodista de esa estación.

Timiro fue encontrada abandonada a en las calles de Dadaab, una ciudad que se encuentra a 10 kilómetros de distancia del campamento Ifo 2 donde vive, cansada y asustada. Con una hija y seis nietos en casa, su difícil situación salió a la luz gracias a Abdinasir, cuyo programa de radio tiene como objetivo poner de relieve las luchas diarias de los cientos de miles de personas que viven en el complejo de refugiados más grande del mundo.

Abdinasir salió en ayuda de Timiro, sorprendido de que ella hubiera logrado caminar toda la distancia existente entre el campamento y la ciudad. "Ni siquiera podía hablar", reveló un portavoz de la estación, "pero más tarde, cuando la hicimos sentir cómoda, comenzó a lamentarse de que la vida en los campamentos se estaba haciendo demasiado dura y no tenía intención de volver a menos que se le brindara un mejor suministro de alimentos y una buena casa".

La obstinada abuela le contó a Abdinasir: "He envejecido. Y he instado a mi hija, en repetidas ocasiones, para que me llevara de regreso a Somalia, pero ella no ha tomado cartas en el asunto. A mi edad, necesito estar en casa y no en campamentos donde no hay nada".

Abdinasir, profundamente conmovido, relató en su programa acerca de la lucha de Timiro y compartió su historia a través de las plataformas de los medios de comunicación social. La respuesta fue abrumadora. La hija de Timiro tardó solamente dos días en localizarla y, al mismo tiempo, comenzó a llegar una gran cantidad de donaciones.

Una organización no gubernamental con sede en Nairobi, la capital de Kenia, encabezó la operación, con una donación de 300 dólares estadounidenses y también con la promesa de continuar suministrándole a Timiro comida y dinero de bolsillo. Desde la distancia, simpatizantes procedentes del Reino Unido y Canadá también han estado enviando dinero para su mantenimiento.

Actualmente, Timiro y sus seres queridos están viviendo en un mejor alojamiento, mientras esperan la construcción de su nueva casa. Su hija, que ha vivido con ella desde que huyeron del conflicto y la hambruna en Somalia en 2011, afirma que las donaciones les están ayudando mucho. "El ACNUR nos proporciona, generalmente, alimentos y otros artículos de primera necesidad, pero nunca es suficiente. Estoy muy contenta de que los esfuerzos de Abdinasir hayan ayudado a mi madre. Ahora puedo concentrarme más en la crianza de mis hijos".

Mientras tanto, Abdinasir continúa generando conciencia acerca de aquellas personas con necesidades. Este keniano, cuya ciudad natal ha recibido a refugiados por 23 años, está finalmente alcanzando su sueño. "Cada vez que los maestros en la escuela me preguntaban qué deseaba hacer en mi vida adulta, les decía que quería ayudar a los refugiados", contó. Ahora, con la ayuda del ACNUR, su programa de radio conocido como gargaar, una palabra somalí que significa "apoyo", hace exactamente eso.

Y, finalmente, Timiro tiene una sonrisa en su rostro. Esta abuela de Somalia, que vive en uno de los campamentos de Dadaab, nunca se ha sentido tan afortunada como el día de hoy.

Por Duke Mwancha en Dadaab, Kenia

Gracias a la Voluntaria en Línea Adriana Laura Alemandi por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.