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"Vení Jugá", una oportunidad para los niños y niñas de Villa España, en Colombia

Historias

"Vení Jugá", una oportunidad para los niños y niñas de Villa España, en Colombia

El proyecto "Vení Jugá" les ofrece a los niños la oportunidad de convertirse en agentes de cambio, brindándoles herramientas para la construcción de su propio futuro y el de su familia, barrio y país.
14 Octubre 2016
Los niños de "Vení Jugá" marchan hacia en el lanzamiento de proyecto. Muy deseosos de empezar sus entrenamientos.

QUIBDÓ, Colombia, 14 de octubre de 2016 (ACNUR) – "Vení Jugá es una oportunidad para lograr nuestras metas", afirma Carolina, una adolescente de 13 años que vive en Villa España, un barrio que se fundó en el año 2000 en la zona norte de Quibdó, para ofrecer albergue a más de 350 víctimas de desplazamiento forzado en Colombia. Lo que nació como una solución temporal, hoy ya se ha convertido en un hogar para estas personas.

Entre los más vulnerables de esta comunidad están los niños, niñas y adolescentes, que todos los días se exponen a riesgos asociados a su situación de desplazamiento en el casco urbano, como la violencia, el crimen y el trabajo infantil. "Los niños y jóvenes queremos un ambiente libre de maltratos, de violencia y drogas", comenta Carolina. Ella forma parte del nuevo equipo de voleibol del proyecto deportivo impulsado por el Comité Olímpico Internacional (COI) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), creado para brindar protección a la juventud, mejorar sus condiciones de vida y garantizar sus derechos.

"Este proyecto nace pensando en niños, niñas y jóvenes que de una u otra manera se encuentran en situaciones muy difíciles de vulnerabilidad", señala Richard Flórez, miembro de AJODENIU, organización de jóvenes de la comunidad responsable de la implementación del proyecto "Vení Jugá". El objetivo principal detrás de la iniciativa es crear un espacio seguro, más sano y libre de violencia, para el desarrollo y empoderamiento. Por medio de la práctica del deporte, los niños, niñas y adolescentes aprenderán a jugar en equipo, a tolerar a los demás y a trabajar con disciplina, valores que les ayudarán a triunfar en la cancha y en la vida.

"Vení Jugá es un espacio donde podemos jugar, aprender y crecer para lograr nuestras metas, y más si nos apoyan nuestros padres y el gobierno", añade Carolina. Sus papás la acompañaron desde el primer día de actividades deportivas, y la observaron con admiración junto a muchos otros padres y miembros de la comunidad, quienes también están apoyando a sus pequeños deportistas. Su presencia muestra cómo estos espacios fomentan la convivencia, y cómo el deporte funciona como catalizador para unir a las personas, facilitar la integración e incluso reconstruir el tejido social.

Mientras sus padres los observan, los equipos de futbol sala de diferentes edades, juegan un partido amistoso.

Este proyecto ofrece a los niños, niñas y adolescentes la oportunidad de convertirse en agentes de cambio dándoles herramientas, no sólo para la construcción de su propio futuro, sino para el de su familia, barrio y país. Por medio de su compromiso, ellos y ellas aprenden y demuestran la importancia de trabajar todos los días y no desistir para alcanzar sus metas. Así mismo, son ellos quienes en unos años podrán replicar estas iniciativas en otras comunidades.

Desde el día de la inauguración, el 3 de septiembre de 2016, entre música, canto, baile y deporte, los participantes resaltaron la necesidad de contar con el apoyo de las autoridades territoriales en este proceso. "Lo que se necesita desde las instituciones locales para este proyecto son las capacitaciones formativas, para que este proyecto pueda influir de manera integral en la vida de los niños y en la de su comunidad", apuntó el entrenador Flórez.

Para Carolina, "Vení Jugá" es más que un juego, para ella: "es tener una familia unida, que nos cuide y nos proteja, y tener un lugar para formarnos, cuidarnos y divertirnos."

En Colombia hay más de 7,2 millones de desplazados internos, 32.283 viven en la ciudad de Quibdó, donde más de 35% son niños, niñas y adolescentes menores de 18 años.

Por Viviana Murillo