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Proyecto alemán abre las puertas de la educación superior a jóvenes solicitantes de asilo

Comunicados de prensa

Proyecto alemán abre las puertas de la educación superior a jóvenes solicitantes de asilo

ONG vanguardista ofrece a los recién llegados aprovechar su potencial al máximo, dándoles acceso a cursos telemáticos de las mejores universidades del mundo.
30 Mayo 2016 Disponible también en:
Hesham El-Hasadi, libio de 33 años solicitante de asilo, dice que estaba perdido hasta que encontró Kiron.

BERLÍN, Alemania, 30 de mayo de 2016 (ACNUR) – Las tasas académicas, las barreras lingüísticas y la falta de documentación representan, para la mayoría de jóvenes solicitantes de asilo, la imposibilidad de continuar estudiando en sus países de acogida. Pero un proyecto que está creciendo rápidamente en Alemania tiene como objetivo derribar las barreras para acceder a la educación superior y ofrecer a las personas desplazadas forzosas una oportunidad para aprovechar su potencial al máximo.

Dos años después de su llegada a Alemania, Hesham El-Hasadi, un libio solicitante de asilo, prácticamente había abandonado su sueño de desarrollar una carrera profesional. Los disturbios políticos le obligaron a él y a su familia a huir de su hogar en Bengasi de la noche a la mañana y lo perdió todo, incluso sus estudios.

"En Alemania me dijeron que debía empezar de nuevo, comenzando por los exámenes finales de secundaria", dice Hesham, de 33 años, que estudiaba informática en la universidad de Bengasi.

Sin una copia impresa de su título de grado, no le reconocieron sus estudios. "Eso me hundió, estaba completamente perdido. Entonces me enteré de la existencia de Kiron Open Higher Education. Fue un primer paso positivo para recuperar mis estudios".

En septiembre pasado, Hesham se convirtió en uno de los 1.250 estudiantes que forman parte del primer grupo matriculado en Kiron, una ONG vanguardista que proporciona a los solicitantes de asilo acceso gratuito a cursos telemáticos de las universidades punteras del mundo.

El revolucionario proyecto, ideado por los emprendedores alemanes Vincent Zimmer y Markus Kressler, consiste en recopilar programas de grados de dos años de entre una variedad de 600 cursos telemáticos interactivos ofrecidos por universidades que incluyen las de Cambridge, Harvard y Yale y el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

El equipo de Kiron pasa entonces a ajustar en todo lo posible estos cursos telemáticos a los módulos que ofrecen, en sus estudios presenciales, las 23 universidades asociadas. Estas universidades asociadas reconocen créditos a estos estudiantes por completar los cursos de Kiron y estos créditos cuentan de cara al grado final.

Tras dos cursos, armados sólo de un teléfono móvil inteligente y una conexión a internet, los estudiantes que disfrutan del estatus reconocido de refugiados, pueden trasladarse a uno de los campus de las universidades asociadas para su último curso. Kiron espera que sus primeros estudiantes de ciencias económicas y empresariales, ingeniería, informática y estudios sociales se gradúen a finales de 2018.

"Enfrentarse al pasado no tiene mucho sentido si no se espera nada del futuro".

Kressler y Zimmer empezaron a darle vueltas a la idea hace dos veranos, cuando iniciaron su voluntariado con solicitantes de asilo en Berlín, mientras estudiaban psicología. Les sorprendió ver cómo muchos de los que acababan de llegar y tenían estudios languidecían en un limbo legal, sin poder trabajar ni estudiar mientras esperaban la resolución de sus peticiones de asilo.

"Me sorprendió que tantos de ellos hubieran estudiado antes y solo quisieran hacer algo, mirar hacia el futuro", dice Kressler, de 26 años. "Enfrentarse al pasado no tiene mucho sentido si no se espera nada dela vida. Aprendes el idioma, haces todo el papeleo y, en realidad, ¿para qué?

Es un cambio de identidad lo que acontece entre ser un solicitante de asilo y transformarse en un estudiante, es una diferencia enorme.

Desde el principio, nuestro objetivo ha sido abrir el universo de oportunidades que una universidad puede ofrecer. Estas son personas inteligentes y motivadas. Darán todo lo que puedan por conseguirlo. Solo tenemos que darles pequeñas oportunidades para que puedan tener una formación, un trabajo: la aprovecharán y le sacarán el máximo beneficio".

A Hesham, que espera aún la decisión final de si se puede quedar en Alemania por un periodo largo, Kiron le ha ofrecido un camino significativo, a pesar de la incertidumbre legal.

"Ha sido una puerta de entrada hasta que tengamos la decisión final sobre nuestro estatus", dice Hesham, que sigue los estudios de informática ofrecidos por Kiron y está completando cursos de programación avanzada. "Aún podemos mejorar nuestra formación mientras esperamos. Realmente significa mucho para nosotros. Nos alivia un poco esa preocupación."

"No estamos aquí solo para dormir y comer. Ahora puedo hacer muchas cosas. Puedo contribuir, puedo hacer mi vida, puedo decir adónde va."

Kashif Kazmi, de 21 años y estudiante de ingeniería en Kiron, también está esperando que le notifiquen si se puede quedar en Alemania. La primavera pasada huyó de la violencia sectaria que estalló cerca de su hogar en Parachinar, una pequeña localidad paquistaní en la frontera con Afganistán. Sueña con ser ingeniero de la NASA. "Queremos estar en el campus, no en el campamento [de refugiados]", dice.

Kashif también muestra su agradecimiento al programa Kiron. "Si no fuera por Kiron, estaría durmiendo en la cama, con nada en la cabeza", dice.

También explica que los recién llegados a Alemania son una fuente de gran potencial.

"Queremos prosperar, no queremos ser una crisis", dice. "Queremos ser la solución, hacer algo por la sociedad, por el planeta. Para eso, la educación es la única opción. Kiron es nuestra esperanza, representa nuestra esperanza cuando nos levantamos cada mañana y nuestra esperanza al ir a dormir".

Kashif Kazni, estudiante paquistaní de 21 años, sueña con ser ingeniero en la NASA. Advierte acerca de los riesgos de dejar que el potencial de los solicitantes de asilo se pierda.

Kiron también ofrece la posibilidad a solicitantes de asilo emprendedores de entrar en contacto con inversores y empleadores. Cerca de la mitad de estudiantes de Kiron dicen que quieren poner en marcha sus propios negocios, y dos antiguos alumnos ya han utilizado sus nuevos contactos para encontrar trabajo con el fabricante de coches alemán BMW.

"Al final, todos nuestros cauces deberían conducir a un trabajo", dice Kressler. "Las empresas quieren a nuestros estudiantes, quieren invertir en nuevos talentos que hablan diferentes idiomas, tienen otra perspectiva de negocios sobre los problemas del mundo".

El innovador modelo de formación de Kiron está generando mucha expectación. En menos de un año, ha recibido 2,5 millones de euros en donaciones y financiación, que se están utilizando para establecer nuevas bases en Líbano, Turquía y Jordania. En última instancia, la aspiración de sus fundadores es ofrecer educación a todos los millones de personas desplazadas en todo el planeta.

Por Josie Le Blond.

Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.