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Una medida estadounidense brinda una esperanza agridulce a una familia siria

Historias

Una medida estadounidense brinda una esperanza agridulce a una familia siria

Según las palabras de un padre de una familia de tres hijos procedente de Homs, el reasentamiento desde Jordania a los Estados Unidos ofrecerá una esperanza de futuro a sus hijos a pesar del dolor de separarse de sus seres queridos.
24 Febrero 2017 Disponible también en:
Firas al Ahmad, refugiado sirio de 30 años, se asoma a la ventana de la casa de su padre, en Irbid, Jordania, el día de la víspera de su partida a los Estados Unidos.

IRBID, Jordania, 24 de febrero de 2017 (ACNUR) – Mientras guardaba las pertenencias de su familia en cuatro grandes maletas tan solo unas horas antes de partir hacia una nueva vida en Dallas, Texas, Firas al Ahmad, refugiado sirio de 30 años, sentía que se le partía el corazón.

"Me marcho pensando en el futuro de mis hijos y espero que puedan recibir una buena educación y que puedan tener una vida mejor que la que a mí me ha tocado vivir", explicaba Firas. "Lo que más me duele es separarme de mi familia, especialmente de mi padre".

Junto con su esposa Samira y sus tres hijos, este antiguo mecánico de automóviles procedente de la zona rural de Homs residía en el pequeño apartamento de su padre en la ciudad de Irbid, al norte de Jordania, a la espera de subir a un avión que lo conduciría a los Estados Unidos, país en el que sería reasentada la joven familia.

"Me marcho pensando en el futuro de mis hijos y espero que puedan recibir una buena educación y que puedan tener una vida mejor que la que a mí me ha tocado vivir"

Sentados todos juntos en cojines esparcidos en torno a la habitación vacía, Firas y su padre Hammoud intercambiaban algunas palabras mientras bebían té, contando las horas que faltaban para la despedida. Cuando Firas describía sus sentimientos sobre el viaje que tenían ante sí, ambos hombres inclinaban la cabeza para ocultar las lágrimas.

En marzo se cumplirán seis años desde el inicio del trágico conflicto en Siria. Firas y su familia pertenecen a una pequeña minoría seleccionada cada año para su reasentamiento de los 4,9 millones de sirios que actualmente viven como refugiados en los países vecinos de la región.

Los programas de reasentamiento en los Estados Unidos y otros países desarrollados tienen por objeto tender una mano a los refugiados más vulnerables, como los niños en situación de riesgo, los supervivientes de tortura y las personas que necesitan ayuda médica. El año pasado los Gobiernos ofrecieron 140.000 plazas de reasentamiento para los refugiados de todo el mundo, y, en total, menos del 1% de los refugiados a nivel mundial serán reasentados.

Firas y su familia huyeron a Jordania a finales de 2013 con su padre, sus hermanos y su tía. Cuando los combates se recrudecieron en torno a sus viviendas situadas en las proximidades de Homs, se quedaron sin trabajo y les resultaba imposible adquirir incluso lo necesario para cubrir las necesidades más básicas. "Nos marchamos porque nuestros hijos podrían haber perdido la vida en cualquier momento", explicaba Samira.

https://youtu.be/z6q6rzzEyiEJordania: familia siria se prepara para una nueva vida en Texas

Los últimos tres años que la familia ha pasado en Jordania han sido duros, dado que, debido a la falta de oportunidades laborales legales, tenían que luchar cada día para sobrevivir. Sin perspectivas de que pudiera mejorar su situación, Firas no dudó ni un momento cuando el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, se puso en contacto con él a principios del pasado año para hablarle de una posible oportunidad de reasentamiento en los Estados Unidos.

Después siguió un proceso intensivo de un año de duración durante el cual los candidatos fueron entrevistados por el ACNUR y tuvieron que someterse a reconocimientos médicos y controles de seguridad a cargo de las instituciones federales estadounidenses, incluidos el FBI y el Departamento de Seguridad Interior. Una vez finalizadas estas pruebas, les notificaron la aprobación del reasentamiento e iniciaron el proceso de venta de sus muebles y dejaron su apartamento en Shobak, a 200 kilómetros al sur de Ammán, la capital del país.

"Siria es todo para mí. En cuanto termine la guerra, regresaré"

Con respecto a aquellas personas de los Estados Unidos y de otros lugares que temen que los refugiados constituyan una amenaza para la seguridad, Firas subrayaba que él y otros como él eran quienes habían tenido que huir del peligro.

Firas espera poder hacer uso de sus conocimientos y encontrar trabajo como mecánico una vez que se hayan asentado en Dallas y dice que, de no haber sido por el conflicto que los obligó a huir de sus hogares y a sufrir las penalidades del exilio en Jordania, jamás se habrían planteado la posibilidad de trasladarse a los Estados Unidos para tener que empezar de nuevo.

"Siria es todo para mí. En cuanto termine la guerra regresaré. Incluso ahora desearía que todo acabara hoy mismo, antes de partir, para poder volver a casa".

La familia ya se encuentra en los Estados Unidos.

Por Charlie Dunmore y Dalal Mouawad

Gracias a la Voluntaria en Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.