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Refugiada siria vuelve a encontrarse con sus sueños en Argentina

Historias

Refugiada siria vuelve a encontrarse con sus sueños en Argentina

Fátima se vio obligada a salir de Siria cuando explotó una autobomba cerca de su casa. Ella pudo reconstruir su vida en Argentina, donde vive desde hace 4 años.
13 Marzo 2017
Fátima en uno de sus paseos conociendo la provincia de Buenos Aires.

BUENOS AIRES, Argentina, 13 de marzo de 2017 (ACNUR) – La primavera es un momento favorito del año para Fátima, refugiada siria que vive desde hace 4 años en Argentina. Esta temporada en que florecen árboles y plantas que inundan las calles con ricos olores, coincide con el cumpleaños de su hija Syriana, quien este año celebrará sus 2 años.

Hoy Fátima está tranquila y en paz, pero su situación años atrás era muy diferente. Había llegado a Argentina escapando de la guerra en Siria. "Un día en mi barrio explotó una combi debajo de mi edificio y después de eso pensé "hay que salir", recuerda con tristeza.

Llegó a la capital argentina con su ex marido, quien abusaba de ella. A raíz de esto, Fátima decidió divorciarse y comenzar a rehacer su vida en su nuevo país. No fue fácil. Si bien tenía un título de profesora de inglés primero comenzó trabajando en una fábrica haciendo joyería. "Como no hablaba el español tenía que empezar cualquier cosa para arrancar bien con el idioma", explica mientras peina los rulos de su hija.

Mientras tanto, asistía a las clases de español gratuitas para personas refugiadas y migrantes que se realizan en la Fundación Comisión Católica Argentina de Migraciones (FCCAM) gracias a un convenio entre esta organización, el Laboratorio de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el ACNUR. Aunque tenía trabajo, Fátima se sentía muy sola y angustiada. Entonces, decidió volver a Siria, donde se quedó tres meses y como la situación empeoraba cada día regresó a Buenos Aires.

Y allí todo comenzó a cambiar. Conoció a quien hoy es su marido, comenzó a estudiar teatro y cine y tuvo a su primera hija. "Cuando uno pasa una etapa de vida que es muy difícil ahí vuelve con más fuerza", reflexiona la joven mujer.

Luego, y con una visa humanitaria del programa Siria, que depende de la Dirección Nacional de Migraciones, llegó Ahmad, uno de sus 8 hermanos. "Dos años estuvo dentro de zonas de conflicto. Ellos sacaban los muertos; no sé cómo salió vivo. Los demás no quieren irse", relata Fátima en alusión a sus padres y otros hermanos que se han quedado en su país de origen.

Además del vínculo familiar que los une, Fátima y Ahmad comparten la tristeza y el vacío que les provoca saber que en Siria aún hay muchas personas sufriendo y también la esperanza de un nuevo futuro en Argentina. Esta mezcla de sentimientos fue lo que ella quiso mostrar en un corto documental que realizó como proyecto final de un curso de realización cinematográfica. "Es lo que viví yo; o vivir en el pasado o continuar. No, uno tiene que continuar".

Hoy ambos tienen trabajo. Fátima da clases de árabe individiduales a hijos de diplomáticos y Ahmad cocina en un restaurante de comida árabe y realiza arreglos a domicilio como electricista.

Según cifras recolectadas a diciembre de 2016 por el ACNUR con información brindada por contrapartes gubernamentales y agencias socias, en Argentina viven casi 4.000 solicitantes de asilo y 3.400 personas refugiadas. Entre estas últimas se encuentra Fátima, quien en junio del año pasado, en el marco del Día Mundial del Refugiado, fue invitada por la Cancillería para compartir su experiencia. "Ahora puedo decir, una vez que atravesé el choque cultural y me fui adaptando a las nuevas costumbres, pude reencontrarme con algunos de mis sueños de nuevo que me parecía algo imposible".

 

Por Magui Masseroni, en Buenos Aires, Argentina