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Mensaje del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, en el marco del Día Mundial del Refugiado, 20 de junio de 2022

Comunicados de prensa

Mensaje del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, en el marco del Día Mundial del Refugiado, 20 de junio de 2022

19 Junio 2022 Disponible también en:
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, visita un salón de belleza establecido por Elodie Guie Sahe, quien tuvo que huir de Côte d'Ivoire en 2011. En 2020, ella retornó a su país de origen, en el pueblo de Bably-Vaya, y abrió el salón con la ayuda de ACNUR.

El propósito del Día Mundial del Refugiado es celebrar el espíritu humano y la fortaleza de millones de personas que, a pesar de haber sido desplazadas y a pesar de haberlo perdido todo, se esfuerzan por mejorar su vida, la de sus familias y la de sus comunidades.

Sin embargo, este año debemos recordar la labor que tenemos por delante en tanto el liderazgo mundial no pueda o no quiera resolver los conflictos. Recientemente, desde ACNUR anunciamos algo que parecía inimaginable: 100 millones de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares. La guerra en Ucrania – sumada a otras emergencias nuevas o existentes en lugares como Etiopía, Burkina Faso, Myanmar, Nigeria, Afganistán y República Democrática del Congo – han alimentado esta impactante cifra.

La falta de soluciones sigue creciendo conforme el número de personas forzadas a huir supera aquel de personas que pueden retornar a casa, reasentarse en un tercer país o integrarse por completo en el país que les ha dado acogida. En otras palabras, el desplazamiento forzado está rebasando las soluciones para las personas que huyen.

Sin embargo, no tiene por qué ser así.

Los líderes pueden sumar esfuerzos para construir la paz y poner fin a la situación de las personas desplazadas mediante soluciones humanas y duraderas.

Por ejemplo, en Côte d’Ivoire, el lugar desde el que conmemoro el Día Mundial del Refugiado, ha resurgido de un duro conflicto que obligó a cientos de miles personas a huir del país. Más de 310.000 refugiados (es decir, más del 96% de las personas desplazadas) han retornado voluntariamente a Côte d’Ivoire en la última década. Trabajando juntos, los países de la región se han propuesto integrar a quienes optan por permanecer ahí, por lo cual, han regularizado su estadía en sus nuevos hogares y comunidades.

Retornar a casa o establecerse permanentemente en un nuevo país genera una sensación de seguridad que cambia la vida de quienes una vez tuvieron que dejarlo todo. Elodie retornó de Liberia con sus hermanas a su pueblo natal, Bably Vaya, en 2020. Con un subsidio de ACNUR, ellas abrieron un salón de belleza, que llamaron Sehatizi. Elodie explicó que el nombre del salón significa “el tiempo de sufrir ya pasó”, lo que indica el fin de su exilio y la reconstrucción de sus vidas de vuelta en su país.

Su historia – como la de cientos de miles de otras personas – muestra algunas de las soluciones viables para las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza cuando se alcanza la paz y los países trabajan juntos. Tristemente, se trata de un ejemplo poco común.

Por ese motivo, hoy, en el Día Mundial del Refugiado, insto a los Estados a observar a países como Côte d’Ivoire, que reconocen que detener la guerra y los conflictos el mejor – y único – antídoto al desplazamiento forzado. El mundo tiene que elegir entre sumar esfuerzos para revertir la tendencia de persecuciones, violencia y guerras, o bien, aceptar que el legado del siglo XXI será el incesante desplazamiento forzado. Sabemos cuál es la opción correcta y sensata.