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Redes de piscicultura benefician a refugiados congoleños y a sus anfitriones ugandeses

Historias

Redes de piscicultura benefician a refugiados congoleños y a sus anfitriones ugandeses

La asociación de piscicultura del lago Rwamunga posibilita a sus 25 miembros ganarse la vida, ahorrar de manera regular y obtener préstamos para financiar sus propios proyectos de vida.
9 Junio 2017 Disponible también en:
Janine, refugiada congoleña, coloca tilapias blancas en un puesto de venta en la orilla del lago Oruchinga, a la espera de compradores locales.

Janine se ajusta un chaleco salvavidas, se pone un pañuelo en la cabeza y salta a un pequeño bote con el capitán y dos hombres jóvenes. La embarcación surca lentamente el agua tranquila, dejando tras de sí una estela sedosa.


Tras un corto trayecto por el lago Rwamunga, en el occidente de Uganda, el capitán atraca su embarcación al lado de una jaula flotante para peces y apaga el motor. Janine desata la bolsa que está bajo su asiento, saca una taza con comida y la esparce en el agua. Pronto, un banco de tilapias blancas sube a la superficie para comer. Con una gran red, recoge 40 peces antes de volver a la orilla.

Janine, que tiene 32 años y es refugiada de la República Democrática del Congo, es miembro de la asociación de piscicultura del pueblo. Esta asociación, fundada hace un año con la ayuda de ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados) y PNUD (el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), aúna a refugiados y locales en Uganda, entorno al objetivo común de ganarse la vida.

"La ONU nos dio las redes, las jaulas y la formación. Nosotros ofrecimos nuestro tiempo y compromiso"

"La ONU nos dio las redes, las jaulas y la formación", dice Janine con convicción. "Nosotros ofrecimos nuestro tiempo y compromiso".

El grupo recibe formación empresarial, subrayando las buenas prácticas en materia de ahorro y préstamo: También se facilita a sus miembros apoyo técnico, que incluye formación sobre cómo producir el alimento para los peces de manera económica y otras ideas innovadoras.

En los pueblos de Uganda, y durante la última década, se han multiplicado las asociaciones de ahorro y préstamo como el grupo de piscicultura de las orillas del lago Rwamunga, facilitando sencillas infraestructuras de ahorro y préstamo a comunidades que no tienen un acceso fácil a los servicios financieros tradicionales.

Cada grupo, formado normalmente por agricultores y ganaderos, cuenta con entre 15 y 25 miembros que se reúnen y ahorran con regularidad mediante la compra de acciones. Los ahorros también se destinan a un fondo para préstamos, del que los miembros de la asociación pueden pedir prestado dinero para iniciar sus propios negocios.

La asociación de piscicultura está compuesta por 20 refugiados del asentamiento de Oruchinga y cinco ugandeses de una aldea cercana. Cada día, se turnan para alimentar y recoger los peces y vender la producción diaria. El grupo tiene un libro de asiento donde hace constar las retiradas y los ingresos de dinero que hacen sus miembros y en el que incluyen también las aportaciones individuales al fondo para préstamos y las peticiones de préstamo.

Con el libro en la mano, Aisha, miembro ugandesa de la asociación, asienta las transacciones con los vecinos de la aldea a medida que compran el pescado. En unos minutos, lo han vendido todo. "Ha sido un buen día", dice Aisha mientras deposita las ganancias de hoy en la caja donde el grupo guarda el dinero.

Madre soltera de dos hijos, se unió al grupo hace casi un año. "Estaba en una situación muy mala en aquella época. No podía permitirme ni una barra de jabón para mis hijos, mucho menos comida", dice Aisha, con la mirada fija en el suelo. Con la asociación se convirtió en una ahorradora habitual, y por lo tanto, pudo obtener un préstamo y abrir un pequeño restaurante.

"Ahora que tengo un trabajo y el restaurante, me siento como una persona libre", añade con una sonrisa. "Mi vida ha cambiado en unos meses. Puedo comprar comida para mis hijos, pagar su educación y el alquiler de mi casa, cada mes, sin demoras".

Janine, madre soltera de dos hijos y con unos padres ancianos a los que cuidar, también se beneficia del programa. Después de hacer aportaciones económicas a la asociación durante un periodo, obtuvo su primer préstamo hace seis meses para construir una nueva casa.

"Sentía vergüenza de tener a mis padres viviendo en aquella vieja cabaña", dice, mostrando con el dedo una gran grieta que recorre una de las paredes de su antiguo hogar. "Pero es un gran proyecto... y para un gran proyecto, se necesita mucho dinero".

Ella empezó con un préstamo pequeño, de $30 dólares. Compró una cerda preñada y en unas semanas pudo vender siete cerditos. "Entonces tuve dinero suficiente para pagar los materiales de construcción y la mano de obra. Mi sueño estaba al alcance de la mano", dice.

"Tuve dinero suficiente para pagar los materiales de construcción y la mano de obra. Mi sueño estaba al alcance de la mano"

Asegurando el beneficio tanto para los refugiados como para sus anfitriones, el programa de ahorro y de crédito en Uganda es parte de una nueva respuesta ante el desplazamiento que está ganando fuerza en todo el mundo.

La Declaración de Nueva York del pasado año, refrendada por la totalidad de los 193 Estados Miembro de las Naciones Unidas, reafirmó la necesidad de mejorar la autonomía de los refugiados mediante un enfoque de "sociedad integral" como requisito previo al cumplimiento completo de una respuesta al tema de los refugiados que sea integral y sostenible.

"Todo el mundo tiene un papel que jugar", dice Bornwell Kantande, Representante de ACNUR en Uganda. "Cuando aprovechamos experiencias externas y alianzas innovadoras, podemos marcar la diferencia y ayudar a los refugiados a llegar a ser más (como) emprendedores, consumidores y socios en negocios y menos (como) beneficiarios".

Por su parte, Janine está trabajando mucho para fortalecer sus logros, y ya sueña con el futuro.

"Quiero transformar mi casa en un almacén para las cosechas de los agricultores locales", dice. "Si gano el dinero suficiente, me compraré un coche y conduciré por todas partes como cualquier otra persona".

Por Rocco Nuri

Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.