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Déficit de financiación dificulta la respuesta a las necesidades críticas de los refugiados somalíes en Etiopía

Comunicados de prensa

Déficit de financiación dificulta la respuesta a las necesidades críticas de los refugiados somalíes en Etiopía

8 June 2023
Un grupo de mujeres setadas en su alojamiento.

Kadija Abdi Diriri (con pañuelo rosa) es una de las 100.000 personas que huyeron en febrero de los combates en Las Anod, en la zona somalí de Somalilandia, y han buscado seguridad en la región somalí de Etiopía.

GINEBRA – Etiopía se enfrenta a múltiples emergencias en medio de niveles críticos de infrafinanciación. Con nuevos y continuos desplazamientos, y el sufrimiento causado por las devastadoras sequías, el país del este de África se esfuerza por hacer frente a las crecientes necesidades de las personas desplazadas en todo el país.

Dos meses después del lanzamiento de un llamamiento interagencial de respuesta a los refugiados para ayudar a las personas refugiadas somalíes que huyen a Etiopía desde febrero, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y los socios humanitarios solo han recibido el 2 por ciento de los fondos dedicados a las necesidades por un total de 116 millones de dólares (USD). Aunque ACNUR y sus socios han reasignado los fondos existentes a otras necesidades urgentes para poner en marcha la respuesta, con la llegada de más personas al país cada día, la falta de nuevos fondos está obstaculizando seriamente la respuesta sobre el terreno.

Se calcula que unas 100.000 personas han huido del conflicto y la violencia en sus hogares en Las Anod, una ciudad antes bulliciosa de la zona somalí de Somalilandia. Familias, mujeres, niñas, niños, personas adultas mayores y con discapacidad han huido con solo lo que podían cargar después de que los bombardeos y las explosiones destruyeran sus hogares y les forzaran a buscar seguridad en la zona de Dolo, en Etiopía.

Desde el inicio de la emergencia, ACNUR y sus socios en apoyo del gobierno etíope se han apresurado a brindar asistencia vital. Se han entregado medicamentos, agua y otros artículos básicos a las clínicas locales de la zona para garantizar que puedan asistir tanto a las comunidades de acogida como a las personas refugiadas.

A pesar de los escasos recursos locales, las comunidades de acogida de toda la zona han abierto sus puertas a cerca del 80 por ciento de toda la población desplazada. Mientras que quienes pueden se alojan con familias etíopes, otros se cobijan bajo los árboles, corriendo el riesgo de sufrir ataques de animales, robos y violencia de género. Muchas personas necesitan alojamiento, alimentos y atención médica.

Más de 20.000 refugiados somalíes han sido reubicados por el gobierno etíope y ACNUR, con el apoyo de sus socios, en un nuevo asentamiento en Mirqaan, donde se ofrecen servicios como distribución de agua, alojamiento de emergencia y saneamiento. El Servicio de Refugiados y Repatriados (RRS, por sus siglas en inglés) del gobierno etíope está llevando a cabo el registro biométrico individual con el apoyo de ACNUR.

Pero con recursos limitados, las brechas ya son visibles y ACNUR teme que sin apoyo urgente las consecuencias para la población refugiada y de acogida serán catastróficas. “Estamos al borde de una crisis de mayor sufrimiento humano si no brindamos el tan necesario apoyo a esta zona”, señaló Mamadou Dian Balde, Representante de ACNUR en Etiopía. “Los recursos son simplemente insuficientes para brindar ayuda humanitaria y garantizar soluciones para la población”.

En el nuevo asentamiento, el suministro de agua está seriamente limitado por los gastos de combustible de los camiones, y se calcula que los recursos actuales solo durarán cuatro meses. Incluso ahora, las personas refugiadas solo pueden recibir 10 litros de agua por persona al día, por debajo de la norma de 15. Únicamente se dispone del 30 por ciento de los alojamientos necesarios, por lo que algunas familias viven hacinadas o duermen a la intemperie en las comunidades locales.

También se ha reducido el apoyo a los refugiados que permanecen en las comunidades locales. En Docmo, Hegalle, Mirqaan y Goob, donde la población etíope ya está pasando apuros debido a la grave sequía y a la falta de servicios básicos, ACNUR y sus socios no han logrado brindar apoyo constante a los centros médicos para atender todas las necesidades, especialmente a quienes necesitan atención para enfermedades crónicas y otras dolencias, a mujeres embarazadas, así como a supervivientes de violaciones y otras formas de violencia de género. El apoyo a la vivienda y otras necesidades críticas es muy limitado y, a la espera de que se evalúen las necesidades, puede que solo esté disponible para muy pocos.

La distribución de alimentos se limitará a ciertos lugares debido a la escasez de combustible, y la educación no estará disponible para muchos niños debido a la capacidad limitada en las aulas donde los docentes ya están sobrecargados.

A ACNUR le preocupa especialmente cómo la falta de financiación está afectando también a las generosas comunidades que han acogido a las personas refugiadas y han compartido sus recursos. El aumento de la escasez de artículos y servicios esenciales podría tener consecuencias catastróficas para la coexistencia pacífica y la estabilidad de la región.

La reciente afluencia hace que Etiopía acoja ya a casi un millón de personas refugiadas, pero su generosidad no se ha visto correspondida por una financiación suficiente. “ACNUR continúa haciendo un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye a las miles de personas refugiadas somalíes que ya han sufrido el conflicto y la violencia. No podemos olvidarnos de ellas ni de las generosas comunidades que les han abierto sus puertas”, añadió Dian Balde.

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