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Construir un campo en Irak, una respuesta a medida de los desplazados

Historias

Construir un campo en Irak, una respuesta a medida de los desplazados

ACNUR tomó la iniciativa de construir el campo de Al Wand 2, en la provincia de Diyala, Irak oriental, para poder alojar a 2.500 desplazados por el conflicto antes del invierno.
15 enero 2015
Chris Nixon mide el perímetro del campo que ACNUR está construyendo en el norte de Irak para albergar a 2.500 desplazados por el conflicto.

CAMPO DE AL WAND 2, Irak, 15 de enero de 2015 (ACNUR) – El ingeniero neozelandés Chris Nixon mide a zancadas un trozo de desierto aplanado como un terreno de fútbol de arena.

"Cada lote tiene sesenta metros de largo", dice sin detenerse a los colegas de ACNUR que han venido a visitarlo. "En este sitio deberían caber unos 500 lotes de tiendas". Cada tienda hospedará por lo menos a 6 personas, considerando el tamaño medio de las familias de la región.

El método empleado por el asesor técnico de ACNUR es empírico sólo en apariencia. También se basa en coordenadas GPS, instrumentos de medición e imágenes satelitales. En tantos años Nixon ha levantado campos para refugiados en distintas partes del mundo.

Trabajar en condiciones de emergencia como aquí es normal. ACNUR tomó la iniciativa de construir el campo de Al Wand 2, en la provincia de Diyala, Irak oriental, para poder alojar a 2.500 desplazados por el conflicto antes del invierno y hay que aplicar las normas internacionales para la construcción de este tipo de estructuras moviéndose con rapidez y precisión.

Si todo sale como planeado por Nixon y su equipo, en seis a ocho semanas miles de iraquíes que actualmente viven su desarraigo en condiciones precarias tendrán finalmente un refugio seguro, seco y abrigado.

Hasta la fecha en distintos puntos del país se abrieron 25 campos similares para alojar a las masas que el año pasado fueron desplazadas del centro y del norte. Otros 11, algunos de ACNUR, están en construcción. Además los equipos de Nixon se dedican a rehabilitar edificios abandonados.

Aproximadamente unos 740.000 desplazados internos iraquíes sobreviven en viviendas de emergencia: bloques de pisos sin terminar, hoteles abandonados y otras estructuras menores sin puertas, sin ventanas y a veces incluso sin techo.

ACNUR se propone ofrecer a 600.000 de ellos alguna forma de apoyo frente a la rigidez del invierno, como la impermeabilización de 5.700 hogares y de los más de 100 edificios grandes denominados 'centros colectivos'.

El diseño de un campo recuerda el de un rompecabezas, con miles de piezas que deben encajar de manera coherente en un espacio limitado. Las tiendas con sus bases de cemento son solamente algunas de esas piezas.

"El conjunto debe estar equilibrado", explica Nixon. "El campamento ideal debe reflejar las normas internacionales y debe ofrecer lo que los residentes necesitan: refugio, intimidad, acceso a las estructuras reservadas a las mujeres, a las escuelas, las cocinas, los baños, las letrinas".

Hay que tener en cuenta las diferencias étnicas y religiosas. "Y todo dentro de los límites del espacio disponible. En cierta forma es como hacer urbanismo en pequeña escala".

En las 2.000 localidades repartidas por todo Irak donde se levantan sus viviendas provisorias, los desplazados internos no siempre desarrollan sentido de comunidad, entendida como entidad que agrupa a las personas y dentro de la cual se satisfacen la mayoría de las necesidades básicas.

En la aldea de Khalar, una de las visitadas por ACNUR, 67 familias viven en chozas construidas con descartes de madera y telas de plástico. A pesar del escaso apoyo humanitario recibido, se las arreglan bastante bien.

El mismo día de la visita una agencia de ayuda les entregó tiendas familiares. Un desplazado hizo una cloaca conectando un caño de plástico enterrado con una fosa séptica improvisada. Pero para otro las condiciones eran desastrosas: "Cuando llueve hace demasiado frío, es imposible defenderse de la humedad. Estamos obligados a depender de nosotros mismos".

Los habitantes de Khalar serán los primeros en ser trasladados a Al Wand 2 cuando dentro de poco se inaugure el campamento.

Mientras tanto, el ingeniero Nixon describe las ventajas comparativas de las tiendas. "Son rápidas y eficaces, mientras que los refugios prefabricados plantean problemas de costo y de aprovisionamiento. Por el precio de un contenedor se pueden comprar diez tiendas familiares", insiste. Y añade: "Estos campos no están pensados como soluciones permanentes, aunque muchas veces se utilicen durante períodos largos".

Ned Colt desde el campo de Al Wand 2, Irak

Gracias a la Voluntaria en Línea Delia Tasso por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.