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El conflicto en Costa de Marfil podría amenazar la paz en Liberia

Historias

El conflicto en Costa de Marfil podría amenazar la paz en Liberia

Guterres y otros altos funcionarios de la ONU han advertido de que la escalada de los enfrentamientos en Costa de Marfil podrían amenazar la frágil paz de Liberia.
24 March 2011
El Alto Comisionado, António Guterres, y la Representante Especial de las Naciones Unidas, Ellen Loj, reciben flores como regalo de bienvenida en el campo de refugiados de Bahn.

MONROVIA, Liberia, 24 de marzo (ACNUR) – El Alto Comisionado para los Refugiados, António Guterres, y otros altos funcionarios de la ONU han advertido esta semana en Monrovia de que la escalada de los enfrentamientos y los desplazamientos masivos de población en la vecina Costa de Marfil podrían amenazar la frágil paz de Liberia, que dura ya ocho años.

Haciendo referencia a la violencia radical en Costa de Marfil, los representantes de Naciones Unidas advirtieron de la posibilidad de que se produzca el reclutamiento de combatientes en Liberia por parte de las fuerzas marfileñas rivales, así como del tráfico de armas a través de la porosa frontera entre Costa de de Marfil y Liberia.

"Está claro que este conflicto tiene que acabar", declaró António Guterres después de reunirse con refugiados marfileños traumatizados en el este de Liberia, donde más de 90.000 personas han buscado refugio desde las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre en Costa de Marfil. "El grado de sufrimiento humano es horrible. Todos los países vecinos pueden verse terriblemente afectados", advirtió el Alto Comisionado de ACNUR, quien compartió sus temores en el transcurso la reunión mantenida el miércoles con el presidente de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf.

Los enfrentamientos entre las fuerzas leales a los candidatos presidenciales rivales, Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, han sido retomados con fuerza en las últimas semanas y muchos temen que el país quede sumido en una guerra civil. Hay aproximadamente 500.000 desplazados internos.

Ellen Margrethe Loj, la Representante especial de las Naciones Unidas para Liberia, que acompañó a António Guterres y a los altos funcionarios de Liberia hasta la zona fronteriza el martes, también se mostró preocupada ante la posibilidad de que los combates se extiendan a Liberia, país que todavía está luchando por su reconstrucción después de dos guerras civiles devastadoras entre 1989 y 2003.

"Si queremos mantener la paz en Liberia, tenemos que hacer todo lo posible para evitar que estas armas puedan entrar en el país", subrayó, refiriéndose a los temores de contrabando transfronterizo de armas. La Misión de las Naciones Unidas en Liberia, que ha contribuido al mantenimiento de la paz, ha reforzado su presencia militar y policial a lo largo de la frontera de 700 kilómetros.

António Guterres y Ellen Margrethe Loj visitaron el condado de Nimba, donde la mayoría de los refugiados de Costa de Marfil han encontrado refugio, ya sea en el campamento construido por ACNUR en Bahn o en las aldeas situadas a lo largo de la frontera. La delegación sobrevoló una vasta extensión de selva verde y exuberante, el potencial para el desarrollo agrícola es enorme, pero el mal estado de las carreteras, puentes destruidos y las infraestructuras en ruinas han retrasado el desarrollo de la región. En la aldea fronteriza de Buutuo, los visitantes se reunieron a la sombra de un cenador comunitario con líderes comunitarios y representantes de los refugiados, quienes comparten orígenes y vínculos étnicos y tribales.

António Guterres elogió los habitantes de Buutuo y de otras aldeas en el este de Liberia por su generosidad hacia los refugiados que atraviesan la frontera. "En un mundo lleno de egoísmo, donde los países ricos cierran sus puertas, vosotros habéis abierto las vuestras y compartís lo que tenéis, e incluso lo que no tenéis ", declaró.

"Hemos venido con las manos vacías, sin nada", dijo una mujer refugiada, quien contó a la delegación que esta era la tercera vez que se han visto obligada a huir de la violencia en Costa de Marfil en el transcurso de los últimos 10 años. La primera vez encontró refugio en Ghana, después en Guinea y ahora había escapado a Liberia.

El ministro del Interior de Liberia, Harrison Kahnweah, dirigiéndose al grupo, declaró: "Es una tradición africana el recibir a la gente cuando lo necesita . . . Gracias por recibir a vuestros hermanos y hermanas. Nosotros mismos hemos estado en esta situación antes . . . ".

Miles de liberianos se refugiaron en Costa de Marfil durante las guerras civiles de Liberia y afirman que se sienten obligados a corresponder a esa generosidad. Sin embargo, estas comunidades de acogida necesitan ayuda, ya que sus limitados recursos se están agotando.

"Hay riesgo potencial de que surja un conflicto si no se hace nada para reponer a aquellos que lo han dado todo", declaró Edith Gongloe Weh, la responsable del condado de Nimba. ACNUR y sus socios están trabajando para proporcionar ayuda a estas comunidades, así como los refugiados.

La visita de António Guterres se produce en un momento en que las informaciones señalan que 6.000 personas habrían huido a través de la frontera hacia el condado de Grand Gedeh de Liberia, al sur de Nimba, lo que indica que los combates en el oeste de Costa de Marfil se puede haber desplazado o extendido.

Mientras tanto, ACNUR está instando a los refugiados a alejarse de la frontera y a trasladarse al campo de refugiados Bahn o a uno de los 16 pueblos de acogida designados. Se ha previsto la construcción de tres campamentos adicionales, aunque su ubicación dependerá del lugar por donde la gente atraviese la frontera.

La mayoría de los refugiados de Costa de Marfil está viviendo actualmente en más de 90 comunidades situadas a lo largo de la frontera, lo que aumenta la preocupación por su seguridad y reduce la capacidad de ACNUR para distribuir la ayuda humanitaria, una situación que se agravará con la llegada de la temporada de lluvias.

ACNUR ha construido el campo de refugiados de Bahn, situado a cinco horas de Buutuo por caminos de tierra, con el objetivo de poder ofrecer un alojamiento más seguro y un mejor acceso de la ayuda humanitaria. El campamento, que tiene una capacidad para 15.000 refugiados, proporciona seguridad, alimentos, agua y educación.

Sin embargo, la mayoría de los refugiados aún quiere estar cerca de la frontera y lo más cerca posible de sus hogares. "Todo lo que queremos es volver pronto a casa", dijo Mezoud Gaspard, en nombre de los refugiados en Buutou.

António Guterres, quien agradeció a la presidenta Sirleaf por mantener las fronteras abiertas de su país y por la generosidad de su pueblo hacia los marfileños, tomó un avión de regreso a Ginebra en la noche del miércoles tras una visita de tres días.

Por Melissa Fleming en Buutuo, Liberia