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En Boa Vista, Brasil, ACNUR distribuye uniformes del Santos FC entre niños y niñas de Venezuela

Historias

En Boa Vista, Brasil, ACNUR distribuye uniformes del Santos FC entre niños y niñas de Venezuela

Niñas y niños refugiados y migrantes recibieron uniformes del Santos FC como resultado de una colaboración del club con ACNUR para fomentar la inclusión de los jóvenes en Brasil a través del deporte.
11 enero 2021
ACNUR hace entrega del uniforme del Santos FC a niñas y niños procedentes de Venezuela residentes en el albergue temporal Rondon 1 en Boa Vista (Roraima).

BOA VISTA, Brasil – El entusiasmo era evidente y se reflejaba en las sonrisas de los niños, niñas y jóvenes venezolanos que esperaban con ansiedad el momento especial en que recibieron parte de los 100 uniformes juveniles del Santos FC que se entregaron en los albergues temporales Rondon 1 y Pintolândia, en Boa Vista, capital de Roraima, en el norte de Brasil.

Además de pantalones y camisetas, también se distribuyeron balones para su uso en las clases de educación física de los albergues. La acción forma parte de la colaboración firmada entre el Santos Fútbol Club y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), cuyo objetivo es garantizar la participación de la juventud refugiada en acciones de sociabilidad en los albergues que acogen a la población venezolana, mediante el establecimiento de espacios de convivencia pacífica a través de la práctica del deporte.

Los uniformes se enviaron directamente desde Vila Belmiro, en Santos (estado de São Paulo) como regalo para los niños y niñas participantes en el proyecto de deporte implementado en los albergues Rondon 1 y Pintolândia, este último específico para población indígena venezolana y donde la práctica deportiva es una característica importante. Ambas instalaciones forman parte de la Operación Acogida, la respuesta del Gobierno de Brasil en colaboración con organizaciones de la sociedad civil y agencias de las Naciones Unidas ante el flujo de personas procedentes de Venezuela, con objeto de proporcionar alojamiento, alimento y atención sanitaria, así como acciones de regularización en el país y promoción de la reubicación interna de personas refugiadas y migrantes.

“El deporte permite imaginar un futuro fuera del albergue”.

Ambos albergues están gestionados por ACNUR en virtud del Acuerdo de Cooperación firmado con el Ministerio de Ciudadanía en colaboración con la Asociación Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI) en Brasil y con Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI). Entre los dos dan alojamiento a más de 1.000 personas entre adultos, adultos mayores, niñas, niños y jóvenes venezolanos, tanto indígenas como no. En estas comunidades el deporte es una de las principales actividades de relación social dentro de los albergues.

“Este proyecto ofrece a los jóvenes una oportunidad para descubrirse en un contexto más allá de la vida dentro de un albergue, ya que se trata de una actividad no relacionada con la situación de vulnerabilidad en que se encuentran. Además de desarrollar los valores que aporta el deporte, tales como disciplina, respeto, comunicación no violenta, autoestima o liderazgo en el trabajo en equipo, el deporte también permite imaginar un futuro fuera del albergue”, afirma Angélica Uribe, oficial de protección de ACNUR.

Durante la ceremonia de entrega de los uniformes, el grupo presenció un mensaje de vídeo del número 10 del Santos FC, el jugador venezolano Yeferson Soteldo. “Sigan luchando, no dejen de perseguir sus sueños. Conozco la situación que están pasando y les mando un abrazo desde aquí. Les deseo mucha suerte y mucho ánimo en su camino”, dijo el hábil jugador. La sorpresa emocionó a los alumnos, los profesores, los padres y a todo el equipo de apoyo presente.

En el albergue Rondon 1 el equipo de fútbol es mixto y las niñas y los niños se mueren de ganas por jugar al balón. Entre ellos, Eduardo José, de 17 años, demostró sus habilidades con el balón incluso descalzo en un “campo” de grava. Para él el deporte es más que una diversión: es un consuelo para la mente.

“En Venezuela jugaba con el balón casi todos los días en la escuela, pero tuvimos que irnos”.

“El deporte me ayuda a pasar el tiempo y me distrae un poco de todo lo que estamos viviendo. Me encanta jugar al balón con mis amigos aquí en el albergue, tanto al fútbol como al voleibol”, dice Eduardo, que solía jugar al balón con sus amigos en la escuela en Venezuela.

“En Venezuela jugaba con el balón casi todos los días en la escuela, pero a causa de la situación del país, tuvimos que irnos. Por eso estoy muy contento de poder jugar aquí otra vez. Y estamos muy agradecidos por recibir estos uniformes y balones para montar nuestros equipos”, añade el joven, ya vestido con la tradicional camiseta del Santos.

Nycole Rodríguez, de 14 años, no conocía el mundo el fútbol antes de llegar a Brasil. Con la motivación de los amigos le tomó gusto al deporte y ya no hay partido en el que no esté con su equipo.

“No conocía el fútbol antes de llegar al albergue, pero hoy es uno de mis deportes favoritos junto con el kickingball, que ya practicaba en Venezuela”, recuerda Nycole.

La energía de la joven es contagiosa y siempre está tratando de traer más chicas al equipo. “Aquí jugamos todos juntos, chicos y chicas, y todo el mundo se divierte. Seguro que vamos a usar nuestro nuevo uniforme en los juegos de fin de año. Vamos a estar muy uniformados”, dice Nycole junto a Eduardo, orgullosos de pertenecer al mismo equipo.

ACNUR y el Santos FC firmaron un acuerdo de intenciones al comienzos de 2020 con objeto de promover el acceso de niños y niñas refugiadas en las escuelas de fútbol “Meninos da Vila” de todo Brasil, asegurar entradas para las familias refugiadas en los partidos oficiales del Santos y promover acciones de comunicación sobre la cuestión de las personas refugiadas.

“Estamos contentos y agradecidos por esta oportunidad de colaboración con el Santos FC”.

Sin embargo, con la llegada de la actual pandemia de COVID-19, solo el último aspecto del acuerdo pudo ser íntegramente implementado. En São Paulo, algunas niñas y niños refugiados ya se habían matriculado en las clases de las escuelas infantiles de fútbol y esperan poder retomarlas en 2021.

Arturo de Nieves, coordinador de terreno de ACNUR, subraya la importancia de proyectos y colaboraciones como estas en un contexto de desplazamiento forzado. “ACNUR cree en el deporte como oportunidad de inclusión y protección por todos los beneficios que promueve, y por esto estamos contentos y agradecidos por esta oportunidad de colaboración con el Santos FC”, dice Arturo.

ACNUR entiende que el deporte posibilita el desarrollo y el crecimiento personal en la vida de quien tuvo que abandonar su país de origen y trata de reconstruir sus vidas con dignidad. Por su carácter colectivo y conciliador, la Agencia de la ONU para los Refugiados actúa en colaboración con organizaciones humanitarias en el ámbito de la Operación Acogida para promover además iniciativas deportivas para los residentes en los albergues, con objeto de fortalecer la cohesión social y estrechar los lazos entre personas que están atravesando un momento delicado de sus vidas.