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La esperanza triunfa: un refugiado somalí empieza una nueva vida en los Estados Unidos

Historias

La esperanza triunfa: un refugiado somalí empieza una nueva vida en los Estados Unidos

Aden and his family leave northern Kenya today for a new life in the United States. Some 10,000 Somalis at Dadaab have been accepted for resettlement. [for translation]
9 September 2011
Muhioadin Ahmed Aden y su hijo Abdi, que fueron reasentados en septiembre de 2011.

DADAAB, Kenia, 9 de septiembre (ACNUR) – Muhioadin Ahmed Aden mira fijamente al horizonte sabiendo que el segundo viaje más importante de su vida empezará hoy. Su lucha interior por mantener viva la esperanza en medio de una situación desesperada ha llegado a su fin.

Su familia está sentada junto a él. Su hijo pequeño, Abdi Salim, le agarra la mano. Salim piensa en el futuro de su hijo de seis años: la escuela a la que irá, la vida que tendrá. La esperanza ha triunfado.

Como otros miles de refugiados somalíes que han vivido durante muchos años en el extenso y abarrotado campo keniano de Dadaab, Aden ha sido aceptado para el reasentamiento. Hoy viaja a Nairobi y en unos días pisará el suelo de Salt Lake City, en los Estados Unidos.

"Será una vida diferente y creo que será mejor que esta" dijo mientras esperaba para partir. "Estoy deseando que mi hijo tenga una educación. Viviré en una casa o apartamento, no bajo una lona de plástico y postes de madera como los que he me han cobijado durante tanto tiempo".

Al mismo tiempo, este hombre de 45 años observa a las decenas de miles de refugiados que llegan al campo de Ifo, en Dadaab, tal y cómo el hizo en 1991, cuando estalló la larga guerra civil en Somalia. Ve sus rostros atribulados, sus miradas confusas. Sus caras le hacen recordar el día en el que él también se vio obligado a huir de Somalia.

Su padre y sus dos hermanos fueron asesinados en un conflicto entre clanes cerca de la ciudad de Kismayo, al sur de Somalia. "Veo mi pasado en estas personas. Lo único que hacíamos era andar y andar" dice. "No tenía ni idea cuando llegué a Kenia de que viviría en un campo de refugiados durante 20 años".

Aden conoce las dificultades a las que se enfrentan los que acaban de llegar. Fueron muy difíciles para él los primeros años. En los tiempos de paz, él era un pastor nómada en Somalia y no estaba acostumbrado a comer la harina de trigo y los cereales que se distribuyen en los campos.

Durante los primeros meses en Dadaab era duro confiar en los forasteros. A pesar de estar agradecido por estar lejos del alcance de aquellos que destrozaron su familia, a él aún le preocupaba su seguridad.

Con el tiempo la vida mejoró. Pero para él era difícil encontrar trabajo en los campos. Le llevó años hasta que logró ganarse la vida conduciendo un carro tirado por un burro, transportando arena y postes para construcción.

Sabe que tiene mucho que aprender para compensar los años perdidos.

"¿Crees que en América puedo ser taxista?" preguntó. "Es algo que tengo que aprender". Ahora, se enfrenta a muchos nuevos desafíos.