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Los combates recrudecen en Guta Oriental y el número de desplazados se dispara

Historias

Los combates recrudecen en Guta Oriental y el número de desplazados se dispara

ACNUR pide la protección y la seguridad de cientos de miles de hombres, mujeres y niños sirios afectados por el conflicto en Guta y sus áreas aledañas.
20 March 2018

DAMASCO, Siria – Ali Touma, de 75 años y con una pierna fracturada sostenida por placas de metal, huyó de los combates en la zona siria de Guta Oriental en muletas.

"A pesar de mi pierna quebrada, logramos salir de allí", dijo al describir la desesperada huida hacia la seguridad junto a su esposa y nietos. "Usé mis muletas para salir caminando", añadió.

Ali y su familia se encuentran entre los más de 45.000 hombres, mujeres y niños desplazados de Guta Oriental por la guerra y que actualmente buscan ponerse a salvo en refugios colectivos dentro y alrededor de la capital siria, Damasco.

Los combates han dejado atrapados a los residentes por cinco años y muchos de los que llegan a los refugios, como Ali, están rotos física o emocionalmente. Cubierto del polvo de los escombros, explica que su esposa se desmayó al llegar y fue llevada de urgencia al hospital, donde los médicos descubrieron que había sufrido un derrame cerebral.

"A pesar de mi pierna quebrada, logramos salir de allí. Usé mis muletas para salir caminando."

"Todo se debe al infierno que vivimos estos años (...) y ahora no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí, un día, dos días, una semana. Nadie sabe", comentó.

Desde que estalló la guerra en Siria hace siete años, 5,4 millones de personas huyeron del país, mientras que otros 13,5 millones necesitan asistencia humanitaria dentro del territorio.

En respuesta a la creciente crisis humanitaria, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, reiteró el martes su llamamiento en favor de la protección y seguridad tanto de los recientes desplazados como de cientos de miles de civiles aún atrapados por los feroces combates y que necesitan ayuda.

Mohamad es una de las personas que escaparon del peligro, huyendo el sábado de su hogar en Saqba, pocos kilómetros al este de Damasco. Se refirió a su miedo de no poder llegar al cruce de Hamouriya y de la seguridad de un refugio colectivo.

"Caminamos con dos niños pequeños por más de una hora, todos teníamos miedo pues los combates seguían (...) Todo lo que quiero es asegurar el futuro de esos niños", dijo.

Desde las primeras señales de la más reciente escalada de la violencia, equipos de ACNUR han estado presentes tanto en los lugares de cruce como en los refugios colectivos a medida que comenzaron a llegar miles de familias, agotadas, hambrientas, sedientas y enfermas desde Guta Oriental con escasas pertenencias o ninguna.

Los nuevos desplazados han sido distribuidos en siete refugios colectivos, establecidos en edificios como escuelas y una planta de electricidad, donde las condiciones son mínimas. Según el personal de ACNUR, las necesidades son abrumadoras y aumentan a cada minuto. También existen graves riesgos para la salud.

"Todos los refugios existentes están extremadamente congestionados y la gente está hacinada, sin servicios sanitarios básicos."

"Todos los refugios existentes están extremadamente congestionados y la gente está hacinada, sin servicios sanitarios básicos. Las personas hacen cola por horas para usar los baños y la mayoría de esos baños no tiene luz", dijo Andrej Mahecic, portavoz de ACNUR, a periodistas el martes en Ginebra.

En una conferencia de prensa, Mahecic dijo que ACNUR y sus socios han estado trabajando contrarreloj para brindar asistencia vital, en estrecha coordinación con la Media Luna Roja Árabe Siria, otras agencias de la ONU y otros grupos de ayuda humanitaria.

Los socios de ACNUR están registrando a las personas que carecen de documentos, en particular recién nacidos, con el objetivo de abordar este importante tema de protección con las autoridades sirias.

Hasta el momento, ACNUR ha entregado 180.000 artículos de ayuda, incluyendo colchones, mantas térmicas, lonas de plástico, ropa de abrigo, lámparas solares, bidones y utensilios de cocina.

En varios refugios colectivos, las personas que están al descubierto en patios escolares utilizan las mantas de ACNUR como separación para crear un poco de privacidad y protegerse del sol y el frío nocturno.

ACNUR llama a todas las partes involucradas a respetar el derecho internacional humanitario y los derechos humanos en el trato tanto a los civiles que huyen de Guta Oriental como a los que permanecen en el área.

Por Mysa Khalaf y Mazen Haffer

Gracias a la Voluntaria en Línea Patricia Ávila por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.