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Una defensora de personas refugiadas crea una aplicación para proteger a la población afgana

Historias

Una defensora de personas refugiadas crea una aplicación para proteger a la población afgana

Sara Wahedi combinó sus conocimientos tecnológicos con su activismo para crear una aplicación digital que advierte a los usuarios de Afganistán sobre posibles amenazas a su seguridad.
13 March 2024
Una mujer con ropa gris posa sentada en unas escaleras

Sara Wahedi, fundadora y directora ejecutiva de Ehtesab y exrefugiada afgana, en Nueva York.

“Nunca olvidaré aquel día. Era el 9 de mayo de 2018, y yo estaba a pocos pasos de mi casa en Kabul, y solo había un tumulto de personas en una revuelta”, recuerda Sara Wahedi.

“Luego, tres explosiones consecutivas, a unos 10 o 20 metros de mi casa”.

Afortunadamente, Sara salió ilesa. Pero después del atentado, su vecindario fue bloqueado y las autoridades no compartieron ninguna información con los residentes. En aquel momento, no había ningún sistema de alerta de emergencia en tiempo real en su comunidad.

“Fue como una luz para mí, que este es exactamente el tipo de herramienta que debe existir en estados de crisis, en regiones en crisis”.

Después de los atentados, Sara lanzó Ehtesab, una aplicación móvil que recopila información sobre emergencias y la verifica antes de enviar alertas a los usuarios de Afganistán.

Lanzada hace casi seis años, Ehtesab ha enviado un cuarto de millón de alertas a usuarios de todo el país sobre incidentes que van desde explosiones y detenciones, pasando por cierres de carreteras y accidentes de tráfico, hasta condiciones meteorológicas extremas y terremotos.

Unas manos sostienen un teléfono celular que muestra un mapa en la pantalla

Ehtesab ha enviado un cuarto de millón de alertas a usuarios de todo Afganistán desde su lanzamiento hace casi seis años.

Ehtesab – nombre creado a partir de palabras en dari y pastún que significan transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad – se basa en la idea de que la libertad de información es esencial para la protección.

“El acceso a la información es uno de esos derechos que muchas personas no saben que está consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, afirma Sara. “Nunca debería haber una politización de la información urgente”.

Al igual que la inspiración para lanzar Ehtesab, la defensa de Sara de las personas desplazadas por la fuerza y las comunidades marginadas proviene de la experiencia vivida. De niña, su familia se vio forzada a huir de Afganistán.

Su viaje les llevó primero a Alemania, luego a Estados Unidos y finalmente a Canadá, donde fueron reasentados y donde Sara creció.

“Siempre sentí que extrañaba estar en Afganistán, y creo que ésa es la razón por la que mi trabajo se enfoca tanto en Afganistán”, comenta.

En 2018, Sara había regresado a su país natal para trabajar en la oficina del expresidente en Kabul. Pero el atentado de mayo de ese año cambió radicalmente su trayectoria profesional y su labor de defensa.

Luego de fundar Ehtasab, se matriculó en la Universidad de Columbia en Nueva York para estudiar ciencias de datos y estudios urbanos. Ahora, a sus 28 años, sigue dirigiendo Ehtesab como estudiante a tiempo completo.

Encontrar formas seguras y equitativas de incluir las voces de las mujeres en Ehtesab ha sido importante para Sara desde el primer día. El 60 por ciento de la plantilla de la empresa son mujeres en puestos de ingeniería de software y análisis de datos, muchas de ellas basadas en Afganistán.

“Algo en lo que hemos estado trabajando [en Ehtesab] es tratar de averiguar cómo llevar las voces de las mujeres de todo Afganistán a un primer plano”, explicó Sara. “Estamos trabajando con tecnología interesante y aprendizaje automático para garantizar la seguridad de las mujeres mientras denuncian incidentes”.

Otro grupo de voces afganas que Sara está amplificando e intentando incluir en los espacios de toma de decisiones son las de la juventud refugiada de Afganistán.

En diciembre de 2023, Sara intervino en un panel en el que se debatían los retos y las oportunidades para las personas refugiadas afganas en el Foro Mundial sobre los Refugiados celebrado en Ginebra, Suiza. Compartió las historias de tres jóvenes refugiados afganos que viven en Irán, Pakistán e Indonesia, señalando su gran potencial y los retos a los que se enfrentan para hacerlo realidad.

Una mujer de cabello negro y que viste blusa blanca, habla en un panel

Sara Wahedi hablando en el Foro Mundial sobre los Refugiados en Ginebra en diciembre de 2023.

“Sus perspectivas son vitales, ya que son los arquitectos del futuro de Afganistán”, afirma. “Su desesperación por continuar su educación y perseguir sus sueños es palpable, y sin embargo se encuentran en un paradójico estado de refugio, que [no] les ofrece plenitud de protección y les despoja de su dignidad”.

Cuando se gradúe de la Universidad de Columbia, Sara piensa seguir defendiendo a los afganos y buscando conexiones entre la tecnología, los derechos humanos y la protección de las personas refugiadas.

“Lo importante para mí ahora es conectar la tecnología que he podido dirigir en los últimos cinco o seis años, pero unirla a las políticas de organismos como las Naciones Unidas y [otras] organizaciones internacionales”.

También le gustaría poder ampliar Ehtesab para que llegue a personas de otros países.

“Quiero difundir el mensaje de este derecho humano fundamental: que todos los seres humanos de este planeta tengan acceso a una información que no esté politizada, que sea inmediata y que pueda contribuir a la protección y salud de nuestras comunidades”.

La versión original de esta historia se publicó en ACNUR para EE. UU. el 08 de marzo de 2024.