ACNUR apela al diálogo y a la generación de confianza tras la reciente violencia en Myanmar
ACNUR apela al diálogo y a la generación de confianza tras la reciente violencia en Myanmar
Los violentos enfrentamientos del pasado viernes entre musulmanes desplazados y las fuerzas de seguridad en el estado de Rakhine, en Myanmar, han dejado un saldo de un muerto y 10 heridos. ACNUR reitera su llamamiento para el diálogo pacífico y la generación de confianza entre los desplazados internos (IDPs por sus siglas en inglés) y el Gobierno. ACNUR considera que ésta es la clave para evitar más violencia.
El último incidente habría comenzado el viernes por la mañana, cuando se encontró un cadáver en un arroyo cerca del campo de desplazados de Ohn Taw Gyi, a las afueras de Sittwe, la capital del estado de Rakhine. La causa de la muerte y la manipulación del cuerpo desencadenaron una disputa entre un grupo de desplazados y la policía local. Se cree que este altercado derivó en enfrentamientos violentos entre ambas partes durante los cuales cuatro desplazados sufrieron heridas de bala y otro fue golpeado en la cabeza por otros desplazados.
Posteriormente los desplazados internos quemaron un antiguo puesto fronterizo cerca de Ohn Taw Gyi. Al menos tres personas fueron arrestadas por estos hechos.
Los desplazados bloquearon después un camino que conduce al lugar del incidente. ACNUR, como parte del equipo interagencial de Naciones Unidas, fue invitado por el Gobierno para mediar en esta situación y apaciguar la tensión. El equipo de Naciones Unidas logró acceder temporalmente a la zona y evaluar la situación, sin embargo ACNUR recibió informes que señalaban que posteriormente la policía había retirado las barricadas del camino usando la fuerza y causando más heridos.
El domingo se informó de que una de las víctimas de los disparos había muerto por las heridas. Fuentes de la comunidad humanitaria han podido confirmar, hasta cierto punto, las informaciones sobre las víctimas relacionadas con los acontecimientos del viernes. Sin embargo, el acceso a datos fidedignos sigue planteando problemas.
Durante el fin de semana ACNUR y sus socios no han podido acceder a las zonas afectadas por motivos de seguridad. Ayer la situación se había calmado lo bastante como para permitir retomar los trabajos humanitarios en los campos afectados.
En un momento en el que ya se ha completado la mayor parte de la labor de montaje de refugios temporales, la coordinación y gestión del campo serán actividades de suma importancia para ayudar a garantizar un diálogo constructivo con las autoridades y evitar así futuros incidentes. Los equipos de ACNUR están trabajando con sus socios y los desplazados internos para reforzar la gestión del campo y ayudar a establecer comités fiables en el campo que puedan mitigar futuras tensiones.
Unas 140.000 personas siguen desplazadas dentro del estado de Rakhine tras la violencia entre comunidades que se desató el año pasado. Otras 36.000 personas que viven en zonas aisladas del estado y con comunidades de acogida que también se han visto afectadas, y que tienen poco o incluso ningún tipo de acceso al mercado laboral y a los servicios básicos.